El mercado ferroviario del Reino Unido, uno de los mayores a nivel mundial, invierte una media de 43.000 millones de libras anuales, y da empleo a 710.000 personas.
La industria ferroviaria en Reino Unido ha sido muy volátil en los últimos cinco años y en 2020-21, los ingresos del sector cayeron un 9,6% debido a que las empresas retrasaron la entrega de trenes y el estancamiento del número de pasajeros tras el brote de la COVID-19.
Actualmente existen dos grandes proyectos de inversión en RU que representan una oportunidad para los proveedores del sector ferroviario: el Integrated Rail Plan (IRP), del que se derivan una parte de la construcción de la línea de alta velocidad HS2 y proyectos de electrificación
En noviembre de 2020 el gobierno se comprometió a aportar más de 40.000 millones de libras para proyectos de capital ferroviario durante los próximos cuatro años, incluyendo 22.800 millones de libras para la nueva ‘línea de alta velocidad HS2 hasta 2025, y otros 17.500 millones de libras en financiación de capital para renovaciones, y mejoras de la red existente hasta 2024. Habrá que estar atentos al próximo acuerdo quinquenal sobre inversión en el sector o Spending Review que se realizará en 2023 y determinará la inversión para el periodo 2024-2029.
Además, como parte del plan de descarbonización, tanto desde el sector público como desde el privado se está poniendo el foco en innovación y tecnología para la consecución de los objetivos fijados: eliminar de la red ferroviaria británica todos los trenes que funcionen exclusivamente con diésel en 2040, y la fijación de cero emisiones de gases de efecto invernadero provocados por el sector ferroviario para 2050.
A pesar de las oportunidades que presentan la nueva construcción de la línea de alta velocidad HS2 y los actuales proyectos de electrificación, el mercado presenta gran incertidumbre e indefinición. Derivado del desconocimiento sobre el rumbo que va a tomar la nueva estructura centralizada del Great British Railway se desconocen el papel de los contratos de servicio de pasajeros que realmente gestionarán los trenes, y los consecuentes nuevos circuitos de contratación y subcontratación en el mercado. Las rutas de HS2 se están acortando y se están reduciendo los presupuestos de electrificación. Tampoco se conoce la cantidad de trenes que se van a adquirir tanto para las nuevas líneas como para las ya existentes.
Debido a esto, y la existencia de proyectos de inversión a largo plazo, se concluye que hay potencial a todos los niveles de la cadena de valor, pero se presentan a medio plazo.
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