Recreakult se convirtió en una realidad en septiembre de 2021, pero antes de esto Shandra Martínez, promotora del proyecto, emprendió un año antes, junto a una compañera, una línea de investigación que analizó detalladamente las oportunidades del modelo circular en el sector cultural, la normativa vigente, y las posibles prácticas que se estaban llevando a cabo en esta materia en las organizaciones y producciones artístico-culturales a nivel territorial, nacional e internacional. Así, esa investigación culminó en un estudio titulado ‘Cultura y Economía Circular: transición hacia una economía sólida y circular desde el sector cultural’, que ha recibido varios premios, entre ellos el Premio al Mejor Trabajo de Investigación 2021 de la Fundación SGAE. Este modelo que en un inicio le llamó la atención como consumidora se convirtió en la esencia de Recreakult.
Martínez es gestora cultural, y como ella explica, “mi trabajo en la gestión, coordinación y producción de proyectos artísticos-culturales me ha permitido conocer y observar el volumen no cuantificado de recursos materiales que se crean y generan en nuestras organizaciones, procesos, proyectos y actividades, y que acaban almacenados en dudosas condiciones o directamente en la basura”. Además, Martínez añade que a esto hay que sumarle las numerosas emisiones de CO2 que se generan en sus infraestructuras, ya sean teatros, auditorios o museos.
De esta forma, Recreakult, miembro de GK Recycling, el clúster guipuzcoano de reutilización y reciclaje, desarrolla varias áreas de trabajo. Por una parte, ofrece servicios de clasificación y catalogación de materiales artístico-culturales para ayudar a las organizaciones a observar qué tienen, cómo lo tienen, y valorar qué hacer con ello. Esta acción facilita llevar una trazabilidad de los materiales, y optimizarlos para así favorecer la reducción de residuos.
Esos materiales los recupera, acondiciona, y los ofrece nuevamente a los profesionales del sector, a través de la venta o alquiler, impulsando así su reutilización y revalorización. Recreakult tiene una red de contactos y colaboradores que ayuda a los agentes y organizaciones artístico-culturales a buscar y encontrar aquellos elementos que necesitan, y cuenta con un catálogo virtual donde se ponen a disposición de éstos los artículos recuperados.
Por otra parte, facilita un espacio de almacenaje físico cerca de Donostia para organizaciones y agentes culturales donde depositar sus materiales.
Además, realiza talleres teóricos y prácticos, ponencias y consultas orientadas a la economía circular en el sector artístico-cultural, y sigue investigando la materia como ya lo hacía en los orígenes del proyecto.
En cuanto a los clientes, actualmente trabaja con un amplio número y red de contactos de Euskadi, aunque principalmente su marco de actuación se centra en el territorio de Gipuzkoa por cuestiones de proximidad y sostenibilidad. Así, ha colaborado en diferentes proyectos con Koldo Mitxelena Kulturunea, el Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Euskal Itsas Museoa, San Telmo Museoa, Fundación Cristina Enea, o el Festival de San Sebastián. Sin embargo, su labor formativa sí que se extiende a otras provincias con clientes como la Fundación Santander Creativa, Bilbao Ekintza o la Asociación del Diseño Vasco – EIDE. Ha asistido también a encuentros internacionales en Biennales Internationales du Spectacle de Nantes, y se ha reunido con organizaciones pioneras en esta materia como es la Reserve des arts en París.
De cara al futuro, Recreakult quiere consolidar la práctica habitual y sistémica en materia de eco-concepción y reutilización, pero tiene a su vez ideadas varias líneas de trabajo en fase de estudio relacionadas con biomateriales y nuevos materiales más sostenibles, así como la producción y diseño de elementos fácilmente montables y desmontables que faciliten su almacenamiento, transporte y durabilidad.
El Grupo SPRI apoya la innovación, el emprendimiento e intraemprendimiento con un acompañamiento integral para que las ideas lleguen con éxito al mercado, a través de programas de ayuda al emprendimiento como Aurrera, Basque Fondo, Bind 4.0, Ekintzaile o Intraemprendimiento.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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