Transbiaga: “A la gente hay que cuidarla; si lo haces de verdad, luego responde”
Grupo Transbiaga es una empresa vasca anclada en Ordizia que nació en 1981 como firma de transportes pero que el paso del tiempo y las sucesivas crisis que tuvo que sortear, le obligaron a reinventarse y adecuarse a los tiempos hasta convertirse hoy en el líder internacional de montaje de parques eólicos. Una labor de altura, sin duda, que desarrolla cada día en todo el mudo, como muestra uno los últimos proyectos que está ejecutando en Chile, donde esta compañía guipuzcoana se va a encargar de mover y colocar torres de 145 metros de altura. Con diez filiales en el extranjero y una carga de trabajo asegurada para todo el año que viene, Transbiaga emplea en estos momentos a cerca de 450 personas y factura el 90% de todo su negocio en el ámbito internacional. Pedro Usabiaga es su responsable de Proyectos.
¿Tener que mover una torre eólica de este volumen, de 145 metros de altura, se considera ya una altura respetable en el sector, no?
Sin duda, sí… Los tiempos evolucionan cada vez más rápido en este sector y las palas y torres de las que estamos hablando ya son de un tamaño más que considerable.
¿Cómo es la actividad, cómo se mueve e instala un parque eólico de este tamaño?
La logística es un aspecto clave en nuestro modelo de negocio porque entran en juego diversos factores. Están la mayoría de los componentes que conforman un molino de viento y que viajan en barco desde las plantas de producción; está luego el transporte, el traslado desde los puertos hasta el emplazamiento donde haya que instalar el parque, que puede ser en puntos orográficos complejos… Hay que gestionar todo ese tránsito, que además pasa muchas veces de forma inevitable por localidades de difícil acceso… Y a todo eso sumamos las grúas móviles que posibilitan el alzado de las torres y palas, grúas enormes con una capacidad de hasta 700 toneladas que hay que saber manejar… La logística, por tanto, es terrible para nosotros, además de difícil y muy costosa.
¿Cómo les van las cosas en este tiempo de pandemia?
No están siendo tiempos fáciles pero no podemos estar parados. Afortunadamente el auge en favor de las energías renovables es un hecho y ahí estamos bien posicionados. Tenemos en marcha varios proyectos en Estados Unidos y seguimos manteniendo una red de filiales muy importante con presencia en países como Uruguay, Chile, República Dominicana, Perú, Honduras, Guatemala, Nicaragua, México, Brasil, Argentina o Sudáfrica.
Asumiendo que en el sector hay más empresas que desarrollan la misma actividad, ¿qué hace diferente a Transbiaga?
Quizá lo que a nosotros nos marca la diferencia es que somos una empresa que abarcamos todos los procesos de instalación de una torre, desde el transporte, las grúas y los equipos de montaje. Ser capaz de ofrecer esta especie de proyecto llave en mano no es común y quizá ahí esté la diferencia.
De los centenares de parques eólicos que han montado, ¿cuál ha sido el más espectacular?
Quizá el de Brasil que estamos montando ahora mismo, un proyecto de 230 turbinas con una capacidad de 700 MW que es el más grande de toda América. Pero también ha habido casos singulares como el que tuvimos que montar en la frontera entre Estados Unidos y México, en territorio de narcos, donde tuvimos que trabajar sometidos a unas fuertes medidas de seguridad.
¿Cuánto tiempo se tarda en montar un Parque Eólico?
Los montajes están ya muy esquematizados, existe una logística en cadena muy marcada y se consiguen montar, de media, unas dos torres por semana.
¿El off-shore no entra en sus planes?
De momento no. Es cierto que tenemos en el radar esa opción, pero ahora mismo todos nuestros esfuerzos están puestos en seguir aportando valor a la cadena de montaje de un parque eólico terrestre. ¿En el futuro? ¡Quién sabe!
¿Con qué lección se queda de la crisis derivada de la COVID19?
Han sido y están siendo unos meses muy duros y me ha tocado vivir situaciones personales muy duras de la gente de nuestro entorno. Trabajadores que estaban desplazados en el extranjero y familiares enfermos aquí, y ellos sin poder viajar, con los vuelos imposibles… Estoy muy orgulloso de nuestra gente, de lo bien que ha respondido y reaccionado. Todo el mundo ha querido aportar y ayudar y al final me quedo con eso. Lo que hace que una empresa funcione es siempre el grupo humano y al final hay que cuidar a la gente, al equipo. Si se cuida al equipo y se cuida a la gente de verdad, cuando vienen mal dadas el equipo acaba respondiendo.
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