Visión artificial, sensórica, analítica de datos y el denominado Internet de las Cosas (IoT). Tecnología disruptiva aplicada de forma automática y en tiempo real al mantenimiento de cualquier carretera. Es el leit motive de ASIMOB (Advancec Services in Mobility), pyme vizcaína fundada en 2016 que ha dado un paso de gigante en cuanto a la automatización y digitalización del mantenimiento de cualquier red viaria, esto es, “desde el estado de las señales viarias al del firme del asfalto”, explica Estíbaliz Barañano, directora general de la empresa. En conversación con el programa Made in Basque Country, esta ingeniera de Telecomunicaciones pondera las ventajas de un sistema “novedoso” y “mucho más eficiente e inmediato” que los procedimientos antiguos.
¿En qué contexto surge una empresa como ASIMOB?
Fue el fruto de una reflexión sobre los vehículos autónomos y cómo iban a circular en los nuevos entornos de movilidad. En esta línea, la idea era que el mantenimiento de las redes viarias, es decir, de nuestras carreteras, también se podrían mejorar aprovechando las nuevas tecnologías para hacerlas lo más seguras posibles.
¿Cuál es el proceso para obtener una ‘radiografía’ del asfalto o de la señalítica de una vía determinada?
Tomamos imágenes de vídeo de los propios vehículos de mantenimiento que ya están circulando por las carreteras, de los vehículos de las contratas que cuidan ese tipo de infraestructuras o, en un ámbito más urbano, de los propios coches de la policía municipal. A todos ellos los dotamos con diversos sensores y cámaras que van acumulando horas de grabación. Y a partir de esas imágenes, que luego se suben a la nube en cuestión de milésimas de segundo para comparar lo que existe con lo que debería existir, aplicamos visión artificial para detectar, por ejemplo, las señales de tráfico que marca el inventario, clasificarlas y geolocalizarlas. De este modo, se puede verificar que realmente las señalizaciones son correctas, están en buen estado y son visibles desde el centro de control de la carretera. En el caso de que se detectase algún tipo de incidencia, el sistema lanza una alarma que llega al momento a quien se encargue del mantenimiento de esa carretera, ya sea una administración pública o una contrata.
¿Qué ventajas tiene este sistema?
Desde el mantenimiento de los inventarios hasta una mayor rapidez de reacción cuando se detecte una deficiencia, pasando por tener un menor impacto económico y la constancia a la hora de tener que revisar una y otra vez las carreteras. Creo que estamos ante una nueva forma de hacer las cosas, en este caso, de mantener las vías de una manera distinta. Así, por ejemplo, además de ser más eficientes podemos informar a nuestros clientes finales sin que tengan que estar presentes.
Innovación…
Sin duda. Es una de nuestras razones de ser. Antes del verano, por ejemplo, recibimos un premio en el Congreso Español de Sistemas Inteligentes de Transporte como consecuencia de un proyecto piloto en el que colaboramos con Alviac, una empresa madrileña de mantenimiento de infraestructuras que había monitorizado un tramo de carretera de Cantabria. Y el año pasado, desde Innobasque nos catalogaron como start-up de innovación disruptiva.
Con anterioridad a este avance digital, ¿cómo se llevaban a cabo este tipo de diagnósticos?
No es que se llevaban sino que continúan haciéndose de forma manual, es decir, una persona del equipo de mantenimiento es la que va circulando por las carreteras, mirando que todo esté bien, repasando una por una todas las señales de tráfico… Y dese cuenta que perfil de este tipo, en condiciones normales, puede tener que revisar miles de señales al día…
Según los protocolos de mantenimiento, ¿cuándo una señal presenta deficiencias?
Hemos visto muchísimas señales que estaban tapadas por la vegetación, degradadas u oxidadas por haber permanecido a la intemperie o las que han sufrido algún tipo de acto vandálico. Cualquiera de estos tres ejemplos serían motivo de alarma.
¿A qué tipo de clientes interesa su trabajo?
Normalmente a las instituciones públicas, que suelen subcontratar el mantenimiento de la red viaria a contratas y empresas especializadas, y ahí es donde tenemos fijado nuestro nicho de mercado.
¿Quizá el punto de Inflexión para ASIMOB llegue cuando la presencia de coches autónomos sea una realidad en nuestras carreteras?
Yo creo que tiene sentido ahora mismo. Los conductores necesitamos ver las señales de tráfico, interpretarlas y respetarlas y para que eso suceda deben estar en un estado óptimo. De lo contrario, pueden llegar los problemas y no tenemos más que echar un vistazo cada día a las noticias para comprobar que continúan produciéndose accidentes de tráfico debido a una mala señalización. Por lo tanto, esto es un problema que ya afecta al día de hoy y no solo al mañana.
Las tecnologías que ustedes manejan se expresa a través de un lenguaje universal. ¿Para cuándo el salto internacional?
Lo tenemos presente, sin duda, y es probable que llegado el caso lo hagamos de la mano de las grandes constructoras del país, que tienen negocios por todo el mundo.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?