Altran es una multinacional con larga trayectoria y experiencia en los campos de la consultoría industrial e ingeniería que da empleo a 50.000 personas en todo el mundo y tiene presencia en 30 países. En Euskadi, su presencia se circunscribe a los tres parques tecnológicos de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, donde tiene presencia y donde Iñigo Ezquerra, director de I+D de la División de Aeronáutica, Espacio y Defensa, trata de cohesionar el talento del ejército de ingenieros de los que es responsable, y detrás del cual se encuentran no pocos proyectos de alta innovación. Iniciativas tremendamente ambiciosas y globales como un avión propulsado a partir de motores eléctricos, un tren encapsulado capaz de superar los mil kilómetros por hora (Hyperloop) o un dirigible tipo zeppelin que anclado de forma permanente a una altitud de unos 20 kilómetros ofrece datos, imágenes y predicciones de forma precisa e ininterrumpida durante todo el año. Algo inédito hasta ahora en el campo de las grandes plataformas. Proyectos de futuro, en definitiva, pintados con talento del presente. Un talento, en muchos casos, forjado con sello vasco.
En alguna ocasión ya ha advertido que no hay otro modo de avanzar como empresa y como sociedad si no es apostando con convencimiento por políticas y programas de I+D, por muy manida que pueda estar siendo utilizada esta palabra…
Y nos mantenemos en ese planteamiento porque el camino emprendido en el pasado en cuanto a Innovación y Desarrollo nos lo ha confirmado. Por eso la I+D forma parte del ADN de Altran, que en los últimos cinco años está llevando a cabo una apuesta muy fuerte por este campo y por las tecnologías emergentes, destinando el 7 % de la facturación anual a este tipo de temas.
¿Con qué objetivo?
Para intentar analizar cuál puede ser el futuro de nuestro sector (Aeronáutico, Espacio y Defensa) y lanzar proyectos e iniciativas ante esos retos de futuro para que cuando terminen de explotar estemos preparados. Hablamos, por ejemplo, de Industria 4.0, de aviones impulsados por motores eléctricos, de dirigibles, de nanosatélites, drones…
¿Hasta qué punto les preocupa el clima de persecución social que parece haberse desatado contra la contaminación que generan los aviones?
Es cierto que existe un incremento muy fuerte de la conciencia social alrededor de la huella de carbono, como se ha podido ver en la reciente cumbre del clima celebrada en Madrid, y el sector aeronáutico, como parte involucrada y como no puede ser de otra manera, no es ajeno a esta realidad. De hecho en Europa, el principal programa de I+D que existe en estos momentos se llama Clean Sky (Cielo limpio, en inglés), y está centrado precisamente en analizar y actuar sobre todos los sistemas de un avión que pueden ser susceptibles de ver reducido su impacto en la huella de carbono. La idea de la UE y el propio sector es la misma, lograr que nuestros cielos estén surcados por aviones cada vez más eficaces, sostenibles y comprometidos con el medio ambiente. Y en ello estamos trabajando.
¿Existe esa misma sensibilidad social en otros continentes como en Europa?
Sí, también, qué duda cabe. Date cuenta que los principales fabricantes de aviones son americanos (Boeing), europeos (Airbus) y asiáticos, y que esta es una industria aeronáutica global, por lo que los retos y preocupaciones también son globales.
Noruega acaba de anunciar que para 2030 todos los aviones que vuelen en su espacio aéreo deberán ser eléctricos…
Así es, lo que sin duda le coloca como uno de los países más innovadores en este sentido o, al menos, de los que más están empujando en el ámbito de la regulación aérea. Bien es cierto que el entorno noruego de aviación es reducido sin embargo la medida, por rompedora, al final acaba teniendo afección en otra serie de modelos de avión no tan comerciales como son los más pequeños, que también están haciendo un esfuerzo importante para llevar a cabo su traslación a lo eléctrico.
¿Veremos pronto un avión eléctrico?
Es un debate interesante este de la adaptación de los motores convencionales a los eléctricos, pero en el corto plazo creo que no será posible desde un punto de vista tecnológico. Probablemente antes veremos algún sistema híbrido…
Otro de los proyectos en los que están participando es el Hyperloop, al que ya se ha bautizado como el tren del futuro debido a su espectacular sistema de propulsión y la velocidad que puede alcanzar, cercana a los mil kilómetros por hora. ¿De qué manera está participando su oficina del Parque Tecnológico de Álava en este desarrollo tan espectacular?
Desde que ese gran mecenas que es Elon Musk (fundador, entre otros, de TESLA y Space X) lanzara al mundo el reto del Hyperloop hace siete años, en estos momentos son seis los proyectos/start up a nivel mundial que están dedicándose a empujar para convertir este tren en una realidad y alumbrar el que algunos ya llaman el quinto medio de transporte. En nuestro caso, la colaboración camina de la mano de la única startup española involucrada en este proyecto, la valenciana Zeleros, con la que llevamos colaborando desde 2016 en aspectos vinculados con la propulsión, la aerodinámica, la levitación del tren o su impulso a través del tubo por mediación de la energía solar.
¿Estamos hablando de proyectos teóricos o reales?
Absolutamente reales, nada de ciencia ficción. Hablamos del prototipo a escala real de avión eléctrico que Airbus está desarrollando y que volará en 2021; o hablamos de un tubo de ensayos de tres kilómetros de longitud a escala 1:3 que el año que viene se inaugurará para comenzar con las primeras pruebas del tren casi supersónico de Hyperloop…
El proyecto de dirigible, o zeppelin, que también nos ha comentado se enmarca en el área que Altran denomina Plataformas de Alta Altitud. ¿En qué consiste?
Nuestro proyecto se llama Ecosat y consiste en la colocación de un dirigible autónomo solar, tipo zeppelin, a unos veinte kilómetros de altitud, en el inicio de la estratosfera, que es ese punto que está por encima del clima y el tráfico aéreo. Anclado a esa altitud, el dirigible se mantiene de forma estacionaria durante un año y está impulsado por energía solar. La gran novedad es que nos permite disponer de imagen y comunicación continuas durante las 24 horas de todo el año, lo que sirve para hacernos una idea de lo que se podría conseguir en el caso de desastres naturales como incendios, inundaciones o huracanes como el de Puerto Rico, donde Google lanzó un proyecto similar (proyecto Loon) que sirvió para tener la primera fotografía del desastre.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?