Ligar empresa y deporte, en concreto, el fútbol, y hacerlo a través de un paseo por uno de los estadios más legendarios del mundo, esconde muchas más coincidencias de lo que cabría pensar. El Santiago Bernabéu es una buena prueba de ello, pues se encuentra inmerso desde hace ya tiempo en un ambicioso restyling con el que aspira a convertirse en el nuevo icono de la capital. Un megaproyecto en el que se llevan gastados ya más de 700 millones de euros y donde hay presencia de empresa vasca. En concreto, de la ingeniería Sener, que acaba de abrir un prometedor nicho de mercado en la arquitectura e ingeniería deportiva, lanzándose a desarrollar y patentar un sistema pionero en forma de césped retráctil, que permitirá al club explotar su estadio y albergar distintos eventos preservando el estado del terreno de juego. Un dato: si a día de hoy se calcula que hay estadios que solo se utilizan unas 50 horas al año, esta tecnología permitirá al Real Madrid tener sus instalaciones ocupadas y, por tanto, rentabilizarlas, 300 días al año, señala Jorge Vizcaya, arquitecto de la compañía vasca y uno de los ideólogos de este proyecto.
¿En qué contexto surge este proyecto?
Es muy curioso ver cómo existen ciudades en el mundo con la mayoría de sus carreteras sin asfaltar pero que, sin embargo, disponen de un flamante estadio para miles de espectadores. Los estadios se han convertido en los emblemas de las ciudades y, en algunos casos, incluso de los países. Hoy existe un turismo deportivo, un tipo de turismo que, cuando llega a las ciudades, visita el estadio local como primera parada. Mucha gente sabe cómo se llama el estadio más famoso de Manchester pero, ¿quién sabe cómo se llama la catedral de esa ciudad o su museo más famoso? En este contexto, en Sener vemos que los estadios definitivamente se han transformado en los verdaderos templos de la actualidad y exploramos las posibilidades para maximizar su uso y rentabilizar su coste. Vemos que existe una gran oportunidad de transformarlos en los verdaderos centros de las ciudades, pero, para eso, primero tienen que convertirse en espacios multi evento; es ahí donde surge la idea del desarrollar el sistema que retira el césped natural
¿El modelo de negocio en cuanto a futuros clientes, puede que esté centrado más en estadios antiguos que en los de nueva creación, o no?
No cabe duda de que la principal ventaja de nuestro sistema es que permite ser instalado en estadios ya existentes; eso es una ventaja sustancial frente a otros sistemas, porque abre una nueva ventana de oportunidades a aquellos estadios recientemente construidos, cuyo diseño original no contemplaba la realización de eventos durante las temporadas regulares de las competiciones deportivas. Esto es muy importante hoy en día. De un tiempo a esta parte, el mundo del fútbol profesional se ha visto sorprendido con la aparición de grandes magnates o incluso gobiernos que dotan a sus equipos de unos recursos económicos prácticamente ilimitados. El resto de clubes se han dado cuenta de que, para competir con esos equipos, tienen que encontrar recursos económicos adicionales. Y se han fijado en los modelos de explotación de estadios americanos. El Real Madrid o el FC Barcelona no reforman sus estadios por capricho o para decir que tienen los estadios más bonitos y nuevos del mundo, lo hacen para obtener los recursos necesarios para poder seguir compitiendo al nivel al que lo habían venido haciendo hasta ahora. Por otra parte, el sistema de Sener ocupa muy poco espacio y nunca requiere de espacios adyacentes, por lo que permite también ser instalado en estadios cuya planificación se prevé en los centros de las ciudades, que son los lugares donde se puede realizar una explotación mucho mayor.
En condiciones normales, ¿cuánto tardaría en desmontarse un césped como el del Bernabéu y dónde se guardaría?
Cuando un partido de fútbol termina, el equipo de jardinería suele realizar una serie de tareas de primera recuperación del césped, que pueden variar en tiempo dependiendo de las condiciones del partido y del propio estadio. Cuando éstas terminan, se podría proceder con el traslado del terreno de juego desde su posición de partido hasta su posición de mantenimiento, dentro de una cámara de crecimiento subterránea, bajo una grada lateral del campo. Este proceso se efectúa de manera totalmente controlada, ya que cada una de las bandejas que contienen el césped pesan muchas toneladas y su transporte y posicionamiento deben ser muy precisos. La combinación de grandes pesos y precisión hace que todo el proceso se demore varias horas si queremos garantizar los máximos estándares de fiabilidad. No obstante, los rangos de tiempo estimados son perfectamente compatibles con la explotación y operación del estadio.
