La ‘startup’ vasca apuesta por el uso de Blockchain y Smart Contracts para la digitalización y la automatización de procesos industriales
El Blockchain es una tecnología que está llamada a revolucionar diferentes sectores como los vinculados con las criptomonedas, el negocio bancario, la participación ciudadana o la transformación digital. En este último ámbito, la ‘startup’ vasca Kaytek quiere convertirse en un referente a nivel estatal. Formada por siete trabajadoras y trabajadores con poco más de un mes de vida, esta firma baracaldesa ya está trabajando en cuatro proyectos centrados en poner en valor el Blockchain como herramienta para la automatización de procesos y el control de todos los parámetros de fabricación de cualquier producto. Conversamos con Manu Fandiño, CEO de Kaytek.
¿A qué os dedicáis en Kaytek?
Nuestro objetivo es digitalizar los negocios de nuestros clientes: identificar su negocio, ver sus procesos, observar cómo trabaja e intentar digitalizar sus procesos. Ofrecemos soluciones y tecnología propia a nuestros clientes para ayudarles en ese cambio. Para ello hemos desarrollado una plataforma, denominada Kaytek, que se puede adaptar a las necesidades de cada cliente. Nos centramos en ofrecer soluciones basadas en Blockchain y en IoT (Internet de las Cosas).
¿Qué tipo de soluciones de Blockchain estáis ofreciendo para el mundo industrial?
Estamos trabajando en proyectos piloto para trazabilidad y gestión de IoT. En un proceso industrial hay mucha comunicación entre máquinas y hay que garantizar esas comunicaciones, algo que conseguimos gracias al Blockchain. Una red blockchain está compuesta de varios nodos u ordenadores donde se almacena la información y esta información no se puede alterar o eliminar sin el permiso del resto de la red. Esto nos permite garantizar la veracidad de los datos captados.
Por otra parte, gracias al Blockchain podemos establecer Smart Contracts o contratos inteligentes en los que se definen diferentes variables que debe de cumplir un proceso de fabricación. Por ejemplo, un empleado antes de manejar una máquina debe de identificarse ante esa máquina, sea por huella dactilar, NFC, contraseña o reconocimiento visual. En ese momento la máquina reconoce al empleado y en función de las capacitaciones del operario le puede permitir su uso o no. El tipo de formación de ese trabajador se establece en el Smart Contract. En estos contratos también se puede establecer qué tipo de materia prima hay que utilizar para fabricar una determinada pieza e incluso reconocer si ese material ha caducado o no es el más adecuado. De ser así, el proceso de fabricación no se pone en marcha. Al final, toda esa información sobre las capacidades del trabajador, la calidad de la materia prima y las acciones que se han llevado a cabo en cada máquina son fundamentales para ofrecer la trazabilidad al cliente.
Al final del ciclo de producción, se puede establecer un contrato mediante el cual un sistema de reconocimiento detecte que el producto ha llegado al almacén del cliente y se active el pago de forma automática sin intervención de personal humano. En este caso, gracias al Blockchain somos capaces de automatizar un proceso.
La aplicación de Smart Contracts tiene infinitas posibilidades en el mundo de los negocios ¿verdad?
Se pueden utilizar para servicios de mantenimiento. Cuando tú te compras un electrodoméstico inteligente se puede incluir un Smart Contract que determine quién le va a hacer el mantenimiento dentro de dos años e incluso fijar un importe máximo por ese servicio. Ese contrato se comparte y son las empresas de mantenimiento las que pujan por él. El contrato se resuelve en función de las prioridades que determines en el Smart Contract. Luego, a la hora de realizar ese mantenimiento, gracias a Blockchain, se puede establecer un sistema de pago automático, saber quién ha sido el técnico que ha venido o qué piezas ha cambiado.
Va a haber otras soluciones basadas en Blockchain orientadas a los ciudadanos, como el voto electrónico o los registros de identidad, pero es en el mundo industrial donde va a llegar la gran revolución del Blockchain.
¿Qué dicen vuestros clientes cuando les habláis de soluciones de Blockchain?
El sector ha cambiado mucho. Los clientes están abiertos a nuevos cambios tecnológicos y sobre todo en este concepto de la digitalización. Para nosotros, centrarnos en Blockchain es una ventaja competitiva frente a otras empresas que tienen una tecnología más obsoleta. Somos una de las pocas empresas del Estado orientadas a implementar soluciones de Blockchain a la industria. El cliente no quiere saber qué es la tecnología o cómo funciona el Blockchain, pero sí saber qué puede hacer. Cuando se lo explicas, le entra el gusanillo y empieza a leer cosas y a interesarse por el Blockchain.
¿Cuáles son vuestros retos inmediatos como empresa?
Estamos trabajando en cuatro proyectos y nuestro reto es ir acabando estos desarrollos. De cara a 2019 queremos seguir creciendo como empresa. Nuestro horizonte es el mercado estatal, pero ya tenemos líneas de trabajo abiertas con clientes en Sudamérica y en otros países. No nos hemos puesto un objetivo de facturación, sino que nuestro principal objetivo es ayudar a las empresas en todo lo que tiene que ver con la digitalización desde nuestro ámbito de conocimiento.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?