Baster, una empresa familiar fundada en 1980 en el caserío Basterralde, en Aretxabaleta (Gipuzkoa), comenzó su actividad con apenas dos máquinas de abrillantado. Viendo las necesidades de las empresas del entorno, incorporó más adelante la división de vibrado para algunos sectores como menaje, construcción, máquina herramienta y, sobre todo, automoción. Con el paso de los años, aun continuando con esas actividades, la empresa se centró en el desengrase de piezas metálicas y de otros materiales y, desde los últimos 7 años, en la limpieza técnica de partículas.
“En la industria de la automoción, por el riesgo de contaminación por partículas residuales de componentes funcionalmente relevantes, el concepto de la limpieza técnica está cobrando cada vez más importancia. Esta misma necesidad existe en el área de la aeronáutica, de la ingeniería de precisión, de hidráulica, etc.”, explica la responsable comercial de Baster, Jasone Díaz de Guereñu.
Para cumplir con los altos requisitos de normas de limpieza, se requieren tecnologías avanzadas: “No solo un equipo moderno garantiza cumplir dichos requisitos. Otros factores, además del conocimiento de la empresa, como el proceso previo de fabricación, determinan el poder alcanzar el objetivo de limpieza solicitado. Además, para garantizar ese nivel obtenido hasta el montaje final, es importante tener en cuenta los procesos posteriores: zona de manipulación, tipo de embalaje, transporte y condiciones de montaje del componente”.
Con el fin de ayudar a garantizar la limpieza, los estándares de limpieza ISO 16232 y VDA 19 se introdujeron en la industria automotriz a principios de la década de 2000. “Estos estándares hicieron que la medición y el análisis de la composición de partículas extrañas y contaminantes fueran de conformidad con sus requisitos de calidad, obligatorios en toda la industria”, cuenta el responsable técnico de procesos, Mikel Diaz de Guereñu.
Según el gerente de Baster, Borja Izquierdo, “no todas las empresas pueden integrar una planta de limpieza técnica. Como proveedor externo de este servicio, Baster ofrece la posibilidad de incluir la limpieza de los componentes dentro de la cadena de valor de nuestros clientes”. Además, gracias a los años de experiencia y la colaboración con partners especializados en el sector, Baster asesora a sus clientes en este campo tan amplio, “donde no hay un factor que sea importante, sino que hay muchos factores que hay que tener en cuenta para cumplir con los altos requisitos que se están solicitando en la industria”.
De ser una pequeña empresa familiar, Baster ofrece ahora una amplia variedad de servicios y trabaja para sectores más variados. “A los históricos enumerados anteriormente debemos sumarle sectores como el eléctrico, electrónico e incluso, aunque en menor medida, el sanitario y el alimentario. Estos nuevos sectores exigen cumplir con unos requerimientos más elevados. La tecnología que se utiliza en la empresa y el ‘know how’ adquirido durante los últimos años permiten trabajar para clientes punteros”, cuenta Mikel Díaz de Guereñu. La evolución de la empresa también es notable en cuanto empleo: en los últimos cinco años, la plantilla ha pasado de 20 personas a alrededor de 30, mientras que en 2009 la conformaban apenas 7 empleados.
Su labor es indiscutible: “Cada vez más, los clientes finales requieren piezas con mejor funcionabilidad, durabilidad e incluso imagen. Ahí la limpieza técnica de partículas es un servicio que permite cumplir con esas necesidades de los clientes, algunas veces como proceso único y otras veces compartido con otros servicios de tratamientos superficiales”, explica Izquierdo.
Y “ante una mayor exigencia, es necesaria una mejor tecnología. Esto es algo clave y Baster siempre ha invertido en la mejor tecnología para los servicios que ofrece. En los últimos años, se han materializado inversiones en maquinaria puntera alemana. Esto ha permitido dar un salto de calidad en el sector”, celebra Izquierdo. “La limpieza técnica evoluciona y la experiencia adquirida durante estos años es un factor muy importante que hace que la empresa sea competitiva, pero la investigación, colaboración y mejora continua, son las bases para continuar liderando este campo”.
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