Heredera de una tecnología desarrollada en el Instituto Politécnico de la Universidad Estatal de California (CALPOLY), nace en 2018 Bromalgae, una empresa biotecnológica que desarrolla y comercializa soluciones para remediación ambiental. Tras probar su tecnología a escala laboratorio ha puesto en marcha una experiencia piloto en Zabalgarbi (Bilbao), que ha dado como resultado una realidad industrial aplicable a todos aquellos sectores que obtienen la energía necesaria para sus procesos a partir de la combustión de materias fósiles, carbón, gas natural y otros gases orgánicos, gasoil, etc.; y que, por tanto, emiten gases que provocan el calentamiento global a nivel atmosférico.
El ingrediente secreto de la startup de Bilbao son las microalgas, capaces de captar los gases contaminantes provenientes de la producción industrial o de las áreas urbanas. Así lo explica Guillermo Barredo, presidente del consejo de Bromalgae: “Las microalgas se pueden utilizar como ‘biofiltro’, es decir, que es posible hacer pasar determinados gases contaminantes, como el CO2 y el NOx, a través de su medio de cultivo. Pero esas moléculas contaminantes no quedan almacenadas en las algas, sino que son transformadas en sustancia algal, desapareciendo, así, como contaminantes”.
Sin embargo, esto no es todo, pues el proyecto no solo soluciona un problema medioambiental, sino que obtiene un producto comercial. “Nuestro sistema de los biofiltros se inserta con mucha claridad en el esquema conceptual de la economía circular”, subraya Barredo. Porque las microalgas, una vez recolectadas y secadas, pueden ser vendidas en el mercado mundial y, de esta forma amortizar el costo de la planta. De hecho, el presidente del consejo de Bromalgae apunta que “estas plantas son un elemento de alto valor en términos comerciales, pues la demanda supera ampliamente a la oferta. Es un producto utilizable en sectores muy variados como pueden ser la alimentación animal o humana, la investigación farmacéutica, la cosmética, los nutraceúticos, las moléculas complejas, y hasta la obtención de hidrógeno, entre otros muchos”
En este sentido, la empresa biotecnológica tiene entre sus objetivos la producción de estas microalgas en grandes cantidades, para lo cual ya está desarrollando fotobiorreactores de nuevo diseño que simplifican su inserción en el espacio industrial. “Debemos un gran agradecimiento a Zabalgarbi por habernos facilitado sus instalaciones para llevar a cabo la experiencia piloto. Gracias a ello, hemos podido avanzar en este nuevo diseño y así seguiremos, pues lo que está claro es que la defensa del medio ambiente y de la atmósfera requiere la aplicación de tecnologías de economía circular”.
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