Hijos de Juan de Garay es una empresa, ubicada en Oñati, de casi 160 años de vida líder en tubo de acero soldado y calibrado. Se dedica a fabricar tubos de alta precisión, principalmente para automoción. Con una plantilla media de 600 personas, compite a nivel mundial con grandes multinacionales de miles de empleados. La empresa ha recibido una ayuda del programa de ciberseguridad industrial del Grupo SPRI, que desde hace seis años cuenta con Basque Cybersecurity Centre (BCSC) como impulsor del ecosistema vasco de ciberseguridad y por tanto también de este programa de apoyo económico
Esta compañía familiar surge, en 1864, en Aretxabaleta, para la fabricación de cerillas. Dos años después se traslada a sus actuales instalaciones en Oñati.
La empresa se dedicó en sus primeras décadas a la fabricación de cerillas, combinando incluso algún tiempo la actividad con la fabricación de monedas. Desde 1921 a 1994 fabricó estructuras para paraguas y fue en 1926 cuando empezó a soldar el mango, convirtiéndose en la primera fábrica que soldaba tubo en toda España. En 1955, se produce un hito que le llevaría a su actual negocio principal: comienza a calibrar tubos para sectores como las motocicletas y el ferrocarril, además de automoción.
Creciendo en la cadena de valor con estos tubos de acero soldado calibrado, inicia la actividad de corte y componentes de automoción en 2003. Cuatro años después, la compañía empieza su internacionalización con una fábrica en Eslovaquia y en 2016 se implantan en México. En 2018, acometen un cambio importante interno “con la creación de Corporación Garay, manteniendo su capital 100% familiar”, explica Jatsu Intxaurbe, director de I+D+i de Hijos de Juan de Garay.
Su principal producto, el tubo de acero soldado calibrado, de hasta 80 milímetros de diámetro, se destina fundamentalmente al automóvil. “El 10-15% restante va para energías renovables, mobiliario, y sector industrial general”.
Así, la compañía de Oñati facilita componentes para sistemas de amortiguación y suspensión, la dirección y otras partes del automóvil como son la transmisión, sistemas de seguridad o estructuras de asientos.
El negocio está a su vez diversificado con la fundición de latón, “Hacemos barras de latón calibradas desde la fundición para la industria en general, como valvulería, cerrajería o automoción, siendo la calidad y circularidad sus principales características”.
La facturación anual supera los 200 millones de euros y la plantilla media, 600 personas, “hoy en día 426 están en Oñati contando 25 corporativos, 118 en México y 46 en Eslovaquia”. Las exportaciones suponen el 80% del negocio y los principales mercados son España, Francia, Alemania y Europa del Este, creciendo mucho en Norteamérica y México por el auge del mercado, principalmente automoción.
La Inversión en I+D+i alcanza el 1,4% de la facturación. “Tenemos laboratorio y desarrollo en ingeniería que complementamos con la relación con centros tecnológicos y universidades”.
La ayuda del Grupo SPRI del programa de ciberseguridad industrial se ha destinado a “certificaciones en Tisax, que es el certificado de seguridad digital para automoción que exigen los principales clientes del sector. Ya implantado en Oñati y Eslovaquia, recientemente lo hemos logrado en México”.
La compañía se vanagloria de participar en el programa BIND4 4.0 puesto en marcha en 2016 por el Gobierno vasco como un espacio de conexión y asesoramiento en innovación abierta, para la colaboración e innovación entre startups y compañías líderes con sede en Euskadi y de referencia internacional. “Estamos por primera vez como empresa tractora”.
En plena reflexión estratégica, los retos futuros pasan por seguir con sus planes de sostenibilidad, en las áreas económica, social y medioambiental. “Seguir cumpliendo con nuestros clientes, accionistas, trabajadores y resto de grupos de interés con un importante crecimiento, sobre todo en México”.
Tiene en desarrollo la nueva línea de producto ecotube 2030, que busca implementar nuevos materiales y procesos para minimizar un 30% las emisiones del CO2 y “un aligeramiento estructural de las soluciones mayor a un 20%”. Esta iniciativa se inscribe dentro de su reto de la descarbonización. “Este es el primer hito. Con el reconocimiento EMAS de nuestra política medioambiental desde el 2013, el ecotube 2030 se centra en los aceros con menor impacto medioambiental y seguir creciendo en eficiencia aplicando diferentes tecnologías”
Así, con la industria 4.0, la empresa elabora una plataforma para conectar las máquinas “avanzando al gemelo digital. Tenemos un programa de Basque Industry 4.0 [del Grupo SPRI] para conectar personas y máquinas”.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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