La multinacional norteamericana Pepsico ha decidido convertir su planta alavesa de Etxabarri-Ibiña en el banco de pruebas de su estrategia verde a nivel internacional. Para ello, ha decidido acometer una inversión de 14 millones de euros para convertir esta fábrica en la primera del grupo en embotellar en envases de plástico 100% reciclado. La media representa un hito empresarial, pues España será el primer mercado en beneficiarse de esta decisión, que permitirá a la planta reducir un 40% su huella de carbono y consolidar sus 200 empleos directos y otro medio millar de indirectos, avanza Víctor Pérez, director de la Cadena de Suministros de PepsiCo para el Suroeste de Europa.
En términos de balance y resultados en esta época de pandemia, ¿cómo fue el pasado 2020 para la planta alavesa?
Fue muy intenso, tanto por nuestra propia actividad e inversión prevista como, lógicamente, por la pandemia y todas las instalaciones y medidas de seguridad que tuvimos que poner en marcha. Pero así y todo, estamos muy contentos de cómo han salido las cosas y de cómo nos hemos preparado para el futuro a partir de una apuesta por la innovación que esperemos que nos traiga muchas cosas, lo que sin duda nos va a dar la posibilidad de fabricar para otros países para seguir creciendo y manteniendo el empleo.
¿Esa primera botella de un refresco elaborada con el 100% del plástico reciclado es ya una realidad?
Estamos terminando de realizar todas las validaciones que corresponden a un lanzamiento de este estilo, y lo cierto es que se están produciendo incluso mejor de lo previsto. Estará en el mercado en mayo.
¿Ese plástico procede de las propias botellas o de otros productos?
Procede básicamente de todo lo que depositamos como sociedad en el contenedor amarillo para reciclar. PepsiCo ha apostado por ello con la idea de cerrar ese círculo de transformación del plástico.
¿De cuántas toneladas de plástico reciclado podemos estar hablando en un año?
Hace un año aproximadamente, las botellas de Pepsi, KAS y 7Up, que son tres de las principales marcas que comercializamos –en Álava se embotellan hasta 170 referencias-, contaban con el 50 % del plástico reciclado, y ahora hemos dado el salto al 100%. Por lo tanto, si tenemos en cuenta la situación actual y a la que vamos a ir con este nuevo escenario, con estas botellas de plástico reciclado vamos a contribuir a reducir la huella de carbono en un 40%.
¿A qué áreas o proyectos se van a destinar los 14 millones de euros previstos en su plan de crecimiento?
Dos millones de euros van a ir a parar a eliminar el plástico ‘virgen’ y sustituirlo por otro 100% reciclado y otra partida de tres millones se va a destinar a eliminar las anillas de plástico que agrupan las latas y que ahora serán de cartón. También se contempla poner en marcha un nuevo almacén más eficiente. Cabe recordar que cerca de nueve millones de este paquete de inversión se materializaron el pasado 2020. El resto se completará este curso.
¿Por qué PepsiCo ha decidido que sea Etxabarri-Ibiña la que se convierta en banco de pruebas de la multinacional?
Es algo para estar francamente orgullosos, sin duda. Aquí en Álava existe una sensibilidad especial hacia la sostenibilidad y el medio ambiente, pero es que además tenemos un equipo humano con un conocimiento brutal de esta realidad, muy profesional, con una capacidad fantástica y con una orientación a resultados increíble. Y estas cosas a nivel mundial se saben y valoran, por eso es ya el banco de pruebas en este proyecto en concreto y en otros que vendrán…
¿Por ejemplo?
El de la eliminación de las anillas de plástico de los packs de latas que citaba antes y que se van a sustituir por cartón. Las anillas de plástico tienen la funcionalidad principalmente del manejo y en este caso lo que hemos hecho de la mano de los proveedores es buscar una solución de cartón que tenga la misma funcionalidad, que puedas coger las latas de una en una o en un pack completo. No tiene cola, con lo cual facilitará el reciclaje posterior, y a nivel de estabilidad funciona muy bien, pues las latas salen protegidas desde la planta de fabricación hasta que llegan al lineal.
Otro gesto ‘verde’ en el que están trabajando es un proyecto para adherir el tapón a la botella…
Se trata de un proyecto derivado de la legislación europea, que será de obligado cumplimiento a partir de 2024 y que a nivel de fabricación nos va a cambiar mucho la foto de la producción. Básicamente se pretende que cuando abras una botella, los tapones no se despeguen de la misma sino que se queden adheridos para evitar la pérdida de plástico por una parte y la contaminación medioambiental por otra.
Se cumplen ahora casi 30 años desde que Pepsico compró esta planta a la mítica KAS, ¿qué queda de aquella época?
El espíritu de entonces sigue muy vivo y con muchas ganas de hacer más cosas. La planta se inauguró hace poco más de 45 años, en el año 74-75, y Pepsico la adquirió en 1992. Por eso este año tan especial lo hemos querido celebrar con la mayor inversión de la historia, con esos 14 millones de euros que van a permitir a la planta dar un notable salto de calidad y asegurar su futuro. Insisto en que ha sido un año muy intenso pero del que salimos muy contentos y, sobre todo, muy reforzados y listos para el futuro.
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