En 1974 un grupo de avicultores decide dejar de importar los envases para sus productos y lanzarse a producirlos por ellos mismos. Así nace Sodesa, una empresa de Villabona (Gipuzkoa) que ha pasado de fabricar envases para huevos a convertirse en referente en su sector gracias a su apuesta integral por la economía circular y el reciclaje; una apuesta que se ve reflejada tanto en su materia prima, como en su proceso productivo.
La empresa guipuzcoana lleva casi 50 años trabajando con el plástico, un material estrechamente relacionado con el cambio climático, y que forma parte de un sector que se está viendo obligado a reformular. “Una realidad que no podemos evitar, es que muchos de los procesos de producción de los diversos materiales destinados a envases son responsables del gran desafío que supone el cambio climático. Su producción, el consumo de materias primas, el transporte, etc. favorece a que muchos de estos materiales presenten una elevada huella de carbono en su elaboración”, afirma Roberto Mendizabal, director general de Sodesa.
Ante esta realidad, la empresa de Villabona decidió ya en 2012 dar un giro de 360º a su modelo de producción, así lo recuerda Mendizabal: “Fueron años de intensa investigación para impulsar nuevos procesos de producción. Así, fijamos como objetivo comenzar a utilizar Tereftalato de Polietileno (PET), tanto con materia prima virgen como reciclada. Se trata de un material transparente, ligero, seguro e irrompible y, lo que es más importante, uno de los más fáciles de reciclar”. En 2016 la empresa arrancó la fabricación con este material, lo cual “nos ha convertido en una de las empresas más innovadoras y sostenibles dentro del sector”, asegura.
Actualmente de cada 1.000 kilos de material utilizado en Sodesa, 850 kilos son de PET reciclado de otros envases. “La economía circular es una realidad que ha venido para quedarse”, afirma el director general. “Un envase SODESA ya forma parte del ciclo de vida de otro envase, y, a su vez, una vez consumido y reciclado volverá a convertirse en materia prima para iniciar de nuevo el proceso. Así contribuimos a crear flujos ecológicos de los recursos, minimizando la entrada de materia prima virgen y reduciendo la producción de desechos”, detalla.
Uno de los grandes beneficios del PET es que sus características permiten llevar a cabo un proceso de producción mucho más sostenible en comparación con otros materiales. “Para un mismo tipo de envase utilizamos hasta tres veces menos cantidad de materia prima que uno fabricado con otro material”, apunta Mendizabal. Lo mismo ocurre con el gasto energético, ya que “la transformación de este material exige mucho menos gasto energético y, por ende, menos emisiones. Además de que no es necesario el uso del agua, a diferencia de otros materiales que sí lo requieren”, añade. Asimismo, la huella de CO2 de la empresa de Villabona sigue reduciendo, ya que el uso del PET como materia prima hace que los envases sean más ligeros que los desarrollados con otro material, de forma que en cada trayecto se transportan mayores cantidades.
En Sodesa siguen en constante investigación, tanto en aprovechamiento de recursos como en futuras innovaciones con nuevos materiales totalmente compostables y biodegradables. “Seguimos invirtiendo en tecnología y personal para lograr el mejor y más sostenible producto final y seguir distribuyendo a España al resto de países de todo el mundo”, concluye Mendizabal.
El Grupo SPRI es uno de los agentes que ponen en marcha la estrategia RIS 3 Euskadi para impulsar la especialización inteligente en los ámbitos de la energía, la fabricación avanzada, la biosalud y la nanociencia.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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