Después de tres años de trabajo, el proyecto WATEREYE ha finalizado con éxito, al cumplir los objetivos principales y crear un impacto significativo en el funcionamiento de los parques eólicos marinos y su mantenimiento. Su misión principal era reducir los costes de operación y mantenimiento de los aerogeneradores ‘offshore’, contribuyendo a mejorar el funcionamiento de los parques eólicos marinos mediante el seguimiento remoto de su salud estructural.
Uno de los mayores problemas de la energía eólica ‘offshore’ viene dado por el difícil acceso a los aerogeneradores y por las complicadas condiciones ambientales del mar, que aumentan sustancialmente los costes de operación y mantenimiento frente a los parques instalados en tierra. Estos costes pueden llegar a suponer un 30% del coste nivelado de la energía para un parque eólico ‘offshore’.
Gracias a una detección temprana, inteligente y precisa de la corrosión en las estructuras, se reducirán los costes de los seguros, el esfuerzo de inspección de la corrosión (relacionado con los costes de operación) así como de los costes de mantenimiento y se mejorará la disponibilidad integrando los datos de corrosión.
Para ello, en el proyecto se ha propuesto un sistema novedoso de monitorización en tiempo real de la corrosión, que es un problema importante en este tipo de estructuras marinas. “El sistema que se ha desarrollado, está basado en ultrasonidos y busca monitorizar en continuo la estructura de acero desde el interior de la torre ‘offshore’, donde se despliegan unos nodos sensores que miden el espesor de la estructura y con ello su pérdida de grosor debido al fenómeno de la corrosión”, explica Ainhoa Cortés, investigadora del Ceit, quien ha liderado el proyecto.
La tecnología está compuesta por unos sensores fijos y un nodo sensor móvil basado en un dron. Esta solución móvil hace volar el dispositivo de detección de ultrasonidos a un punto determinado dentro de la torre del aerogenerador para realizar la medición. El dron, que no puede utilizar GPS en el interior de la torre, se desplaza, según indica desde Ceit, “en base a la información que le proporciona una cámara de seguimiento combinado con otros sensores de posicionamiento hasta una serie de puntos críticos de la estructura”, donde hace la medición del grosor automáticamente gracias a los sensores de ultrasonidos desarrollados por el centro tecnológico.
Actualmente, el proyecto se sitúa en un nivel de madurez tecnológica de TRL5, es decir, en proceso de validación, y se espera que la tecnología desarrollada pueda ser utilizada en proyectos piloto durante los próximos meses y estar lista para su comercialización en 3 años.
Enmarcado dentro del Programa de Investigación e Innovación Horizon 2020 de la Unión Europea, WATEREYE ha sido financiado con 4,7 millones de euros. Además del centro tecnológico vasco, han participado en el proyecto las empresas Cobra (España), Semantic Web Company (Austria) y Delft Dynamics (Países Bajos); los centros de Investigación y Desarrollo Flanders Make (Bélgica), Plocan (España) y Sintef (Noruega) y la Universidad Técnica de Delft (Países Bajos).
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