La Comisión Europea ha lanzado a todas las regiones el reto de abordar la aplicación de estrategias de Especialización Inteligente, resaltando la importancia de concentrar los recursos humanos y financieros de I+D+i en las áreas globalmente competitivas. Pide además que esa estrategia de especialización sea el resultado de un proceso de colaboración público/privada, y que el impulso no sea especialización pura, sino una “especialización diversificada”. El objetivo final es el de propiciar un nuevo modelo económico, una transformación que potencie y resalte la singularidad del tejido empresarial de cada región, respetando la pluralidad y diversidad de sus contextos.
SPRI apoya al Departamento de Desarrollo Económico e infraestructuras del Gobierno Vasco en el desarrollo de la estrategia de especialización inteligente de Euskadi.
Parte de la base de nuestro trabajo consiste en orientar los fondos de investigación a la mejora de la competitividad de Euskadi, buscando siempre el equilibrio entre lo público y lo privado, y con el objetivo final de mejorar la vida de las personas y la competitividad de las empresas.
La estrategia de especialización inteligente de Euskadi plantea Energía y Fabricación Avanzada como ámbitos estratégicos.
Euskadi ya puede acreditar una trayectoria de desarrollo de políticas de apoyo a la competitividad, especialización y diversificación que encajan, en mayor o menor medida, dentro de los requerimientos RIS3. En este sentido, Euskadi lleva décadas desarrollando una política activa de apoyo a la industria, basada en clústeres manufactureros potentes.
El informe de diagnóstico elaborado por la UE coincide con el elaborado recientemente por el Gobierno Vasco y es que en Euskadi gozamos de enormes cualidades, una importante Red Vasca de Ciencia y Tecnología de referencia en Europa y ejemplar trayectoria en la convicción de la apuesta por la I+D+I.
La estrategia territorial debe ser fruto de un proceso participativo en el que tomen parte los diversos agentes que componen la ‘cuádruple hélice’: las autoridades públicas, la comunidad empresarial, el mundo académico y del conocimiento, y la sociedad civil. Y en combinación con una adecuada gobernanza multinivel que desde el nivel regional establezca una red con los diferentes niveles, subregional, nacional y supranacional.
A partir de análisis de fortalezas y debilidades de nuestro contexto, se ha trabajado en tres ejes: capacidades industriales, capacidades científico-tecnológicas y ámbitos de oportunidad, generando así los inputs que han alimentado la identificación de las prioridades verticales que la RIS3 requiere.
RIS3 Euskadi, incorporada en el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2020, establece una estretegia, deliberada y explícita, de diversificación de la economía vasca a partir de tres tecnologías facilitadoras esenciales: biociencias, nanociencias y fabricación avanzada y cinco mercados prioritarios: transporte y movilidad, mundo digital, industria de la ciencia, envejecimiento y salud, y energía.
Así, se han definido tres prioridades que afectan a diversos sectores en los que Euskadi presenta una fuerte especialización y capacidades, con el foco en un ámbito clave y todo ello combinado con una apuesta de diversificación del tejido hacia un ámbito de nivel tecnológico alto y elevado potencial de crecimiento. Se trata de la Fabricación avanzada, la Energía y la Convergencia del binomio bio/salud.
La Fabricación avanzada cumple estos requisitos. Afecta a diversos sectores de producción, es clave en la tradición industrial de nuestro País y cuenta con importantes capacidades tecnológicas vinculadas a la fabricación. Se van a trasladar los avances en tecnologías como nanotecnología, tecnologías de fabricación avanzada y TICs a los sectores industriales muy representativos de la economía vasca: metal, máquina-herramienta, transporte, medio ambiente y servicios avanzados, principalmente. El objetivo final es incrementar su competitividad y valor añadido.
Por otra parte, la elección de Energía como prioridad se apoya en las fortalezas de un clúster empresarial que cuenta con los distintos eslabones de la cadena en generación, transporte y distribución y su industria auxiliar. Un sector con empresas grandes con liderazgo internacional, y que en Euskadi ya dispone de capacidades tecnológicas en materiales, nanotecnología, tecnologías de fabricación y TICs.