La presidenta de la patronal del metal pide flexibilidad, planes de activación del consumo, digitalización e innovación para reactivar la economía
Por primera vez en sus 127 años historia, la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM) acaba de elegir a una mujer, Tamara Yagüe, como presidenta de la patronal del sector más importante de la economía vizcaína, y, por ende, del pulmón industrial de Euskadi, con 863 compañías que representan a casi 35.000 trabajadores. Un cargo que asume en mitad de la peor tormenta empresarial que se recuerda en el sector, con ritmos de producción que se encuentran bajo mínimos y un clima de incertidumbre, por el contrario, que se mantiene al alza. El escenario es muy complejo, sin duda, pero esta ejecutiva confía en poder ir acortando las distancias conforme los mercados recuperen actividad y confianza, según advirtió en una entrevista en el programa Made in Basque Country.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Deusto y miembro del Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Bilbao, Yagüe cuenta además con una amplia experiencia al frente de compañías como Tecuni, dedicada a las instalaciones eléctricas y donde ostenta el cargo de directora general desde el año 2007, y forma parte también del comité de dirección de una multinacional como Grupo VINCI.
¿Cómo valora la situación actual?
Vivimos una situación con una incertidumbre económica total, un escenario histórico que ha dinamitado de un plumazo todo lo que entendíamos como normal en cuanto a modelos de negocio y que nos está dejando una economía mermada y a unas empresas con un nivel de incertidumbre muy elevado. Pero siendo esto así, hay que confiar y ver cuáles son las medidas que se van a adoptar para intentar salir adelante poco a poco.
¿Cuáles son las expectativas en el sector?
Según los últimos datos que manejamos en la Federación, para el 90% de nuestras empresas el mercado está en situación de estancamiento, recesión o fuerte recesión. Sin embargo, para el mes de junio, el 42% de las empresas espera que el mercado se reactive hasta un nivel de actividad que alcance entre el 50% y el 75%. Una visión que se acompaña de una cartera de pedidos débil o muy débil para el 77% de las empresas y una reducción significativa de las inversiones para lo que queda de año. Estas claves, lógicamente, generan mucha incertidumbre en torno a la viabilidad de las empresas, porque hay que pensar que una de las amenazas con la que nos encontramos es la falta de liquidez que puede producirse en las tesorerías de las compañías, lo que llevaría a una inviabilidad económica. Hay que ser optimistas pero también realistas.
¿Qué se puede esperar de los próximos meses?
Lo que nuestras empresas nos trasladan es que esperan contar con apoyos para poder mantener la actividad como implementación de programas de activación de consumo, mayores subvenciones públicas, medidas que permitan disponer de mayor liquidez y una ampliación de los ERTE de fuerza mayor al menos hasta el mes de diciembre. Dos de cada tres empresas prevén recuperar su actividad en un plazo de entre 6 y 12 meses.
Dada la dependencia del Metal respecto al sector de automoción, y viendo la situación actual de éste, ¿cómo les está afectando?
La mitad de las empresas están en fuerte recesión, con un descenso en los pedidos para el 94% de las mismas y no esperando recuperar su actividad hasta pasados más de 12 meses.
Que la primera mujer en presidir una gran patronal vasca como la FVEM después de más de un siglo de trayectoria sea noticia, ¿qué sensación le deja?
Bueno, sé que soy la primera mujer que va a presidir la Federación Vizcaína de las Empresas del Metal y soy consciente de que este hecho es noticia, pero no me hace distinta a ninguno de mis predecesores. Mis retos son idénticos a los que tuvieron ellos, si bien quizá el contexto derivado de la crisis del coronavirus ha cambiado algunas cosas, pero llego al cargo con la intención de volcarme en él durante los próximos cuatro años, con toda la energía e ilusión del mundo. Estoy convencida de que mi labor va a ser juzgada por mis resultados, no por mi género.
Usted defiende la importancia de tener directivas más equilibradas, con presencia de mujeres que aportan mucho más inteligencia emocional a la hora de gestionar equipos… ¿En qué se basa?
