Euskadi y la región chilena de Biobio han estrechado sus relaciones económicas tras la firma de un acuerdo de colaboración para impulsar la internacionalización y actuaciones medioambientales. El objetivo es compartir conocimientos, datos, experiencias y buenas prácticas en sectores industriales como el forestal, papelero, siderurgia, agroalimentario, la gestión de residuos, los suelos contaminados, la gestión del agua o la calidad del aire.
El acuerdo ha sido firmado por la Agencia Vasca de Internacionalización, Basque Trade & Investment, integrada en el Grupo SPRI, y la Corporación Regional de Desarrollo, Desarrolla Biobio. Ha sido suscrito por el viceconsejero vasco de Industria, Mikel Amundarain, y el gobernador de la región de Biobio, Rodrigo Diaz Wörner.
Biobio es una región de referencia en términos de innovación en Chile, pero también en América Latina, y cuenta una población de más de 1,5 millones de habitantes, siendo la tercera región más habitada del país, por detrás de las regiones metropolitanas de Santiago y de Valparaíso. Sus principales actividades económicas principales son la forestal y la pesca, y en forma secundaria la agricultura, la industria manufacturera y los servicios.
Actualmente está inmersa en el impulso de actividades económicas como la innovación en salud, el hidrógeno verde, la promoción de la industria de servicios tecnológicos y un programa piloto de reciclaje.
El acuerdo entre Euskadi y esta región chilena, con una vigencia de tres años, se concreta en promover el intercambio de información y buenas prácticas, la realización de viajes entre ambas partes y la organización de seminarios y reuniones para compartir conocimiento.
Las relaciones entre Euskadi y la región de Biobio no son nuevas. Hace varios años firmaron un acuerdo de cooperación en materia de innovación tecnológica, universidades e industrias creativas. En 2019, una delegación de Biobio se reunió con directivos del Grupo SPRI para conocer de primera mano las políticas públicas en Euskadi y capacidades de distintos agentes incluso del ámbito tecnológico. La delegación tuvo además contactos con clústeres, centros tecnológicos y administraciones públicas.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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