Habla de cámara de crecimiento subterránea…
Dentro de la cámara de crecimiento, el césped podrá ser mantenido durante un periodo ilimitado de tiempo, ya que ese lugar estará dotado de accesos independientes para equipamientos y personal de jardinería, así como de los más avanzados sistemas e instalaciones para el mantenimiento agronómico (como luz led de crecimiento, sistemas de riego y fertirrigación, tratamientos ultravioletas, etc.).
¿Esta tecnología se podría aplicar a cualquier estadio del mundo?
Si hablamos de estadios concebidos para la práctica de deportes como el fútbol, el rugby, el fútbol americano o deportes similares, donde los terrenos de juego son rectangulares, podíamos decir que sí. Dentro de este paquete de estadios, podríamos incluir los estadios de atletismo, que creo que no erramos al decir que, en su mayoría, son infraestructuras multimillonarias fallidas, sin prácticamente uso. Incluir nuestro sistema en este tipo de estadios podría abrir un mundo de oportunidades. Por el contrario, en el caso de estadios de béisbol, criquet o fútbol australiano, la peculiar geometría de sus terrenos de juego hace que la instalación de nuestro sistema sea muy compleja, aunque no imposible.
¿Qué ventajas esconde el sistema?
La principal ventaja del sistema que hemos desarrollado es que puede ser instalado en estadios ya existentes, sin prácticamente actuación sobre las estructuras o cimentaciones, y sin, por supuesto, ocupación del espacio público urbano circundante al estadio. Además, nuestro sistema permite mantener el césped en unas condiciones ambientales óptimas que, en muchos casos, son mejores que las condiciones ambientales naturales a las que debería enfrentarse en caso de encontrarse a la intemperie. Otra ventaja muy importante es que su instalación puede adecuarse a las ventanas temporales que las ligas regulares deportivas abren, generalmente durante los meses de verano. En este punto, es importante hacer mención de que el sistema hecho público por el Real Madrid es una versión muy customizada a la peculiar situación del estadio Santiago Bernabéu. En Sener estamos trabajando en una versión alternativa mucho más eficiente, fácil, económica y que abre muchas más alternativas de explotación comercial del estadio.
Ustedes defienden que los estadios han de estar en el centro de las ciudades, que el modelo americano ha fracasado…
Estados Unidos es un país muy grande y muy dinámico. En los últimos cien años han experimentado todo lo que se podría experimentar: estadios urbanos, estadios en el extrarradio, estadios fuera de las ciudades… Después de todo este tiempo, lo que se puede apreciar es que, en muchos casos, el modelo de estadio alejado del centro urbano tiende a no ser rentable y, por ende, a desaparecer, aunque esta afirmación hay que cogerla con pinzas porque depende mucho de la ciudad y el estado. No es lo mismo un estadio en la ciudad de Nueva York que en Kansas City. Lo que nosotros vemos es que, más que fijarnos en los estadios americanos, tenemos que fijarnos en el modelo que nos regaló el Imperio Romano con el Coliseo ubicado en el centro de Roma y que era un edificio multifuncional, utilizado por los ciudadanos todos los días del año para realizar todo tipo de eventos, desde competiciones de caza, pasando por luchas de gladiadores hasta juicios públicos, o incluso naumaquias en sus primeros años. Todo este devenir de eventos, unido a un edificio dotado de la más alta tecnología de su tiempo y una ubicación privilegiada, transformaron el Coliseo en el corazón de Roma y en un verdadero motor económico. Hay que recordar que la entrada al Coliseo estaba regulada con “tiquetería” de la época, pero el acceso era gratuito, lo que garantizaba un movimiento incesante de ciudadanos que pasaban horas allí disfrutando y consumiendo…
¿Realmente un modelo así sería válido para una época como la actual?
Ese modelo es plenamente válido en la actualidad en muchas ciudades y por el que, en términos generales, habría que apostar; ¿qué sentido tiene hoy en día gastarse 100 ó 200 millones de euros en una gran infraestructura urbana que se utiliza 50 horas al año, como máximo? De la misma manera, ¿qué sentido tiene disponer de infraestructuras urbanas dotadas con la más alta tecnología a las que la gente acude un minuto antes de que comiencen los partidos y la abandonan cinco minutos antes de que se pite el final del encuentro, para evitar aglomeraciones? Este tipo de disparates se han venido asumiendo con total naturalidad desde el inicio del deporte profesional en Europa y sin embargo, en los últimos años el modelo está cambiando claramente.
Y después del proyecto de Bernabéu, ¿qué otros estadios están proyectando?
En estos momentos nos encontramos trabajando en varios objetivos, algunos de ellos estadios míticos dentro de la historia del fútbol. Tenemos mucha ilusión en poder ayudar a los clubes a crecer y mejorar sus instalaciones y poner así los mejores servicios posibles a disposición de los ciudadanos.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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