Hace siete años, Fernando Santamaría conoció en Francia los aceites de primera presión en frío, sobre todo el de girasol, y pensó que, por las condiciones climáticas de Álava, se podría cultivar un aceite con un gran sabor. En la pandemia, compró la prensa e hizo las pruebas necesarias “hasta conseguir el aceite con la densidad y sabor que creímos idóneo para consumir tanto en hostelería como en casa”, apunta el socio y gerente de Ekiolio, Fernando Santamaria. Pero fue hace un año cuando la empresa alavesa empezó a comercializar sus aceites.
Una vez había conseguido el aceite de girasol deseado, empezó a elaborar un aceite de colza, “un gran descubrimiento para nosotros”, según el socio y gerente de Ekiolio. La historia de este óleo es diferente “pues es la gran desconocida de los aceites”. Cuando consiguió producir el olio deseado, lo dio a probar a diferentes cocineros y “ante la expectación levantada vimos que tenía gran potencial”.
Los aceites de Ekiolio han pasado de saborearse en restaurante de primer nivel de Álava, a poco a poco adquirir presencia en cocinas de Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra. Ahora, su fin es hacerse un hueco entre los fogones del País Vasco francés. El aceite más demandado es el de girasol, ya que es un ingrediente muy usado en nuestra dieta, no obstante, el de colza ha tenido una buena acogida: “solamente en Vitoria-Gasteiz se han consumido 2.700 litros de aceite de colza en alta cocina”, explica Fernando Santamaria. Pero “después de probarlo en restaurantes, los clientes lo quieren en casa”, por eso, desde finales de verano, también vende a particulares.
Ahora, su objetivo es afianzar la relación con los distintos restaurantes que cocinan con sus aceites y, si fuera posible, aumentar la producción. Ya ha recolectado las semillas de colza y girasol cultivadas en sus parcelas, y ahora podrá hacer una estimación de la producción de aceite que es capaz de manejar. En caso de necesitarlo, adquirirá semillas de otros agricultores, pero en ese caso “tenemos que estar muy seguros de cómo producen sus semillas, qué productos utilizan, etc.”, desarrolla el socio y gerente, para garantizar que cumplen con los estándares de Ekiolio.
De forma paralela, realiza pruebas junto a la Jabonería de la Almendra para ver cómo se comporta el aceite de colza en cosméticos, sin perder sus cualidades propias. Su intención es intentar trabajar con alguna empresa de cosméticos de Euskadi puesto que “la densidad del aceite, la baja cantidad de grasas saturadas, así como alguna otra virtud de este aceite prometen”, según señala Fernando Santamaria.
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