Responsables de la UPV-EHU, Universidad de Deusto y Mondragon Unibertsitatea analizan cómo afrontan los cambios que conlleva la evolución de las nuevas tecnologías
Las universidades vascas son conscientes de la relevancia que tienen las nuevas tecnologías en ámbitos como la salud, las ciudades inteligentes, los hogares o la Industria 4.0. Es por ello que en los últimos años han acometido un proceso de renovación y creación de nuevas titulaciones adaptadas a las futuras necesidades y perfiles laborales que van a demandar las empresas. Más allá de la formación que se imparte en carreras de Ingeniería o en la Formación Profesional, centros como la UPV-EHU ha diseñado másteres en Fabricación Digital, Ingeniería Computacional y Sistemas Inteligentes; Ingeniería de Control, Automatización y Robótica; Ingeniería de Materiales Avanzados, Tecnología Blockchain y Criptoeconomía, o el Erasmus Mundus en Electrónica de Microondas y Óptica. A lo que hay que añadir títulos propios como Especialización Universitaria en Proyectos de Analítica Predictiva de Datos para la Industria 4.0; Experta de Universidad en Ingeniería, Cálculo y Simulación Numérica por Elementos Finitos; Experta de Universidad en BIM Manager, o Especialización Universitaria en Ciberseguridad para Internet e Industria 4.0.
Mondragon Unibertsitatea oferta Másteres Universitarios como el Máster en Diseño Estratégico de Productos y Servicios, relacionado con el concepto de servitización; el Máster en Dirección de la Innovación y la Gestión de Proyectos, centrado en la innovación; el Máster en Robótica y Sistemas de Control; o el Máster de Análisis de Datos, Ciberseguridad y Computación en la Nube.
Por su parte, la Universidad de Deusto pone a disposición de sus alumnos y alumnas másteres de Diseño y Fabricación en Automoción, Ingeniería Informática, Ingeniería Industrial; Ingeniería en Organización Industrial, Automatización, Electrónica y Control Industrial; y Diseño Estratégico, que se complementan con grados en Ingeniería en Robótica, en Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial, y el grado Dual en Industrial Digital. Deusto también dispone de títulos propios asociados a los grados, como Data Analytics, Transformación Digital de la Empresa, y Videojuegos, Realidad Virtual y Realidad Aumentada. Todo ello sin olvidar programas de formación continúa en Industria 4.0 y Big Data y Business Intelligence.
Es evidente que las tres universidades vascas ofrecen un completo y variado programa de formación para los futuros trabajadores de la Industria 4.0, pero ante la realidad de un mercado laboral cambiante, de nuevos puestos laborales basados en las nuevas tecnologías y de carreras que se pueden quedar obsoletas debido a la transformación digital, muchos estudiantes analizan detenidamente por qué carrera apostar. En este sentido, desde la Universidad del País Vasco, Txelo Ruiz, Vicerrectora de Estudiantes y Empleabilidad, considera que “con respecto a la Industria 4.0, van a prevalecer los perfiles con formación técnica, tecnológica y científica: las distintas Ingenierías, también Informática e Inteligencia Artificial, sin olvidarnos de titulaciones como Matemáticas o Física”.
Pablo García Bringas, Vicedecano de Relaciones Externas, Formación Continua, e Investigación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto, y promotor de la Cátedra Deusto en Industria Digital, detalla que “la demanda de perfiles de ingeniería actual está saturando la oferta de recién titulados, con pleno empleo en todas las titulaciones que ofertamos para los recién titulados. En los próximos años todo apunta a que la demanda de perfiles técnicos y tecnológicos se mantendrá muy elevada, incluso a pesar de las actuales incertidumbres. Estamos hablando de perfiles que requerirán, además de las consolidadas capacidades de comprensión de las tecnologías, cada vez más una mayor comprensión y capacidades de aplicación de arquitecturas digitales, de modelos matemáticos descriptivos y predictivos, y de formas de inteligencia artificial capaces de producir saltos cualitativos en los negocios”.
Por su parte, Miren Illarramendi, profesora e investigadora de Mondragon Goi Eskola Politeknikoa (MGEP) y experta en Ingeniera de Software y Sistemas, y Nekane Errasti, Coordinadora Académica de la Facultad de Ingeniería de Mondragon Unibertsitatea, reconocen que “es difícil predecir el futuro, y más en la situación actual, pero las últimas tendencias, estudios y análisis que se han llevado a cabo a nivel europeo hablan de que habrá una gran demanda de ingenieras e ingenieros… Perfiles que sean capaces de diseñar, poner en marcha, actualizar y mantener plataformas de IoT, que posibiliten unir los sistemas en diferentes pasos del ciclo de vida del producto, que sepan analizar datos, que entiendan bien los procesos dentro de la empresa… son lo que se va a demandar. En definitiva, que sepan reconfigurar los problemas actuales y puedan buscar nuevas soluciones”.
