Es prácticamente imposible estimar la cantidad de dispositivos IoT (Internet de las Cosas) que están activos en estos momentos en todo el mundo. En 2016, la consultora Gartner calculaba que en el año 2020 habría más de 20.000 millones de unidades. Es una cifra que se ha podido quedar corta toda vez que se define como dispositivo IoT a cualquier aparato capaz de generar y transmitir información. Desde un ‘smartphone’, pasando por una pulsera inteligente, hasta complejos sensores para medir diferentes variables fisico-químicas empleados en la industria o en otros ámbitos.
Pero más allá de la captación de información, uno de los principales retos a los que se enfrenta la industria a la hora de implementar soluciones para la transmisión de datos es disponer de una cobertura eficiente en sus instalaciones. Equipamientos como máquinas de metal, paredes o cristales entorpecen el envío de señales WiFi en su interior. Este fue uno de los retos a los que quiso dar solución la compañía LiberIoT desde su puesta en marcha en 2016 en Vitoria-Gasteiz. “Hemos desarrollado una capa de comunicaciones y somos capaces de sensorizar la maquinaria y lo que haga falta, para recoger los datos que, después, alimenten los sistemas productivos. Cualquier dato que se pueda transmitir vía radio es susceptible de convertirse en un proyecto de IoT”, detalla David Rodríguez, CEO de LiberIoT.
La propuesta de LiberIoT tiene una doble vertiente. Por una parte, ofrecer a las industrias una cobertura de comunicaciones para la transmisión de datos que alcance el 100% de las instalaciones, como explica el CEO de la ‘startup’: “Ofrecemos una cobertura total, 100% inalámbrica, sobre la que se puede ir instalando sensórica o soluciones por cable o inalámbricas comunicadas por radio. En algunos entornos, como los industriales, esto es muy novedoso. Con uno de nuestros clientes, el fabricante de automoción Grupo PSA en Vigo, comprobamos cómo querían llegar a la cobertura con WiFi mediante la instalación de infinidad de puntos WiFi, con los problemas que supone una nave industrial, llena de aparatos. En ocasiones se invierten cientos de miles de euros solo en puntos de acceso para dar una cobertura del 30%. Nosotros conseguimos cobertura del 100% con tan solo un par de dispositivos”.
La magia de esta solución radica en una red privada propia desarrollada por LiberIoT basada en tecnología LoRa y LoRaWAN. “Cablear una instalación industrial tiene costes económicos, al igual que colocar un sensor en una máquina tiene costes de homologación, formación de técnicos, o montar canaletas. Y todo se complica el día que tienes que hacer cambios en las líneas de producción o mover una máquina de lugar, lo que significa descablear todo, mientras que una cobertura inalámbrica generada como la nuestra, es llegar, poner un sensor, y ya está. Y, además, muchos de estos sensores pueden funcionar con batería, por lo que no hace falta ni conectarlos a la red eléctrica”, recalca David Rodríguez.
Aunque en los procesos de analítica de datos el protagonismo lo tienen las herramientas de ‘big data’, ‘smart data’ o la inteligencia artificial, lo cierto es que esa primera fase de captación y transmisión del dato es igual de importante. “Cuando llegamos al programa de aceleración del Grupo PSA, había muchas ‘startups’ que iban dos pasos más allá ofreciendo soluciones de visión artificial, inteligencia artificial, mantenimiento predictivo… Son tecnologías que atraen mucho, pero hay que partir de que en algunos casos ni siquiera se contaban las piezas que se fabricaban. Nosotros ponemos las bases para, después, poder alimentar esos sistemas más avanzados”, inciden desde LiberIoT.
Un caso de éxito habitual para esta firma consiste en dar conectividad a máquinas relativamente antiguas, anteriores a 2013. “Una máquina industrial puede tener un periodo de vida o vigencia de 30-40 años, pero en el año 2013 no se consideraba esta capa de comunicación para la captación y transmisión de datos. Para ver un dato en concreto de esa máquina, va un técnico y lo recoge en una hoja de Excel, que no es lo más eficaz. Nosotros podemos recopilar información de una máquina, como el número de ciclos, el número de piezas fabricadas, o los estados de las máquinas. No solo damos la cobertura, sino que hacemos la sensorización y la integración de la información en el MES o en el sistema de producción de la empresa”, presume el CEO de LiberIoT.
Otro de los proyectos en los que está inmersa la ‘startup’ es una línea de IoT para la trazabilidad de los medicamentos en hospitales, centros de salud y laboratorios porque “gran parte de las neveras en las que se guardan estos medicamentos y vacunas no se monitorizan, y lo que se suele hacer es colocar un termómetro analógico en su interior para que un enfermero o un celador apunte los datos”, expone Rodríguez. “Esto tiene varios problemas: el primero, que se olviden de apuntar la información; y otro, que no saben cuánto tiempo se ha mantenido una temperatura excesivamente alta o baja. Esto provoca que, a veces, se hayan tenido que desechar medicamentos o que estos medicamentos o vacunas hayan perdido su efectividad. Nuestra solución ofrece una capa de administración para visualizar los datos, recibir alertas en el móvil, o ver la información en pantallas”.
De cara al futuro, LiberIoT quiere introducirse en el sector de la gestión de la información en grandes edificios o comunidades de vecinos “controlando consumos eléctricos, de agua, o aforos. Nuestra tecnología nos permite contar cuántas personas hay en un espacio o han pasado por un lugar, de manera inalámbrica, sin ningún tipo de instalación, tan solo leyendo las direcciones MAC de los móviles que llevan encima estas personas”.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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