Hoy en día, el clavo es un producto denominado ‘commodity’, es decir, de bajo precio sin apenas diferenciación o especialización entre sus fabricantes. Por ello, desde Euskadi es difícil competir con otros lugares con un coste de producción más bajo. Pero existen casos de éxito, como el de la empresa alavesa Coinalde, que ha puesto el foco estos últimos años en la productividad y en la industria 4.0 para conseguir la eficiencia que le permite diferenciarse en este mercado.
Coinalde cuenta con una plantilla total de 52 personas repartidas entre sus sedes de Vitoria-Gasteiz y Jelcz-Laskowice (Polonia), y está especializada en la fabricación de clavos. El 90% de su producción está destinada a empresas del sector del palét y el embalaje, el 10% restante se deriva a la construcción. La empresa fabrica todo tipo de clavos, de un diámetro de 2,5 milímetros a 9 mm., y una longitud desde 25 mm. hasta 200 mm. Los clavos pueden ser lisos, roscados o anillados. Cada fabricante de palét, en función del producto que hace, utiliza un tipo específico de clavo.
En estos últimos años, y desde 2015, Coinalde está realizando un proceso de mejora de sus equipos productivos para conseguir una mayor productividad y tener un precio más competitivo. En palabras del propio gerente de Coinalde, Dionisio Merchán, “esta era una empresa obsoleta en cuanto a maquinaria, y la única forma que teníamos para que nuestro negocio fuera viable económicamente, financieramente e industrialmente era ser más eficientes que nuestros competidores”. De este modo, la empresa está inmersa en un proceso de industria 4.0, con nuevas máquinas con sensorización, inteligencia artificial…
“Ahora, conseguimos que las máquinas trabajen a un 95% de su capacidad, lo que lleva a poder fabricar entre 1.600 y 2.500 clavos por minuto, por máquina, cuando antes nuestra producción era de entre 400 y 800 por minuto en las máquinas convencionales”, resalta el gerente de la empresa. Esta mejora se ha llevado a cabo gracias a los programas de SPRI Renove Industria 4.0 , Renove Maquinaría 2020, y Gauzatu Internacional, entre otros, y la colaboración en financiación de la Corporación Mondragon y de las entidades bancarias.
Coinalde cuenta con una planta en Polonia, desde donde vende en Polonia y exporta a Italia, centro y norte de Francia, Bélgica, Países Bajos y Alemania. “El clavo es un producto de bajo coste, y el transporte impacta mucho en el precio final del producto, por lo que es crucial ser eficiente y tener la producción repartida”, apunta Dionisio Merchán. Por su parte, desde su sede en Vitoria, Coinalde vende en España y exporta a Portugal, centro y sur de Francia, Norte de África, Canadá o Singapur.
Al ser catalogada como actividad esencial, la actividad de la empresa no se vio muy afectada a causa de la pandemia generada por la COVID-19.
De cara al futuro, Coinalde quiere seguir aumentando su eficiencia y productividad, para continuar como una empresa puntera a nivel mundial en la fabricación de clavos.
La industria 4.0, con la implementación de tecnologías inteligentes y materiales avanzados, es una de las prioridades del Grupo SPRI, que actúa como enlace tecnológico para que las empresas vascas accedan a soluciones 4.0, desde ayudas hasta el apoyo de profesionales en la materia durante todo el proceso. Más información aquí.
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