El Grupo Ibarmia, nacido en los años cincuenta en Azkoitia, pasó de dedicarse a la actividad metalmecánica a convertirse, gracias a la irrupción de la electrónica y, sobre todo, del control numérico, en una de las empresas más importantes en el desarrollo de productos basados en centros de mecanizado. Actualmente, con 175 empleados (140 en la central de Azkoitia, 5 en la filial comercial y de servicio de Alemania y 30 en la planta productiva de China), sus centros de mecanizado están en prácticamente todos los países de Europa, India, China, Estados Unidos, Canadá y México.
“La vocación internacional está en el ADN de la empresa. Hay que agradecer esta visión a los fundadores que desde el principio trabajaron en la exportación a países cada vez más lejanos entendiendo que era la manera de hacer crecer el proyecto empresarial y reducir su dependencia a las circunstancias de unos pocos mercados”, explican Arrate Olaiz, directora de innovación de Ibarmia. Siguiendo con esa visión, la empresa vasca está estableciendo un plan a futuro para hacer crecer la implantación en China “con el objetivo de atender desde allí el mercado asiático y acceder a proyectos que sería imposible fabricar y expedir de forma competitiva desde Azkoitia”, explican.
Además, recientemente ha firmado un acuerdo con el distribuidor británico Dugard, sumando así un país a su lista de distribuidores oficiales, en la cual se encontraban hasta ahora Alemania y China. “A pesar de que la red de distribución es muy estable, no hay que perder de vista las nuevas oportunidades que se presentan y la necesidad de reforzar ciertos mercados en los que otros partners pueden ofrecer mayores oportunidades de negocio”, apuntan Olaiz. Es por esto que, junto al plan referente a China, están trabajando en el desarrollo de estrategias para abrirse al mercado mexicano.
Para poner en marcha los planes a futuro consideran que deben desarrollar un Ibarmia “eficiente, seguro y ágil», pues “es evidente que la pandemia que estamos sufriendo ha cambiado el marco de trabajo y está planteando nuevos retos”. Aunque su principal reto sigue siendo la búsqueda de competitividad, “hemos localizado nuevos retos que influyen en la general, como puede ser la financiación, la cual tiene una necesidad de reducir costes y mejorar productividad; en el ámbito de las personas, con nuevas formas de trabajar y de relacionarse; en el ámbito de los clientes, con limitaciones para desarrollar las estrategias de venta tradicionales y la necesidad de aplicar nuevos conceptos de marketing; y en el área de la ciberseguridad, por la implantación de tecnologías digitales para resolver los retos anteriores; todos ellos, se deben tener en cuenta”, reflexiona la directora de innovación.
Para abordar el escenario de incertidumbre actual y sus retos Ibarmia pone el foco en la importancia de la innovación, “dentro de nuestras acciones, es continua la apuesta por el desarrollo de nuevos productos y servicios que se adapten a las demandas actuales y futuras de los clientes”, asegura Olaiz. En este sentido, la empresa vasca ha sido reconocida más de una ocasión por su apuesta por la innovación. Muestra de ello es la Mención Especial conseguida en 2018 en la 13ª edición del Premio Nacional de Innovación en Tecnologías de Fabricación Avanzada y Digital en la Bienal Internacional de Máquina-Herramienta (BIEMH).
El impulso de proyectos internacionales de las empresas vascas es uno de los objetivos que persigue el Grupo SPRI, que a través de Basque Trade and Investment, la Agencia Vasca de Internacionalización, integra en una ventanilla única todos sus recursos y apoyos, fruto del conocimiento de los distintos sectores y de los países.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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