La compañía bilbaína ha desarrollado un dron propio capaz de transportar hasta 40 kilos de carga
La UVS International, una asociación con sede en París que reúne a empresas relacionadas con el pilotaje remoto de diferentes tipos de aparatos, ha detectado 430 usos diferentes vinculados con los drones: desde los centrados en la grabación de vídeo, pasando por la agricultura de precisión, protección del medio ambiente, seguridad, supervisión de infraestructuras o tareas de logística. Estas tres últimas; seguridad, revisión de edificios y logística, están muy ligadas al concepto de Industria 4.0.
La asignatura pendiente para el sector de los drones sigue siendo la normativa. A pesar de la aprobación el 30 de diciembre de 2017 de un nuevo Real Decreto sobre el uso de drones que permitía volar este tipo de aparatos en espacios hasta ahora prohibidos, lo cierto es que los procesos de tramitación y aprobación de las peticiones de vuelo son excesivamente lentos, lo que condiciona que las empresas especializadas puedan llevar a cabo estos servicios. Una de las compañías que ha sufrido estas restricciones legales ha sido Dronak. Nacida en Bilbao hace 3 años, apuesta claramente por la introducción de drones como tecnología facilitadora en los sectores industrial y energético. Charlamos con su CEO, Fabia Silva.
¿Qué tipo de aplicaciones pueden tener los drones relacionados con la industria?
Los drones son un sustitutivo de muchas cosas a nivel de industria. Gracias a ellos es posible eliminar la peligrosidad de muchas tareas que se hacen con máquinas pesadas o que tienen que llevar a cabo trabajadores humanos con posible riesgo para su salud, como la revisión de instalaciones subidos a ciertas infraestructuras. Con los drones acortamos los tiempos de inspección y podemos ver lo que ocurre en espacios de difícil acceso. También es posible automatizar tareas en entornos industriales que antes requerían de gran esfuerzo, para mejorar el resultado en la cadena de producción. Un uso muy destacado es el que permite desplazar o localizar objetos o piezas. En nuestro caso, tenemos un proyecto en Brasil relacionado con la logística. En un puerto de carga tenían un espacio muy pequeño de almacenaje al que no podían acceder las grúas por un problema de accesibilidad. Estamos planteando la posibilidad de realizar estas tareas con drones. Nosotros vemos la logística como el futuro del sector.
La logística como nicho de negocio para los drones parece una tendencia. ¿Qué opinión os merecen propuestas como las de Amazon para hacernos llegar a nuestras casas paquetes mediante drones?
A día de hoy es complicado porque no hay drones que se puedan desplazar por x tiempo debido a las limitaciones de la radiofrecuencia para controlar los aparatos y por la duración de la batería. Cuando se resuelvan estas dos incógnitas será posible. Los arquitectos de las futuras ‘smart cities’ ya están planteando que las azoteas de las casas se puedan utilizar como helipuertos para que aterricen drones. Es una cuestión de tiempo preparar las ciudades para esto. Pero tendrán que pasar unos cuantos años porque a día de hoy es casi imposible por una cuestión de normativa, radiofrecuencias y batería.
¿Cuando os acercáis a un cliente industrial para ofrecer vuestros servicios qué tipo de receptividad tienen?
Tenemos dos retos a los que enfrentarnos cuando vamos donde un cliente. El primero es el desconocimiento sobre las capacidades de un dron o terminar de saber qué es en realidad un dron. Hay que educar para que ellos entiendan qué tipo de servicio van a adquirir. El segundo reto es explicar que volar un dron es solamente un 10 por ciento del total de la prestación del servicio. Antes de volar un dron hay que recopilar documentación, realizar una gestión documental y pedir permisos. Luego hay que realizar un vuelo de prueba, editar imágenes, postproducción y entregar un informe. El vuelo en sí, solo es un 10 por ciento de nuestro trabajo y eso es algo que mucha gente desconoce.
¿Cuáles son los sectores interesados en la aplicación de drones?
Los sectores que más interés pueden tener son industrias de materiales peligrosos, como refinerías, y la industria eólica. Los drones pueden realizar cualquier tipo de revisión sin exponer la seguridad de los trabajadores. Para las empresas tiene un ahorro de costes significativo y el riesgo laboral es mucho menor. Otro sector que demanda nuestros servicios es el de la revisión de infraestructuras y edificios. Gracias a los drones se elimina el riesgo de que una persona tenga que subir a ese edificio. Nosotros en Dronak, además de servicios para terceros, también impartimos formación sobre pilotaje de drones con el permiso de AESA y hemos tenido como alumnos a muchos empleados de empresas dedicadas a realizar trabajos verticales.
¿Por dónde pasa el futuro de los drones?
En nuestro caso, y pensando en la logística, hemos fabricado un dron propio, denominado DNK X8, que permite transportar cargas de hasta 40 kilos. Para ello dispone de triple sistema de seguridad redundante y una motorización muy potente de ocho motores. Somos de las pocas empresas del mundo que tiene un dron de este tipo. En principio iba a ser solo para uso nuestro, pero nos hemos encontrado con una gran demanda y quizás nos replanteemos nuestra visión comercial.
Al margen de esto, creemos que el futuro de los drones está en sus ámbitos de uso. Nosotros nos definimos como expertos en vehículo pilotados remotamente. Al final, un dron es un robot pilotado y además de volar también pueden tener capacidades de desplazamiento en medios como el acuático o el terrestre. En lo que respecta a la tecnología, además de aumentar las capacidades de batería y radiofrecuencia, los drones van a ser cada vez más autónomos. Aplicando herramientas de inteligencia artificial, visión artificial y ‘machine learning’, los drones del futuro serán capaces de aprender sobre su propia operativa y mejorar sus prestaciones. La visión artificial les permitirá reconocer su entorno para evitar accidentes. La normativa también tendrá que cambiar y adaptarse para sacar todo el partido posible a estas tecnologías.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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