Ainhoa Lete es cofundadora y CEO de la pyme donostiarra Bunt Planet, una pyme cuyo core de negocio se mueve a caballo entre la ingeniería, la digitalización y las tecnologías más disruptivas. Acumula en este campo más de dos décadas de experiencia, donde ha sido capaz de conformar una plantilla cercana a la veintena de profesionales de alta cualificación y amoldar una extraordinaria vocación internacional, pues el 80% de todos sus proyectos proceden en estos momentos del extranjero. Por claves como éstas, su fundadora fue recientemente reconocida por el compromiso social e innovador de un proyecto que en estos momentos está focalizado en políticas reales de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente.
¿Cuál ha sido ese reconocimiento?
Para nuestra suerte fuimos reconocidos con el ‘Premio al Emprendimiento’ por parte de la Fundación Confederación de Directivos y Ejecutivos (CEDE) por haber creado un software basado en Inteligencia Artificial y Big Data para detectar y localizar pérdidas de agua en las redes de abastecimiento.
El galardón les reconoció por el enfoque disruptivo, innovador y socialmente responsable de este proyecto. ¿Se ven así?
Absolutamente. Nuestra misión como empresa es mejorar el planeta con la ayuda de la tecnología y para ello nos hemos enfocado en cuidar un recurso muy valioso como el del agua, que además de un importante valor económico tiene un enorme valor social. Comenzamos muy centrados en las pérdidas de agua de las redes de agua potable pero ahora ya analizamos anomalías en la red de saneamiento, problemas de calidad de agua e incluso hemos creado un gemelo digital para que nuestros clientes puedan simular diferentes escenarios y así facilitar la toma de decisiones.
Aplicación de la Inteligencia Artificial para detectar ineficiencias en la red de distribución… ¿Cómo se puede explicar?
La Inteligencia Artificial es una tecnología que permite, entre otras cosas, detectar ineficiencias o anomalías. El sistema aprende a reconocer cuál es una situación normal o eficiente, y así, cuando hay por ejemplo una fuga, es capaz de detectarla y localizarla. También utilizamos esta tecnología para optimizar la distribución de cloro en el agua y mejorar su sabor. O para determinar qué tuberías deben ser reemplazadas.
Una de sus viejas aspiraciones en este campo era convertirse en líderes mundiales de este nicho. ¿Lo han conseguido ya?
Todavía nos somos líderes a nivel de cuota de mercado, pero desde luego somos líderes a nivel de innovación. Y esto lo demuestra que Siemens, una de las empresas más punteras del mundo, ha seleccionado nuestra tecnología para completar su porfolio de soluciones digitales para el sector del agua. Además, los líderes mundiales del sector son nuestros clientes.
¿Esta tecnología a quién interesa y qué beneficios reporta?
Con nuestra tecnología se pueden reducir las pérdidas hasta un 50%. Lograr esta reducción es muy importante para nuestros clientes, que son las empresas que dan el servicio de agua. Y es que tenemos clientes que no se pueden permitir ninguna ineficiencia a nivel de pérdidas de agua y tienen que ser capaces de simular diferentes escenarios para la toma de decisiones. Esto lo pueden hacer gracias a nuestro gemelo digital, que es como una copia digital de su red de agua.
¿El 25% del agua que transita por nuestras tuberías se pierde?
Hoy en día se pierde algo más. Un estudio reciente estima un 30% de media en el mundo y la situación está empeorando porque la infraestructura va envejeciendo y no se renueva al ritmo deseable. En 2006 la pérdida económica debido a las pérdidas era de 14 billones de dólares, mientras que este 2022 se calcula que alcanzará es de 39 billones. Se ha multiplicado casi por tres.
¿A cuánto equivalen estas pérdidas a lo largo de un año, por ejemplo?
Al año se pierden unos 126 billones de metros cúbicos en el mundo. Para que nos hagamos una idea, un hogar puede llegar a consumir alrededor de 120 metros cúbicos al año, por lo que con el agua que se pierde se podrían abastecer más de mil millones de hogares. Nosotros pensamos que con una de nuestras herramientas (BuntBrain) podríamos reducir estas pérdidas a la mitad.
¿Qué el agua sea gratuita y, por tanto, no tenga un valor de mercado es algo que influye en esta especie de desidia?
El agua es muy económica en relación, por ejemplo, con lo que pagamos por la energía, por eso creemos que su precio debería subir en los próximos años para acometer las inversiones necesarias de cara a garantizar un servicio de calidad.
Bunt Planet nació en el año 2000 de la mano de cuatro ingenieros industriales y acumula no pocos reconocimientos y buenos resultados que le convierten en un buen activo. ¿Está la empresa donde usted quiere que esté a estas alturas?
Hemos cumplido algunos de los sueños, hemos desarrollado un producto propio puntero y además hemos logrado internacionalizarnos, pues hemos implantado nuestra tecnología en 18 países. Pero desde luego todavía tenemos recorrido y eso apunta, entre otros, al mercado de los Estados Unidos, donde aún no estamos y donde queremos estar.
En estos tiempos de cambio, ¿cuál diría que es el peor error que una empresa puede cometer?
La autocomplacencia, pensar que no se puede mejorar.
¿Y ante la disyuntiva de aguantar en estos tiempos de incertidumbre o innovar…?
Nosotros siempre hemos optado por innovar. Está en nuestro ADN. Y después reinventarse. Para nosotros es vital y es la clave del éxito de las empresas centenarias, que siempre son un buen espejo donde mirarse.
A lo largo de estos 22 años han sufrido dos crisis muy importantes y es curioso que tras una de ella es cuando se produjo su salto al sector del Agua, que a la postre les ha permitido la diferenciación… ¿Qué lección ha aprendido de las situaciones más complejas?
Que cuando se cierra una puerta muchas veces se abre una ventana. O se descubre una ventana abierta en la que no habíamos reparado.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?