Sin querer entrar en estereotipos entre líderes hombres y líderes mujeres, sí es cierto que existen estilos asociados a unos y a otras. Las mujeres suelen ser más empáticas, mejores comunicadoras, tienen un liderazgo más participativo y colaborador y les gusta el trabajo en equipo, mientras que los hombres suelen ser más competitivos y más directos en cuanto a la acción. En este sentido, parece lógico pensar que cuando los equipos directivos de las empresas están más equilibrados, y no solo en género sino también desde un punto de vista cultural, contarán con mayores habilidades y con una visión más amplia para lograr mejores resultados.
Y cuando plantea una teoría de este estilo a quienes van más a piñón fijo y con una mentalidad más masculina, ¿cómo le miran?
Creo que la sociedad está cambiando y lo está haciendo a pasos agigantados. Afortunadamente es algo que se está normalizando, por lo que al final, poco a poco, se irá logrando porque la sociedad lo está requiriendo.
¿Cuál va ser la hoja de ruta de su mandato?
Creo que mi labor va a ser continuista con la realizada por mi antecesor (José Luis López Gil), que tan buenos resultados ha dado. Pero al mismo tiempo debemos ampliar la visión y las posibilidades de la propia Federación para afrontar de la mejor manera posible el contexto actual. En este sentido, hemos diseñado una hoja de ruta cercana a las empresas para ayudarles ante las demandas y necesidades actuales y futuras que puedan surgir. Además, vamos a seguir impulsando la competitividad del sector y provocar alianzas que reviertan en oportunidades para nuestras empresas. Está claro que impulsar la competitividad en un mercado tan global va a estar estrechamente ligado a la Digitalización y la I+D.
¿Y la flexibilidad, en qué papel queda?
Sin duda, una mayor flexibilidad es y va a continuar siendo muy necesaria para la reactivación y el crecimiento de la economía a medio plazo. Como también lo van a ser los planes de activación de consumo y la modernización de la economía hacia la transformación digital y la innovación.
¿Considera que estos dos pilares, Digitalización e Innovación, van a ser una exigencia ineludible a partir del escenario que nos viene?
Sí, indudablemente. Creo que tenemos que ser eficientes en nuestros procesos internos, incorporando de manera sistemática todo aquello relacionado con la transformación digital y la industria 4.0. Tenemos que seguir apostando por la innovación, tanto en el producto y servicio como en los modelos de negocio, que están poco a poco cambiando, y también por la internacionalización, que es otra de las claves del sector. Más de la mitad de las empresas de la Federación está internacionalizada y un 40 % de su facturación proviene de mercados exteriores, así que debemos seguir trabajando en este proceso además de ser capaces de formar profesionales de alto nivel para poder incorporarlos a la industria.
¿Y están las empresas del sector preparadas para cumplir en ese escenario?
Todo esto no se va a poder llevar a cabo sin el talento necesario, por eso tenemos que trabajar en seguir acercando la realidad de la industria al conjunto de la sociedad, independientemente del género, y mostrar su atractivo y posibilidades de desarrollo profesional ante los jóvenes. Es cierto que se trata de una asignatura pendiente, y que las actuales circunstancias pueden no ser las mejores para abrir nuestras puertas a los más jóvenes, pero de una manera u otra vamos a seguir apostando por esta línea de la mano de la Diputación de Bizkaia y el Gobierno Vasco.
¿Cree que la imagen que proyectan las empresas del metal es la adecuada a la realidad?
Hay que promover la inquietud en los jóvenes para que se decanten por carreras profesionales vinculadas al sector industrial porque creo que hay poco conocimiento de lo que se puede llegar a desarrollar profesionalmente en la industria, que ha dejado ya de ser un escenario de trabajo con buzo y manos sucias, para convertirse en un escenario muy tecnológico y cargado de innovación. Hay que demostrar esta realidad nueva a toda la sociedad para que genere ese atractivo entre los más jóvenes. Les necesitamos porque son el futuro.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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