¿Cómo nació Irudek?
Empezó hace 32 años. Tres socios, uno de ellos mi padre, empezaron a trabajar bajo el nombre Irudek como una distribuidora de EPIs. Con el tiempo pensaron que ser distribuidores era estar un poco, digamos, ‘vendido’, ya que todo el mundo iba con las mismas marcas, precios, etc. Entonces decidieron empezar a fabricar. Poco a poco se hacían cuerdas, arneses… era un sector que todavía no estaba tan maduro como ahora. A día de hoy, tenemos más de 500 referencias en nuestro catálogo y trabajamos en un mercado donde cada vez hay más exigencias. Hace 32 años empezamos en Irura (Gipuzkoa), en la plaza del pueblo, y a día de hoy estamos en Aduna (Gipuzkoa), en un pabellón nuevo que hemos hecho nosotros. Compramos el suelo, edificamos, lo diseñamos…
Desde esos productos básicos del comienzo a los más de medio millar que hay en catálogo ahora, ¿cómo ha sido la evolución de los equipos de protección?
Han evolucionado mucho porque el mercado ha evolucionado mucho. Hace 32 años nadie se ponía el cinturón en el coche y a día de hoy la gente, por suerte, lo hace. Así, el mercado ha ido desarrollándose, como nuestros productos y las propias normativas. De saber que una cuerda con un arnés no vale, porque ha habido accidentes, a día de hoy la gente va más allá y también busca confort, así que lo tenemos en cuenta a la hora de diseñar. Sabemos que son muchas horas de trabajo y ahora se incorporan ese tipo de características. Por ello tenemos gamas, desde una básica o una media-alta hasta una ‘premium’. Aunque nosotros nos posicionamos en el mercado como una marca ‘premium’. No somos los más baratos ni queremos serlo, aunque tenemos unos precios muy competitivos y con el beneficio de ser una empresa familiar que ofrece flexibilidad, rapidez, grandes stocks de material… cosa que las grandes multinacionales no pueden ofrecer. Aparte de una calidad excepcional de producto, damos un excelente servicio. En situaciones de alta peligrosidad no hay una segunda oportunidad ni el fallo es una opción.
¿Se emplean las nuevas tecnologías en estos nuevos productos y en su fabricación y prueba?
Una de las que tenemos implementada ahora mismo en todos nuestros equipos un chip de NFC, que llamamos ‘Irucheck’. Por norma, hay que hacer una revisión anual obligatoria en todos los equipos. Para ello, tenemos esos chips implantados en cada equipo, que hace las inspecciones mediante una aplicación. Además, hacemos tests internos en nuestro laboratorio en Aduna, tanto dinámicos como estáticos. Los dinámicos comprenden el cómo se comporta el producto con un maniquí estándar de 100kg, que es lo que marca la norma, y hacemos tests extras con más kilos. El estático comprueba la resistencia de los productos. Son los dos más habituales.
¿Y para qué tipo de sectores van a parar los productos de Irudek?
Principalmente, el sector industrial. Cualquier tipo de empresa; desde Irizar, que están aquí al lado, hasta una pequeña tienda donde haya que trabajar a más de dos metros de altura. A partir de los dos metros hay que utilizar equipos. Por ello puede ser cualquier tipo de industria que se pueda imaginar: cárnicas, manufactura, textiles, mecanizados… Y luego, obviamente, energías renovables, petroleras, químicas, navieras, construcción, trabajos verticales…
Irudek tiene presencia en más de 50 países. ¿Cómo ha conseguido llegar tan lejos?
Con mucho esfuerzo y mucho trabajo. Nos presentamos a las ferias más importantes del mundo. Recientemente hemos estado en San Diego, en Estados Unidos; en el mismo periodo hemos estado en Italia, en Bérgamo; y también en Singapur. En muy poco tiempo hemos estado en tres países de tres continentes diferentes, y también desarrollamos estudios de mercado, con la colaboración también del Grupo SPRI.
Uno de esos apoyos con el Grupo SPRI ha sido, recientemente, mediante la acreditación Hazinnova, como pyme innovadora en innovación no tecnológica. ¿En qué ámbitos se aplica ese tipo de ayudas?
El último ha sido un proyecto de nuevos mercados, aunque hemos hecho varios. Hace poco también realizamos uno para el ámbito de recursos humanos, almacén y logística… La ayuda consiste en realizar un estudio o diagnóstico y asesoría para mejorar esa área. El de nuevos mercados, en concreto, fue un estudio para países bálticos, donde se estudia el mercado y se inicia un proceso de ayuda para que puedas exportar. Este tipo de programas ayuda a conseguir nuevos clientes, bases de datos, etc.
Con el fin de impulsar la innovación entre las empresas vascas, desde pymes hasta grandes compañías, el Grupo SPRI cuenta con diversos programas y ayudas a la innovación como Hazinnova, BDHI Konexio o Innobideak.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?