Saizarlan es una pyme de Oiartzun que está acometiendo un novedoso proyecto para convertir en biodegradables las asas de plástico que van en las cajas de cartón. Es uno de los productos que fabrica la empresa, dedicada a la inyección de plástico, y que también produce piezas para automoción, electrodomésticos, construcción, luminarias, mangos para herramientas… Esta información se produce a través de la iniciativa “Hablamos de ti” por la que Grupo SPRI ofrece a las empresas vascas la posibilidad de dar a conocer sus proyectos en su plataforma.
La empresa nace en 1990 por iniciativa del padre de los actuales responsables, que montó un taller debajo de su casa en Oiartzun, dedicado a la inyección de plástico. En 1996 se traslada a la actual ubicación, también en Oiartzun. “En 2000 se renovaron cinco máquinas y en 2002 trajimos una maquina bimaterial, que inyecta dos materiales a la vez, de las primeras de esta tecnología que vino a Gipuzkoa”, comentan Oskitz Saizar, CEO de Saizarlan y Gaizka Saizar, responsable de planta.
En el 2003 instalan la alimentación centralizada, para proporcionar materia prima a las máquinas de manera automática.
El siguiente hito es en 2016 con la adquisición de otras tres máquinas, con lo que la planta dispone de nueve en total. “En 2017 implementamos 3 cámaras de visión artificial en una de las máquinas para el control unitario de las piezas y en 2023 hemos renovado seis máquinas de esas 9”.
La compañía trabaja fundamentalmente para los sectores de automoción, médico, luminarias, herramienta y filtros para piscinas. “Hacemos una inyección standard, en piezas para automoción, y una inyección bimaterial, para los mangos de destornilladores, cinceles, carracas. Trabajamos en toda clase de mangos para herramientas”.
Entre los productos que ofrecen están las asas de plástico para cajas de cartón “que es un producto propio” y las comercializan ellos mismos. “Somos especialistas en la sobreinyección sobre madera, metal, telas, acero u otras piezas de plástico con más de 20 años de experiencia en la fabricación de piezas de 2 y 3 materiales”.
Una de sus características singulares es su proceso
de innovación para uso de materiales biodegradables para fabricar las asas de plástico para cajas de cartón. Es un producto de un solo uso y Saizarlan busca su biodegradación una vez utilizado. Para ello, han recurrido a un plástico biodegradable formado por algas y aceites que se degrada en solo un día. “Estamos en el proceso de desarrollo del material antes de empezar la comercialización de las asas biodegradables, que pensamos puede ser muy importante de cara a disminuir los residuos que generan estas piezas”.
Saizarlan es consciente de que trabajan en un mercado con mucha competencia. “Solo en Oiartzun hay siete empresas de inyección de plástico”. Su facturación anual ronda los 900.000 euros y la plantilla está conformada por nueve personas. La mayor parte de su negocio está en Euskadi.
La I+D está muy presente en la compañía, con la fuerte inversión de los últimos años en la maquinaria, la automatización instalando robots y el proyecto de desarrollo de las asas de plástico biodegradables.
Los retos futuros son trabajar a tres turnos para que la producción no se pare “y evitar problemas de mermas y de tiempo perdido”. También quieren captar nuevos clientes, especialmente en el sector de la herramienta, “donde tenemos mucha experiencia y es un mercado importante en Euskadi. Ya trabajamos para empresas importantes de herramienta como Gove, Bellota y SNA”.
Saizarlan se benefició del programa Hazinnova del Grupo SPRI “para nuevos mercados y marketing y darle visibilidad a la empresa. Estamos modernizando también la imagen de la compañía”.
En los dos últimos años, han acometido una fuerte inversión en adquirir seis máquinas eléctricas y en automatizarlas con robot, “lo que nos diferencia de la competencia. Esas características eléctricas aumentan la precisión y la repetitividad en la fabricación de las piezas. Aseguras que las piezas vayan iguales, causan menos ruido, son mucho más eficientes y evitas los filtros y el aceite que necesitan las máquinas hidráulicas, siendo mucho más sencillo el mantenimiento”.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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