“En un mundo en el que cada vez es más necesario diferenciarse, la marca es un activo clave para posicionarse de forma relevante”. En este marco y con el propósito de profundizar para impactar, nació la consultoría de branding Move hace 15 años en Donostia. Porque «creímos que era necesario concienciar del valor de la marca a la hora de competir y para ello era importante saber entenderse y saber proyectarse”, apuntan Patxi Fernández y Marisol Ruiz, socios-fundadores de Move.
Move, a través del branding, aporta criterio y rumbo a las marcas, para entender “qué somos y, sobre todo, qué no somos”, según sus fundadores. La consultora ayuda a las empresas a hacer real su transformación con acciones concretas y guiadas desde la estrategia de marca. Así, pese a que es difícil cuantificar su impacto exacto, “un proyecto de branding bien traccionado afecta directamente a la rentabilidad y en el margen sobre ventas de una empresa”.
La firma tiene una metodología a la que llama ‘Move Brand Vision’, que la entiende como “un método para explorar el mundo desde una mirada disruptiva, que otorga sentido a la estrategia de la marca y del negocio y logra un impacto sostenible”, explican los impulsores de la compañía. Esto se hace a través de una exploración creativa conjunta con la marca y el mercado.
Move tiene la convicción de que “marca no es solo lo que contamos al mercado, sino lo que el mercado percibe de nosotros, y lo que somos capaces de construir internamente”, exponen Patxi Fernández y Marisol Ruiz. Por eso creen que es “esencial” tener una cultura de marca para alinear las personas en torno a una idea de negocio y hacerla realidad. Así, una vez se pone la marca en el centro, como la base del posicionamiento competitivo de una compañía, “el resto de los desafíos pasan a ser decisiones tácticas que se van tomando en las diferentes fases de la construcción de marca”.
Entre los proyectos de reposicionamiento de marcas Move tiene varios casos de éxito: “Ibarmia, que pasó de ser una fábrica a una boutique industrial; Ikerlan, que convirtió la actitud tecnológica en la base de su diferenciación como marca y en un activo claro de atracción y retención de talento”; o Ternua, Ezarri, Azkoyen o Amenabar, los cuales, “a partir de una estrategia de marca bien enfocada y traccionada, lograron posicionar sus marcas y negocios en un nivel muy superior y crecer no solo en imagen sino también en rentabilidad”, subrayan los responsables de la consultora.
Con el objetivo de dar respuesta a los cambios en la industria del branding, trabaja para evolucionar en tres áreas clave para hacer crecer a marcas y negocios. Quiere conectar el branding con unos resultados empresariales tangibles, para que la combinación adecuada de estrategia, diseño, datos y tecnología pueda impactar positivamente en el rendimiento. También pretende asentar la cultura de marca como ‘next step’ después de un proyecto de branding, “porque vemos que la cultura es una palanca clara de crecimiento individual y colectivo”, aclaran Patxi Fernández y Marisol Ruiz. Y, finalmente, persigue aportar al mundo de las marcas y del negocio un enfoque creativo y humanista, “para ayudar a las empresas a reflexionar sobre el futuro e innovar en sus propuestas de valor, y para seguir siendo relevantes”.
Uno de los objetivos del Grupo SPRI es la transformación digital de las empresas vascas. La impulsa a través de programas de ayuda a la digitalización como Smart Industry, BDIH Konexio, Ciberseguridad Industrial, Enpresa Digitala o Inplantalariak, entre otros.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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