La jornada online desarrollada el pasado martes 5 de octubre organizada por la Cámara de Bilbao, contó con el impulso y colaboración de la agencia vasca de internacionalización, Basque Trade & Investment, en un intento por difundir una gestión técnica del riesgo en las operaciones de comercio exterior por parte de las de las empresas vascas.
La presentación de las diferentes herramientas propuestas por CESCE, en los seguros de crédito a la exportación, en función del análisis de la propia tipología de la empresa, nivel de riesgo de la operación, de los clientes y de los diferentes mercados internacionales, corrió a cargo de Fernando Aguirre, director territorial de la zona norte de CESCE, Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación, especializada en la gestión del riesgo comercial, presente en 9 países, y que constituye el 4.º Grupo mundial y el 2.º de España, en crédito y en caución.
Todo debe de estar previsto en este arranque convulso de la era post-COVID-19, factores como el Brexit y sus problemas de abastecimiento, la tensión provocada por el liderazgo económico entre China y EE.UU, o la crisis energética y su efecto en el incremento de su precio, se enmarcan en un mercado global, pleno en oportunidades, en el que todo está interrelacionado, con países endeudados, incrementos en el coste de las materias primas, a la par que su escasez, así como la escasez de determinados productos, como los semiconductores, hacen que sectores, países y empresas se vean afectados, pero cada uno de una forma diferente.
Un conjunto de incertidumbres que generan inquietudes en el mercado y que resume la frase: “Espera lo mejor, prepárate para lo peor y gestiona lo que venga”. La exportación se ve grabada por un variado conjunto de riesgos: políticos, de divisas, contractuales, diferente legislación, de transporte, logística, fraude, o impago. Por lo que es necesario asumir los riesgos o trasladarlos y limitarnos mediante el análisis de los factores que incurren en el proceso, su correcta gestión, anticipando mecanismos correctores en las relaciones con los clientes ante el límite de riesgo, plazos y formas de pago, e impagos, entre otros.
Por ello, un seguro de crédito se constituye como una herramienta de gestión, al asumir que la gestión del riesgo comercial es un seguro vivo, en continua relación, semanal o diaria, con los datos del proceso, mediante el control del riesgo, la cobertura necesaria en impagos, el acceso a la financiación y su posible recobro. El análisis de la información se basa en rigurosos informes de agencias internacionales como Dun & Bradstree, que, entre otros muchos factores, como el riesgo país, además de vigilar a los clientes, también vigila a los proveedores.
El riesgo es un cálculo de probabilidades, puede afectar a empresas con un índice muy bajo de impago, establecido en una escala de 0 a 7, y no afectar a otra con un índice muy alto. La solución es la suscripción de una póliza de cobertura adaptada a nuestras necesidades.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?