El mítico Orient Express ya tiene su réplica en el mar. El astillero francés Chantiers de l’Atlantique construye en estos momentos un trasatlántico impresionante de 200 metros de eslora que está equipado, entre otros lujos, con 54 suites, dos piscinas y varios restaurantes. Sobre el papel, el velero más lujoso del mundo que se calcula podría tener un coste final de 1.000 millones de dólares. Pues bien, el impulso de este nuevo gigante del mar sería posible gracias a los motores de la compañía vasca Ingeteam, pionera en tecnologías de propulsión silenciosa. Si todo transcurre según lo previsto, la botadura de este velero que emulará al mítico tren que cubría la ruta París-Estambul, se producirá en 2026. Oier Urrutia, Responsable Comercial de Europa para Marina de esta firma vasca, ofreció en Made in Basque Country los detalles de un proyecto llamado a marcar una época.
¿Qué supone para Ingeteam ligarse a un proyecto de estas características?
Es un paso adelante para la empresa, sin duda. Tanto por el impacto de la marca como por la alta innovación tecnológica que conlleva.
Van a ser dos barcos-hermanos a equipar, ¿no?
Sí, y puede haber otros dos más. Estamos realmente satisfechos.
¿Cómo les contactaron?
Los barcos pertenecen a la compañía Accor y se construirán, bajo la marca Orient Express, en el astillero francés Chantiers de l’Atlantique, con el que llevamos trabajando desde hace más de ocho años. Y han sido ellos quienes nos han propuesto al armador.
¿En qué consiste la participación de Ingeteam en este velero?
Vamos a suministrar un total de cinco motores y cinco convertidores para los sistemas de propulsión. Concretamente, se trata de los dos motores que accionaran la propulsión principal, más los tres motores de propulsión transversal, junto con los convertidores de frecuencia de todos ellos. Esto proporcionará el máximo confort a bordo gracias a sus bajas vibraciones y ruido. También desarrollaremos dos mandos a distancia de propulsión, que posibilitarán la máxima gestión de la propulsión y eficiencia a través de la tecnología SolidSail.
En esta ocasión, esos convertidores incluyen conexión a tierra con el puerto. ¿Para qué?
Para que mientras los veleros estén atracados se puedan conectar a la red eléctrica terrestre. De esta manera no tendrá que mantener sus motores de combustión auxiliares en marcha para alimentar los servicios del crucero, contribuyendo así a la reducción de emisiones de nitrógeno, azufre y dióxido de carbono a la atmósfera.
¿Qué fuerza real de empuje propulsarán esos cinco motores?
Aproximadamente unos 7.500 CV.
Y además de la propulsión, ¿qué otro valor añadido tendrán?
Como hemos dicho, permitirán un diseño silencioso para garantizar el confort de los pasajeros.
¿Todo eso se fabricará aquí en Euskadi?
Sí, desde el diseño y fabricación hasta las pruebas. La parte de control y la electrónica de potencia la lideraremos en nuestra sede del Parque Tecnológico de Bizkaia y la de los motores, en Beasain.
Hablamos de un velero llamado a convertirse no solo en el más lujoso sino en una referencia de los cruceros de lujo desde el punto de vista medioambiental…
Esto será así porque será propulsado por dos fuentes de energía alternativas: las velas, que es toda una innovación tecnológica para este tipo de barcos que ha desarrollado Chantiers de L’Ataltique conocido como SolidSail. Son tres velas rígidas de 1.500 metros cuadrados de superficie cada una, que se izarán sobre una plataforma con tres mástiles basculantes de más de 100 metros de altura, capaces de garantizar hasta el 100% de propulsión en condiciones climáticas adecuadas. Este sistema convivirá con un motor de gas natural licuado (GNL) que en el futuro podría usar hidrógeno verde. Subirnos al tren de este nuevo concepto hace que sea muy interesante.
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