Será una mano robótica. Y servirá para recoger muestras de tierra marciana para sus posterior análisis en la Tierra. En síntesis, ese es el nuevo proyecto relacionado con Marte en el que se encuentra sumida la tecnológica vasca AVS (Added Value Solutions). La ingeniera aeronáutica Cristina Ortega es la directora de Espacio de esta firma, que cuenta con sedes en Elgóibar y el Parque Tecnológico de Álava. En ambas se llevan a cabo proyectos vinculados a la Ciencia. Ciencia de altura, con mayúsculas, como la que hace ahora justo un año les permitió formar parte de las compañías que enviaron un vehículo hasta Marte. En su caso, un rover, un laboratorio con ruedas y siete instrumentos científicos que pesa una tonelada y que recorrió con éxito los 470 millones de kilómetros que separan la Tierra del planeta Rojo. Un prodigio de la ingeniería con elementos críticos Made in Basque que se convirtió en el quinto vehículo de la NASA que tocaba suelo marciano con éxito.
Ese rover de seis ruedas se llama ‘Perseverance’… ¿Es también la perseverancia el motor que te mueve?
¡Sin duda! La perseverancia ha sido el motor que me ha movido siempre y un ingrediente indispensable para haber llegado hasta Marte. Era mi nombre favorito de la lista que la NASA publicó para que todo el que quisiera votara, así que me alegré mucho cuando fue seleccionado.
¿Cuál es la última hora del rover?
El vehículo lleva un año en la superficie de Marte recogiendo datos sobre la meteorología, la composición de las rocas y testando tecnología en preparación de las futuras misiones de exploración robótica y humanas.
¿A qué se dedica exactamente una directora de Espacio?
Mi trabajo consiste en coordinar todos los proyectos de Espacio en los que está inmersa AVS. Además, tratamos de conseguir nuevos proyectos cada vez más relevantes, proyectos disruptivos que aumenten nuestro know-how y nos hagan más competitivos. Queremos ser relevantes en todos y cada uno de los campos espaciales.
¿Cuál fue la participación de la empresa en Perseverance?
AVS contribuyó en dos de los siete instrumentos que están a bordo del Perseverance (conocido como Percy entre los ingenieros que hemos participado). Por un lado, el sensor de viento del instrumento MEDA (Mars Environmental Dynamic Analizer), que es una estación meteorológica que mide características de la atmosfera marciana como la temperatura, la humedad y el viento. Y por otro lado desarrollamos el calibration taget del instrumento Supercam, un espectrógrafo Raman Libs que es capaz de medir la composición de las rocas marcianas. Para ello necesita comparar estas mediciones con muestras conocidas, así que nuestro calibration target llevó 23 muestras de elementos del planeta Tierra que se cree son lo más parecido posible a lo que se podría encontrar en Marte. Ha sido un reto transportar dichas muestras, que son muy frágiles, hasta el planeta Rojo sin que sufran daño ninguno pero lo hemos conseguido.
¿Qué otros proyectos tenéis en mente?
Estamos trabajando ya en la próxima misión a Marte, que se llamará Mars Sample Return (MSR), en la que están colaborando varias agencias como NASA y la ESA. En esta ocasión vamos a proporcionar una mano robótica que va a recoger unos tubos llenos de muestras de tierra marciana recogida en diferentes enclaves interesantes científicamente hablando por parte precisamente del rover Perseverance. Además, estamos trabajando ya en las futuras misiones de exploración de la Luna y desarrollando equipos para misiones de observación de la Tierra o telecomunicaciones.
¿Cómo se trabaja con la NASA?
Durante los cinco años que duró el proyecto, nos reuníamos con la NASA cada jueves a las 16.00 de la tarde. Cada semana era una especie de examen ya que no supimos que nuestro equipo volaría a Marte hasta prácticamente el final. Pero sin duda aprendimos mucho de ellos. Son muy eficientes en la ejecución de las actividades y cuentan con una cantidad de expertos abrumadora que ponían a nuestra disposición cada vez que nos enfrentamos a un problema. Además, después de cinco años, hicimos muchos amigos allí.
¿Por qué la Ciencia continúa siendo un terreno poco abonado por el talento femenino?
Hoy en día hay ejemplos de mujeres haciendo cosas relevantes en ámbitos científicos, pero no hace mucho tiempo, apenas una generación, eran terrenos totalmente masculinos. Creo que a medida que sean más y más las niñas que decidan desarrollar su carrera profesional en el campo científico-tecnológico, sin duda habrá una presencia mucho mayor a todos los niveles ya que hay mucho talento femenino que puede aportar mucho a la ciencia. En AVS, por ejemplo, hay un 40 % de mujeres en todos los departamentos de la compañía.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?