La multinacional japonesa SMC Corporation lleva 30 años instalada en Vitoria-Gasteiz, en el polígono de Jundiz. Allí tiene su sede central para toda la Península Ibérica. Estos días, en pleno año 2020 y con una situación global marcada por la pandemia de Covid-19, ha decidido continuar con su plan de ampliación de sus instalaciones. Las obras darán comienzo en las próximas semanas y servirán para duplicar el tamaño de la planta.
El de SMC es un ejemplo más de inversiones extranjeras en Euskadi que desde la iniciativa Invest in the Basque Country se lleva a cabo en el Grupo SPRI.
Esta ampliación, que supondrá un crecimiento de la plantilla aún por determinar, servirá para consolidar a la empresa en el sur de Europa e implica un compromiso con el empleo y el tejido industrial de su entorno. Para ejecutar el proyecto, se ha elegido a LKS Krean, especializada en arquitectura e ingeniería a nivel internacional.
SMC es líder mundial en el desarrollo tecnológico y creación de componentes de automatización para la industria a nivel global. La compañía arrancó hace más de 60 años, y la mitad de ellos lleva en Península, donde en estos momentos emplea a más de 350 personas. De ellas, más de 200 trabajan en la central de Vitoria.
Con la ampliación, que terminará en un periodo de dos años, la multinacional japonesa pasará de los 10.000 metros cuadrados actuales a ocupar un 60% más. Esto significará “afianzar el modelo de negocio, calidad y eficiencia” de la empresa. Los responsables de la planta resaltan la importancia de esta inversión que llega “en un momento de incertidumbre y desasosiego general, tanto en el ámbito social como industrial”, y la consideran “una inyección para la economía alavesa y vasca en general”, explica David Gallego, director general de la planta.
SMC cumple con la ampliación un hito marcado en su “estrategia corporativa de proximidad y cercanía al tejido industrial”. En el diseño del edificio se han tenido en cuenta los mayores estándares de sostenibilidad, eficiencia energética y en el consumo de agua, en la elección de materiales y la calidad ambiental”.
También aumentará su capacidad de producción, con una “fabricación flexible, personalizada, adaptada a la idiosincrasia del mercado y de los clientes”. Además, la capacidad logística de la planta se multiplicará.
SMC, con más de 20.000 empleados en todo el mundo, se caracteriza por su aportación a la industria a través de la innovación. Más de 300 millones de euros se destinan todos los años en la Corporación a la detección de tendencias, nuevas tecnologías y al desarrollo de nuevos productos. “Ese carácter innovador llega a todas las subsidiarias de SMC en el mundo”, explican.
En un mundo cada vez más especializado, las personas, la tecnología y la utilización responsable de los materiales marcan la diferencia. “Trabajar codo con codo con nuestros clientes, anticipándonos a las tecnologías de futuro e implicándonos en la competitividad, reducción de costes, uso racional de materiales y reducción de la huella de carbono, ayudará a crear entornos industriales y sociales más eficientes y sostenibles, y nos permitirá afrontar como sociedad los futuros retos”, concluye David Gallego.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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