Torraval es una firma fundada en 1967 al calor de Sener que está especializada en la fabricación de torres de refrigeración; exporta el 40% y da empleo a 25 personas en su planta de Alonsotegi
La empresa vizcaína Torraval Cooling asienta su cuartel general entre Alonsotegi (Bizkaia), donde se encuentra su fábrica, y sus oficinas de Leioa. Se trata de un grupo especializado en torres de refrigeración que da empleo a 25 personas, factura por valor de casi seis millones de euros y exporta el 40% de su producción. Su futuro, asegura su director general, Fernando Riaño, pasa por ser “mucho mejores y más competitivos”, además de crecer en torno a un 8% anual durante el próximo trienio. Entre los clientes que confían en esta histórica compañía se encuentran primeros espadas de la industria vasca como Ence, Petronor, Tubacex, Viscofan o Vidrala.
¿Qué es y para qué sirve una torre de refrigeración?
Es un equipo que se utiliza para eliminar el calor sobrante de un sistema en los casos en los que este calor no se puede utilizar para otros propósitos. El principio de enfriamiento de nuestros equipos se basa en un fenómeno natural que es la evaporación y digamos que el equipo produce una nube de gotas de agua que al caer se pone en contacto con una corriente de aire que asciende, lo que hace que se evapore una parte del agua inducida junto con el contacto con el aire. Esto es lo que da lugar al enfriamiento del resto del agua que cae en una balsa por gravedad y vuelve al circuito cerrado del proceso en cuestión, y así sucesivamente.
¿Por qué son importantes estos equipos para cualquier industria?
Primero porque son muy eficientes desde el punto vista energético. Se trata de un proceso natural con una tecnología ciertamente madura pero que continúa siendo la más eficiente del mercado. El uso más habitual estos equipos está asociado a los sistemas de refrigeración tanto en aire acondicionado (hoteles, centros comerciales, hospitales… ) como en producción de frío (hostelería, alimentación, laboratorios…) y procesos industriales, que es donde somos un poco más fuertes.
¿Cuántas torres han instalado en estos 50 años?
Calculamos que unas 25.000 en todo el mundo (más de 25 países) a lo largo de esto años.
¿Cuál es el último proyecto en el que están trabajando?
Hay muchísimos porque afortunadamente este 2018 está siendo un año de gran actividad debido a la pujanza económica. Pero por citar dos ejemplos, diría un hotel en Bilbao que tenía que disipar el aire acondicionado de su establecimiento desde la azotea y ha contado con uno de nuestros equipos. Se trata de disipar 750 kW con un caudal de 130 m³ de agua/hora para el aire acondicionado del establecimiento. Esto es un ejemplo de aire acondicionado, del ámbito terciario, según lo denominamos nosotros.
¿Y un ejemplo industrial?
Ahí podríamos hablar de empresas como Sidenor o Tubacex, cuya agua que utilizan para refrigerar su proceso de laminación debe ser enfriado también.
Nacieron en 1967 al calor de la ingeniería Sener, luego fueron pasando a manos de varias multinacionales y desde hace cinco años forman parte del grupo italiano Mita. ¿Se ha perdido la esencia con tanto cambio en la propiedad?
Afortunadamente no porque lo que hemos hecho es capitalizar e impulsarnos sobre todos esos nombres que han ido pasando en estos 50 años. En el caso de Mita, vino hace cinco años con un proyecto industrial muy potente en el que tuvieron muy claro desde el principio que no lo querían llamar Mita España en Mita Euskadi sino que querían preservar la marca Torraval y el buen nombre de la empresa de cara a la confianza de nuestros clientes.
¿Sus torres viajan al extranjero?
Claro que sí y además a un altísimo nivel. Es un producto que viaja muy bien tanto cuando lo enviamos montado desde nuestra planta de Alonsotegi como cuando debemos instalarlo en ‘casa’ del cliente. Exportamos actualmente el 40% de nuestra producción.
¿También tienen en Torraval problemas a la hora de captar el talento?
Sí, tanto técnicos como en el resto de funciones de la empresa, pero creo que es un problema general para todas las pymes vascas: no solo captar el talento sino luego retenerlo. Nosotros este sentido apostamos por tres ejes. El primero, formar a las personas, que es algo en lo que creo profundamente y de hecho hemos elaborado un plan a cinco años vista muy potente; otra palanca es premiar el esfuerzo y la última, que va muy unida también, medir los resultados. En Torraval tenemos un sistema de salario fijo y variable y en ese variable por objetivos es donde tratamos de ser incentivadores. Hay que hacer mucha pedagogía con esto pero poco a poco creo que lo vamos consiguiendo.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?