HUPI es una empresa francesa especializada en inteligencia artificial. Con sede original en Bidart, a unos treinta minutos de la frontera guipuzcoana, la compañía siempre se ha centrado en el desarrollo de soluciones para el entorno. Irati Rodríguez, desarrolladora de negocio de HUPI Ibérica, cuenta cómo la empresa abrió su segunda oficina en el Parque Científico y Tecnológico de Gipuzkoa y, desde entonces, se ha comprometido con su entorno industrial y las empresas e instituciones que forman parte de él. Defiende la idea de “democratizar esta tecnología para que no solo las grandes corporaciones puedan acceder a ella”, ya que “Euskadi es una región puntera en estrategia digital y sus pymes son conscientes de que ya no es algo que puedan elegir, sino que es algo que ya está aquí».
¿Cuál es la evolución de HUPI desde que nace hasta que se implanta en Euskadi?
HUPI nació hace diez años, en 2013, con sede en Bidart. Ahora mismo, contamos con 12 personas en plantilla, pero seguimos reclutando y esperamos terminar el año con 14. En cuanto a facturación, el año pasado lo cerramos con alrededor de 1 millón de euros, con un crecimiento anual de un 30 %. Además, en este tiempo hemos desarrollado alrededor de 85 proyectos con más de 65 clientes.
En cuanto a HUPI Ibérica, con sede en Miramón (Gipuzkoa), nació en 2018. Fue después de participar como finalistas en la primera edición del programa BIND 4.0. Empezamos a desarrollar un proyecto con la empresa Maier de la Corporación Mondragon, que fue un éxito. Satisfechos con los resultados, nos llamaron desde el Grupo SPRI y nos plantearon la posibilidad de abrir la oficina en Euskadi. Desde entonces, ya hemos desarrollado unos 15 proyectos con casi 10 clientes. Y, ahora mismo, la facturación de la empresa en Donostia supone entre un 15 y un 20% de la facturación total de HUPI.
Ahora, con sede en el Parque Científico y Tecnológico de Gipuzkoa, ¿a qué se dedica la oficina vasca?
Ambas oficinas tienen los mismos objetivos, pero la oficina de Bidart se ha centrado sobre todo en I+D+i. En la oficina de Donostia, lo que queremos es generar conocimiento, más orientado al desarrollo de producto, de estrategia y de negocio. Desde hace un par de años, después de la pandemia, empezamos a desarrollar lo que llamamos sistemas ciberfísicos. Son dispositivos IoT cuyo valor diferencial es que integran en sí mismos softwares y algoritmos de inteligencia artificial. Poco a poco, lo que estamos desarrollando en Donostia es esa parte: cómo ir desde las soluciones software para operadores o clientes industriales que hacemos en Bidart a la parte de producto.
Esos sistemas ciberfísicos tienen diferentes sensores y pueden servir para la movilidad, para operarios que trabajan en redes eléctricas… Ya no es un software que tenemos que procesar online o en una plataforma digital, sino que en sí mismo puede hacer toda esa ‘matemática’. Estamos desarrollando proyectos con empresas de aquí, como con DBus, con quien ya tenemos cuatro proyectos diferentes. En total, tenemos alrededor de 500 dispositivos funcionando.
¿Consideráis a Euskadi, pues, un punto estratégico a nivel de negocio para HUPI?
Para nosotros sí, vemos una gran fuerza industrial en Euskadi. El tejido económico nos da pie a ello, y la mayoría de nuestros clientes son industriales, como Gestamp, Lantek, Corporación Mondragon, Luma… Para nosotros fue estratégico poder abrir la oficina de Miramón para generar esa experiencia compartida.
¿Qué ha aportado esa apertura?
Tener otra oficina en Gipuzkoa era muy importante. En Euskadi tenemos gran actividad y estamos muy involucrados con instituciones como Gobierno Vasco. En 2021 se creó el Basque Artificial Intelligence Center (BAIC), y nosotros somos uno de los administradores y estamos en el consejo directivo. Para nosotros fue muy importante y lo cogimos con mucha ilusión, porque fue la propia consejera Arantxa Tapia quien nos valoró y nos ofreció ser parte de este consorcio.
Además, vemos la empresa y la actividad económica que estamos desarrollando no como un fin, sino como un vehículo que nos permite transformar la sociedad. Nosotros decimos “sí, estamos usando inteligencia artificial”, porque al final somos tecnólogos y nuestro expertise se ciñe a ello, pero al final es un medio que nos permite crear ese valor. Todo el ecosistema que rodea a la oficina de Donostia ofrece grandes ventajas para ello. Además, aunque no somos una cooperativa, la forma de entender el negocio se asemeja mucho más a ese modelo, y Gipuzkoa es un territorio con esa filosofía muy arraigada que nos inspira bastante.
A nivel general, ¿qué valor añadido cree que destaca a Euskadi para las compañías que deciden implantarse aquí?
Al final, vemos que Euskadi tiene un tejido económico muy importante, sobre todo del sector industrial. Tenemos empresas grandes muy punteras, como pueden ser Euskaltel, Iberdrola, Mondragon… pero también hay muchas empresas pequeñas, pymes, que son expertas en algo muy concreto y que saben cuál es su potencial. Lo que nosotros pretendemos es siempre poner en valor o democratizar esta tecnología para que no solo las grandes corporaciones, las que tienen más poder económico, puedan acceder a ella, sino que otras más pequeñas que aún estén en proceso de imaginar cómo puede ser este mundo o estén construyendo los primeros pilares, también puedan tener acceso.
Vemos que Euskadi es una región puntera en toda esta estrategia digital y vemos que estamos muy avanzados respecto a España, Francia o Europa. Y las empresas entienden la necesidad y el valor que esto ofrece, son conscientes de que ya no es algo que puedan elegir, sino que es algo que ya está aquí y que de una forma u otra tienen que implementar.
El Grupo SPRI acompaña a las empresas que estén pensando en instalarse en Euskadi a través de guías y herramientas de financiación.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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