La empresa vizcaína Dibal, marca líder en el mercado estatal de balanzas para el comercio y la industria y uno de los referentes en Europa con más de 35 años de experiencia, lidera con la colaboración de Vicomtech el proyecto Foodys dentro del marco del programa Hazitek del Grupo SPRI.
El proyecto está enfocado en una nueva generación de sistemas de auto-pago para las superficies de alimentación que mejoren la experiencia del cliente en el proceso de compra. Y es que la pandemia ha impulsado el uso de nuevas tecnologías en las salas de venta. “El Covid-19 ha provocado que los clientes no deseen esperar colas o seguir un proceso estándar de compra y pago. Buscan libertad de acción e, incluso, no interactuar con otros compradores o personal de la tienda si no es necesario”, subraya Iratxe Berriozabal, directora de Marketing de Dibal.
En este nuevo escenario, Dibal ha optado por poner en marcha un proyecto para desarrollar soluciones tecnológicas asociadas al proceso de compra en los supermercados que, aplicadas de forma individual o combinadas, permitan mejorar la experiencia de compra del cliente. Estas soluciones deben permitir pesar productos a granel de forma autónoma, al identificar los productos según su apariencia visual, y poder además cerrar el ciclo de compra con el pago.
“Para ello se prevé desarrollar y aplicar soluciones tecnológicas de pesaje móvil, así como de identificación de productos, tanto frescos como secos, a través de cámaras y software de identificación visual”, detalla la responsable. En el campo de la identificación de productos a través de cámaras y software de identificación visual está trabajando Vicomtech, el centro tecnológico vasco especializado en Inteligencia Artificial, Visual Computing & Iteraction.
El proyecto Foodys busca dotar de una mayor autonomía al comprador, al cambiar la experiencia de compra en la tienda. El usuario podrá identificar y añadir a un ticket los productos que deposite en su carro mediante cámaras, identificación del producto o lectura del código EAN. Una vez realizada su compra, no será necesario que espere y vuelva a pasar todos los artículos por una línea de caja o un puesto de self-checkout. “El comprador podrá confirmar su compra y efectuar el pago en un único dispositivo, y abandonar a continuación el centro con su compra, lo que reducirá los tiempos de espera a las salidas de las tiendas”, destaca Berriozabal.
Incluso durante el proceso de compra el cliente optimizará sus tiempos, ya que puede solicitar desde el propio carro de la compra su turno en una o varias secciones de venta asistida y seguir realizando la compra en la tienda mientras llega su turno. El dispositivo del carro le avisará de que su turno de sección está próximo. “Al cliente, además, se le puede proporcionar todo tipo de información (promociones en base a su historial de compra, a la compra que está realizando en ese momento, recetas en base a su compra…) que mejorará y facilitará su compra”, apunta la directora de Marketing.
La tecnología que se está estudiando en el proyecto puede tener aplicación en diferentes situaciones y dispositivos de la superficie comercial: carros autónomos de la compra, estaciones de pago de productos o, en el caso de utilizarla en las balanzas autoservicio, el reconocimiento de los productos por imagen facilitará también el proceso de selección del producto.
Todo ello, según la responsable de Dibal, “supondría un beneficio para las grandes superficies, ya que estarían ofreciendo una alternativa para realizar la compra en tienda a las ya existentes en el mercado”. Podría ser atractivo para atraer a nuevos clientes y las cadenas dispondrían de información, en tiempo real, sobre las compras de sus clientes, lo cual “es un punto determinante en la toma de decisiones ágiles para mejorar la eficiencia de cualquier negocio”.
El proyecto presentado tiene plazo hasta finales de 2022. “A partir de entonces obtendremos conclusiones y podremos concretar cómo, cuándo y en qué áreas de las estudiadas podremos aplicarla. El objetivo mínimo es al menos poner en el mercado el reconocimiento de frutas y verduras en las balanzas autoservicio en enero de 2023”, concluye.
La firma vasca cuenta con una plantilla de 200 trabajadores, factura en torno a 30 millones de euros anuales, exporta el 55% de su producción y está presente en más de 60 países.
El Grupo SPRI impulsa la I+D de las empresas vascas con herramientas, activos, ayudas, grupos de trabajo y alianzas con el fin de potenciar la investigación y generar nuevas tecnologías. Consulta los programas de ayuda a la I+D como Elkartek, Emaitek o Hazitek.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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