IKERLAT Polymers es una pyme, ubicada en Lasarte (Gipuzkoa), que fabrica la materia prima para realizar test de diagnóstico de salud. Su producto ha permitido realizar 150 millones de test del Covid en todo el mundo. La compañía ha recibido apoyo económico del Grupo SPRI a través del programa BDIH Konexio con el que el Basque Digital Innovation Hub está poniendo a disposición de las pymes la red conectada de activos y servicios de fabricación avanzada para la formación, investigación, testeo y validación.
La empresa se constituye en 2000 por personas procedentes de la Facultad de Química de San Sebastián que, en su tesis doctoral, “vemos que tenía salida comercial. Lo que hacemos son dispersiones de polímeros en agua que se utilizan para el sistema sanitario de diagnósticos in vitro”, explican Joxe Sarobe y Sergio Rubio, director e investigador de Innovación y Desarrollo, respectivamente.
Su producto, inicialmente, se centraba en test para hospitales, pero con los años han ido evolucionando, tanto en nuevos campos como la purificación de proteínas, como en la búsqueda de mercados en el extranjero.
“En estos 22 años hemos conseguido más cuota de mercado y hemos diversificado nuestros productos”. El pasado año su materia prima ha servido para realizar en todo el mundo 150 millones de test relacionados con el Covid, desde los de antígenos hasta para detectar efectos secundarios en pacientes afectados por Covid.
“Lo que hacemos es polimerizar un monómero para formar partículas monodispersas en la escala nano que se utilizan como materia prima en kits de diagnóstico”.
Sus clientes son fundamentalmente del sector sanitario, que fabrican test para detección de enfermedades como el Covid o test de embarazo, pero también para análisis de laboratorio en los hospitales. “En general son test de diagnóstico. Nos hemos especializado en un nicho sanitario y fabricamos a escala de litros porque los clientes sacan un rendimiento brutal: con un litro hacen desde 20.000 a un millón de kits”.
La venta de su producto es a empresas que a su vez venden los test a los hospitales.
La plantilla de IKERLAT está conformada por cinco personas, todos ellos doctorados en químicas. El pasado año, la facturación alcanzó casi un millón de euros y la I+D es clave en su negocio. “Entre investigación interna y en proyectos, dedicamos entre un 30-40%. Y nuestra idea, además de producir más, es incrementar la I+D”.
La ayuda del programa BDIH Konexio del Grupo SPRI ha sido para caracterizar el producto a escala nano y caracterizar así la composición más concreta de las partículas. “Nos ha servido para mejorar el producto y ya se ha comercializado. Hemos trabajado con el CIC nanoGUNE, que nos permite investigar con equipos que serían muy caros e inviables para nosotros. Hemos notado positivamente que estos centros tecnológicos están más cerca del mercado”.
Entre los retos, destacan la finalización de las obras de ampliación de sus instalaciones, que posibilita mayor superficie para laboratorios de producción y la I+D. “Hemos hechos una inversión fuerte. Nos va a permitir abordar nuevos proyectos, ganar en capacidad de producción e internacionalizarnos más: ahora tenemos el 15% de la facturación en el extranjero. Estamos esforzándonos en países como China”.
En cuanto a futuros productos, trabajan en partículas magnéticas para extracción de DNA y RNA, separación de células o purificación de proteínas. “Con el Covid, el Instituto Carlos III contactó con nosotros y validó uno de nuestros productos para sistemas automatizados de extracción de RNA. Había tal demanda a nivel mundial que las multinacionales que suministraban al mercado estatal no tenían stock y la validación de nuestras partículas magnéticas permitió satisfacer la demanda de ese momento”.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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