La pandemia del Covid-19 ha provocado un escenario de incertidumbre en el mercado laboral, aunque también ha supuesto la aceleración de unas tendencias que ya estaban presentes, adelantando el futuro del trabajo. Así lo recoge el informe The Future of Jobs Report 2020, publicado por el World Economic Forum, un estudio que trata de ofrecer pistas acerca de cómo evolucionarán los trabajos en los próximos cinco años. En base a entrevistas con empresas líderes y datos del sector público y privado, el informe destaca algunas claves a tener en cuenta.
La primera de las tendencias que se ha acelerado en 2020 es la automatización. Sumada a la situación de crisis derivada de la pandemia, se presenta un escenario de inestabilidad a nivel laboral en el corto plazo. La adopción de tecnologías transformará los trabajos y los conocimientos requeridos en los próximos años y, aunque surgirán más empleos de los que se destruyan, el ritmo de creación de trabajo será más lento de lo previsto. Según el informe, para 2025 desaparecerán 85 millones de puestos debido a la automatización, mientras que se crearán 97 millones de trabajos nuevos.
Las brechas en cuanto a formación y talento siguen siendo uno de los escollos en el mercado laboral. En los próximos años, aumentará la demanda por habilidades soft, también llamadas sociales o blandas. Las más buscadas por las empresas son el pensamiento creativo, la capacidad de análisis y la resolución de problemas, así como el autoaprendizaje, la resiliencia y la flexibilidad. La mayor parte de las empresas consultadas cree que las plantillas necesitarán formación y un 94% espera que sus trabajadores adquieran nuevas habilidades para llevar a cabo su labor.
En este sentido, 2020 ha supuesto la explosión de la formación online. Se ha cuadruplicado el número de personas que han iniciado procesos formativos a iniciativa propia, mientras que la provisión de oportunidades de aprendizaje para los trabajadores dentro de las empresas se ha multiplicado por cinco. Las empresas consultadas en el informe esperan ofrecer formación a cerca del 70% de la plantilla de aquí a 2025 y la mayoría considera que es una inversión rentable: cerca del 66% cree que obtendrá un retorno en 1 año o menos.
Finalmente, también se aceleran los cambios en las formas de trabajar. La digitalización en los procesos de trabajo afecta a la gran mayoría de empleos de oficina y se extiende el trabajo remoto, que puede llegar al 44% de la plantilla de aquí a 2025. Tal y como recoge el informe, una de cada tres empresas tiene previsto llevar a cabo acciones para asegurar la productividad y crear sensación de comunidad entre las personas que trabajan a distancia, utilizando para ello herramientas digitales.
El informe concluye con algunas recomendaciones, tanto para las empresas como para las administraciones públicas. Por un lado, las compañías deben invertir en mejores métricas para medir el capital humano y social, incluyendo criterios ESG – impactos a nivel medioambiental, social y de gobernanza-. Por otro lado, el sector público ha de ofrecer apoyo para la formación de las plantillas, incentivos para invertir en el empleo del futuro y redes de seguridad para las personas trabajadoras en procesos de transición.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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