La compañía vasca pone en valor los sistemas de organización para mejorar los flujos de información
La transformación digital de cualquier organización debe estar basada en conocer sus objetivos antes de decantarse por la adopción de cualquier tipo de tecnología. La consultoría Digital Enterprise acumula una amplia experiencia en el acompañamiento hacia la transformación digital de diferentes empresas. Con una veintena de trabajadores en su sede de Getxo, acaba de abrir una nueva oficina en Madrid. Hablamos sobre los retos de la transformación digital y la Industria 4.0 con Carlos Bayona, CEO de Digital Enterprise.
¿Cuál es el origen de Digital Enterprise?
Digital Enterprise se puso en marcha hace 3 años, pero los impulsores contamos con una trayectoria de 23 años de experiencia en otra compañía. En un principio, estábamos especializados en consultoría de organización e implantación de sistemas de planificación, pero con el tiempo le hemos ido añadiendo todo lo que es la gestión de operaciones, la implantación de sistemas MOM o MES o la parte de ingeniería de planta y automatización.
¿Qué tipo de servicios ofrecéis a las empresas industriales?
Ahora mismo lo que podemos ofrecer es un diagnóstico de cómo está la empresa en todo lo que tiene ver con la Industria 4.0 o su transformación digital. Realizamos planes para conocer los objetivos de la empresa y luego estudiamos las tecnologías necesarias para llevar a cabo ese objetivo. A la hora de implementar esas tecnologías, trabajamos con fabricantes de primer orden mundial, pero si el cliente tiene sistemas o tecnologías ya implantadas en la empresa, intentamos aprovecharlas. Estamos especializados en operaciones, la planificación de programación de la producción, la gestión de la producción, la gestión del mantenimiento, la gestión de la calidad y la automatización industrial, pero si el cliente necesita sistemas de ingeniería de producto de diseño, configuración de ventas o productos, tenemos diferentes ‘partners’ que lo hacen.
Uno de los elementos claves a la hora de afrontar un proceso de transformación digital por parte de cualquier empresa es tener claro los objetivos. ¿Es habitual que vuestros clientes tengan confeccionado su plan estratégico?
Tenemos dos casuísticas: el que nos contacta con un objetivo muy claro como mejorar la planificación de la producción, automatizar líneas o mejorar el mantenimiento de determinadas áreas, y los que piden un asesoramiento más global. El problema que hay es que las empresas piensan que comprando tecnología pueden solucionar todos sus problemas. La tecnología es maravillosa. Hoy en día está tan desarrollada que se puede hacer prácticamente de todo, pero si la empresa no va cambiando su organización, no va a tener beneficios importantes al implementar la tecnología. Si solo pones tecnologías y la organización es la misma, los resultados son muy pobres. En nuestro caso, analizamos cómo está la empresa organizada, hasta qué nivel se pueden implementar los sistemas y luego vamos intentando que la empresa vaya subiendo de niveles organizativos. Esto es lo que denominamos el camino hacia la excelencia o Smart Factory.
Apostáis por la consultoría en organización por delante de la tecnología. ¿Por qué es tan importante este aspecto?
Lo que ocurre en las empresas es que casi todas tienen un sistema de gestión empresarial, denominado ERP, que está diseñado para gestionar el negocio, no la fábrica. Nos encontramos con que se han hecho desarrollos sobre esos sistemas para intentar abordar cosas de fábrica mediante anotaciones en papel, hojas Excel, bases de datos de usuarios… Todo lo que es la gestión de negocio está bien realizada, pero en la gestión de operaciones, la fabricación, el mantenimiento o la calidad, observamos que por culpa de estos sistemas la información no fluye bien o se queda en ciertas personas: bien en su cabeza, en un papel o en su base de datos. La tecnología que les sugerimos les ayuda a ser más productivos en sus tareas, pero, sobre todo, que esas tareas estén comunicadas. Un ejemplo es la planificación de la producción. Para planificar necesitas órdenes de fabricación del ERP, la lista de componentes de ingeniería, las diferentes compras que están previstas para ver cuándo llegan y luego tener en cuenta las restricciones productivas de cada proceso y máquina. Si no hay una buena comunicación o si varía algún dato, se convierte en un maremágnum que bloquea a la organización y se traduce en peores plazos de entrega o que se cumplan plazos a costa de horas extra o transportes urgentes. El que la información fluya desde la máquina hasta la organización del negocio es lo que le da a la empresa flexibilidad, mayor competitividad, poder cumplir plazos sin sobrecostes y buscar una manera más optima de producir.
¿Cuál es vuestra solución en este sentido?
Hablamos de un ‘software’ MES y soluciones de Planificación de Producción Avanzada, APS (Advanced Planning and Scheduling). Ahora ya el concepto de MES se ha ampliado al de MOM (Manufacturing Operations Management) donde no solo se incluye la ejecución de la producción, sino el mantenimiento, la calidad, etc. Nosotros lo que hemos desarrollado es una integración con una plataforma propia, denominada Auto-MES, que conecta el sistema ERP de la empresa con el sistema APS, este está conectado en tiempo real con el MES, y este, a su vez, con los autómatas, PLCs y sistemas SCADA, de manera que cuando llega el pedido del cliente se puede ir planificando y pasar a fabricación. Este es un punto muy diferencial para nosotros porque nuestros competidores o son expertos en MES o en APS o en automatización industrial. Nosotros podemos ofrecer al cliente todas estas soluciones.
Con todo, las tecnologías vinculadas a la Industria 4.0 cada vez son más y su complejidad mayor. No sé si esto es beneficioso o perjudicial para vuestro trabajo.
Uno de los problemas es que los clientes van a conferencias y ferias y ven todo tipo de soluciones. La cuestión no es ir a ver la tecnología e indagar cómo la aplico. La cuestione es al revés: saber cómo estás, cómo quieres estar, qué objetivos tienes y, una vez contestadas estas preguntas, vamos a buscarte la tecnología para ver cómo lo consigues. El mercado, hoy en día, exige a nuestros clientes que el producto sea más personalizado, fabricado en lotes más pequeños, que el suministro sea en un plazo más corto… Estos son los principales objetivos. Evidentemente está el tema del precio y la calidad. Lo que hay que buscar son soluciones para cada caso en función de su organización. Buscar tecnologías basadas en ‘hardware’, tipo sensores, autómatas de sistemas o automatización, y basadas en ‘software’ para mejorar los procesos, los flujos de información y la toma de decisiones. Es cuestión de ir viendo la tecnología disponible que debo de ir poniendo, complementado a las tecnologías que ya tengo, y cómo ir mejorando la organización. Hay empresas que hacen lo mismo y su manera de organizarse es diferente. Una puede tener una estrategia centrada en el precio y otra en la calidad… Sus maneras de organizarse y de hacer esfuerzos son diferentes. Por eso, la tecnología que usa una no tiene porque ser la misma que la que utiliza la otra.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?