Emprendedora vocacional, Izaskun Oribe recibía recientemente el Premio Joven Empresaria 2024 en la categoría de Innovación, por parte de AJEBASK, en reconocimiento a su labor al frente de AIDTEC Solutions, una startup especializada en el desarrollo de soluciones para una agricultura más sostenible. Esta ingeniera industrial por la Universidad de Deusto, Máster en Viticultura y Enología, es una profesional polivalente donde las allá. “Me parece tan potente la unión de disciplinas, que cuando tengo la oportunidad de aprender algo nuevo, me lanzo”, confiesa. Todoterreno y defensora confesa de las iniciativas empresariales, ella es el paradigma irrefutable de esta afirmación. Oribe, además de capitanear AIDTEC, es gerente en Osoak, Centro Especial de Empleo dedicado a la fabricación de placas electrónicas, CEO y Co-fundadora de SAITEC y, a su vez, dedica tiempo a impulsar una comunidad de científicos de datos expertos en IA, llamada Kopuru. “El emprendedor es parte importante de la riqueza generada en un país y, por tanto, hay que cuidarlo”, defiende.
¿Cómo resumiría su carrera profesional?
Muy variada, la verdad. Estudié Ingeniería Industrial, y siempre lo digo, volvería a estudiar esta carrera mil veces más, pero al mismo tiempo estudiaría otras tantas. Eso me ha llevado a desarrollarme en ámbitos muy diversos: desde consultoría, marketing, electrónica de consumo, logística, topografía… Lo curioso, al final, es que todo ese recorrido, que ha supuesto un aprendizaje constante, me ha llevado a donde estoy hoy. Y, echando la vista atrás, siento que todo el viaje ha tenido un gran sentido. A esto se suma que, desde siempre, sabía que quería dar continuidad al viñedo de mi familia, solo que todavía no había descubierto el cómo. Ahora ver que este camino, finalmente, me ha llevado a ese objetivo que tenía desde siempre, me hace sentir muy orgullosa.
¿Podría decirse que es ‘multifaceta’?
Un poco sí. Mis amigas me suelen preguntar si no me gusta sentarme en el sofá. Y sí, me gusta, no nos vamos a engañar, pero también me lío enseguida a hacer cosas nuevas. Me encanta aprender, investigar y ponerlo en práctica. Y, además, me parece tan potente la unión de disciplinas, que cuando tengo la oportunidad de aprender algo nuevo, me lanzo. Creo que esto me viene de mi padre: típico autónomo, que además de viticultor, era ingeniero y hacía proyectos de obra, estaba todo el día en cursos, aprendiendo… Una referencia bastante inquieta también. Por eso yo, además de Ingeniería, me lancé al mundo del MBA y el marketing, porque vi que para el emprendimiento y la empresa me iba a ser muy útil. Y, después, por la viticultura y la enología, para reforzar mis conocimientos del mundo del campo.
¿En qué contexto nace AIDTEC Solutions?
Este proyecto tiene dos catalizadores clave: por un lado, en 2022 fundo con mi hermana una SC (Sociedad Civil), liderada por mi padre, para dar continuidad al viñedo familiar. Nuestro objetivo era ver si, no estando mi padre al mando al 100%, ese plan tenía sentido. Pero, además, durante la vendimia de ese año, Iñigo y yo, que ya estábamos muy metidos en el mundo del viñedo, vimos el potencial que tenía el campo de arrojar datos para tomar mejores decisiones. Iñigo es experto en proyectos de digitalización y análisis de datos, y lo vio claro: aquello era un escenario verde plagado de posibilidades y nos pusimos a ello.
¿Cuáles son los objetivos de la startup?
Ayudar al agricultor y a las bodegas para que puedan tomar mejores decisiones. En un sector en el que los costes se incrementan y los márgenes se van reduciendo, donde además los agentes climáticos, que no se controlan, toman un papel fundamental, tener la capacidad de tomas decisiones que optimicen la labor en campo es fundamental. De hecho, nuestro objetivo no defiende la tecnología por la tecnología. Al contrario, creemos en co-crear soluciones por y para los agricultores, que realmente resuelvan sus problemas y les ayuden a pasar a datos todas esas variables del campo, que ellos conocen muy bien a base de intuición y años de experiencia.
¿El proyecto es ya es una realidad, es decir, está funcionando en el día a día?
Está funcionando, sí. Empezamos hace un par de años, desarrollando cuatro cacharros que validaran nuestra teoría y, a día de hoy, ya están midiendo parámetros de tierra y planta en el viñedo. Llevamos recogiendo datos un año y medio, y este proceso, como en el campo, se trata de ir sembrando ahora para recoger en un tiempo. Con toda esa información, podemos dar la capacidad de decidir al agricultor y a la bodega, en base a los parámetros que recogemos, y los que podemos cruzar del exterior.
¿Cuán de complejo diría que es emprender?
Bajo mi punto de vista, tiene sus luces y sus sombras. No quiero demonizar el emprendimiento, pero la realidad es que tampoco es un camino fácil, donde tienes una gran idea y esta sale adelante a la primera. Requiere esfuerzo y, más que motivación, constancia. Es un camino lleno de “noes”, y si lo compaginas con otras actividades, ni te cuento. Sin embargo, esa renuncia merece la pena cuando ves cómo el proyecto sale adelante poco a poco, incluso se va transformando por el camino, porque esa idea de la que estabas tan enamorado, va cobrando nuevos sentidos cuando conoces de verdad el mercado y la necesidad.
¿Qué mensaje lanzaría a todos los agentes que rodean al emprendedor/a?
Que, por favor, lo fomenten, lo apoyen y lo visibilicen. Es impresionante preguntar entre la gente joven cuántos quieren emprender y que ninguno sienta el gusanillo de hacerlo. Incluso (y nos ha pasado), que nuestro entorno nos pregunte cosas del tipo: “¿Y ya te merece esa verbena?”; “Estaréis forrados, ¿no?”; “Qué ganas de meterte en jaleos”… Pues merece, nos cuesta más de lo que nos da, y nos gustan los jaleos. Y es un poco esa mentalidad la que creo que hay que cambiar: que el emprendedor es parte importante de la riqueza generada en un país y, por tanto, tenemos que cuidarlo.
¿Cuál es la recomendación que trasladarías a quien esté contemplando dar este paso?
Que da miedo, pero que a veces, hay que hacerlo hasta con ese miedo. Yendo informado, bien acompañado y teniendo siempre planes B, C o incluso Z, el camino es viable (y no he dicho que no sea duro). Nosotros siempre hemos pensado que, lo que tenemos garantizado es el aprendizaje, y eso nos lo llevamos sí o sí. Y, además, existen muchas entidades, como el BIC Araba, programas universitarios y organizaciones a nivel País Vasco, que dan soporte durante el inicio de los proyectos, y son una gran iniciativa para empezar a dar forma a una idea, con visión de negocio.
El Grupo SPRI da la oportunidad a las empresas vascas de informar sobre su actividad en sus canales propios. Si tu proyecto está relacionado con nuestras temáticas (I+D+i, digitalización, internacionalización, emprendimiento, innovación…) puedes participar en la iniciativa Hablamos de ti.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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