Nuevos perfiles
Parece claro que los futuros puestos laborales van a tener una mayor base de conocimientos técnicos y tecnológicos, y el avance de las propias tecnologías va a obligar a los empleados a permanecer en continúa evolución y aprendizaje. Esto supondrá que más allá de las aptitudes, los y las estudiantes deberán de poseer determinadas actitudes y cualidades; lo que se ha venido en denominar como perfiles o ‘skills’. “Una cualificación científica o tecnológica debe venir acompañada por los valores éticos y por el desarrollo de la inteligencia emocional”, explica Txelo Ruiz. “Pensamiento crítico, capacidad de innovación y emprendizaje, gestión de la información y desarrollo de la ciudadanía digital, impulso de la comunicación y el plurilingüismo, compromiso social, autonomía personal y autorregulación, capacidad para el trabajo en equipo, y una sólida base ética y de responsabilidad profesional”, completa la Vicerrectora de Estudiantes y Empleabilidad de la UPV-EHU.
Desde Mondragon Unibertsitatea coinciden en que los alumnos tendrán que ser buenos comunicadores y deberán proponer nuevas soluciones y evaluar diferentes posibilidades. “Deberán pensar en situaciones que todavía no conocen y dar soluciones a situaciones no conocidas. Para ello, deberán de tener pensamiento crítico y necesitarán tener capacidad de evaluación y decisión según la situación que tengan delante. Otra capacidad importante será la de trabajar en equipo. Y todo ello teniendo siempre consciencia que lo que se haga debe de tener un sentido y valor social”. En la Universidad de Deusto completan este cuadro de cualidades laborales con “creatividad, transversalidad de la capacitación y del conocimiento y de su aplicación, auténtico trabajo en equipo basado en la empatía, el optimismo y la resiliencia, profesionales cultivados a lo largo de toda la carrera profesional, y, desde luego, profesionales capaces de pensar estratégicamente en el bien común y en la sostenibilidad, tanto de su organización como de la Sociedad en su conjunto”.
Con todo, uno de los principales problemas con el que ya se están empezando a encontrar las empresas con ADN tecnológico es el de la falta de profesionales capacitados para asumir determinados puestos de trabajo relacionados con áreas como la ciberseguridad, la analítica de datos o la inteligencia artificial. En los últimos años se ha constatado una caída en las matriculaciones de las carreras más técnicas, como las ingenierías, y parece que este tipo de titulaciones no son excesivamente atractivas para los más jóvenes. Para solventar esta falta de motivación, Pablo García Bringas, de la Universidad de Deusto, esgrime que “las titulaciones técnicas no sólo permiten asegurar un elevado nivel de empleabilidad, sino también dirigen hacia profesiones que permiten un desarrollo laboral pleno, con mucho recorrido por delante, y llenas de retos y oportunidades. Así, como Sociedad, habría que animar mucho a los jóvenes a orientarse hacia estas titulaciones que, en definitiva, están llamadas a servir de punta de lanza de la sostenibilidad económica”.
Miren Illarramendi y Nekane Errasti, de Mondragon Unibertsitatea, apuestan por visualizar a referentes y hablarles mediante un lenguaje natural, no técnico, sobre qué cosas y soluciones se trabajan en esta profesión: “Organizar eventos para acercar a la población joven a estos ámbitos es también clave. De alguna forma, socializar las ingenierías sería un punto importante”. Txelo Ruiz, de la UPV-EHU, recalca que si la formación y la orientación se practican desde etapas tempranas de la enseñanza es más fácil que esos conceptos sean asumidos e interiorizados. Además, hace hincapié en que “sería necesario eliminar la brecha de género existente en las áreas de la Ingeniería y la Informática, ya que están altamente masculinizadas, lo cual provocaría seguramente un mayor equilibrio en las áreas altamente feminizadas como Medicina y Enfermería, sobre todo”.
Teleformación frente a la COVID-19
Otro reto de las universidades vascas que no podemos obviar es el de la manera de impartir la formación tras la experiencia del confinamiento motivado por el coronavirus COVID-19. Desde Mondragon Unibertsitatea subrayan que, en su caso, la respuesta y la adaptación a la nueva situación de crisis fue muy ágil y rápida: “Hemos visto, que es posible formar y evaluar de forma remota. Supone un cambio de paradigma importante que, quizás, todavía no se ha dado completamente, pero diría que estamos en el buen camino. En presencial, que es a lo que estamos acostumbrados, tanto nosotros como el alumnado, muchos de los ‘skills’ mencionados anteriormente se trabajan mejor. La proximidad ayuda en la toma de decisiones, en el trabajo en equipo, en hacer valoraciones…O eso es lo que hasta ahora creíamos”.
Desde la Euskal Herriko Unibertsitatea reconocen que la pandemia va a dejar huella en el ámbito educativo: “La formación presencial seguirá siendo un elemento insustituible, pero esta crisis ha reforzado otras herramientas docentes. Creo que en el futuro asistiremos a una implantación más amplia de las metodologías ‘online’, combinadas con tareas presenciales en grupos pequeños, englobando en ellas la adquisición tanto de competencias transversales como de las específicas de cada titulación”.
La Universidad de Deusto recuerda que la situación de alarma producida por la COVID-19 ha constituido el mayor agente de digitalización de la actividad profesional: “La formación universitaria ha encontrado nuevas formas de enriquecer el aprendizaje de los estudiantes, mucho más basadas en los canales digitales de comunicación y también en los soportes digitales, como plataformas, etcétera. Al mismo tiempo, otros aspectos clave de la formación presencial, como la interacción directa profesor-alumno, han pasado a un segundo plano. En un momento de incertidumbre como en el que estamos, todo apunta a que la formación habrá de desenvolverse a través de modelos híbridos, semipresenciales, que aseguren la recepción por parte del estudiante de las mejores características de ambos mundos”.
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