La tarjeta de presentación de esta pyme vasca es clara: ingeniería y consultoría que ayuda y emplea sus recursos para que sus clientes sean más eficientes energéticamente, tengan el menor impacto ambiental posible y que cumplan con la normativa vigente. Siempre, añaden en Aztes, desde la perspectiva de dar un valor añadido a su empresa, como el ahorro energético, la imagen o la satisfacción de sus clientes. Fundada en 2014 por Roberto Pérez de Arrilucea y Nerea Alonso, tiene su sede en el Parque Tecnológico de Álava.
Con la espiral de incertidumbre en torno a los costes de la energía derivado del conflicto de Ucrania, ¿es buen momento para vuestra empresa en cuanto a consultas, peticiones o proyectos para optimizar costes en el recibo de la luz?
Cualquier momento es bueno para abrir los ojos y ser consciente de la necesidad de ser más eficiente y cuidar el medio ambiente, pero sí que es cierto que en estos momentos de crisis energética y medioambiental que nos influye en el bolsillo, nos empuja a buscar soluciones. Es por todo esto que nosotros lo hemos notado bastante.
¿Cómo definirías la actividad de Aztes?
Somos una ingeniería y consultoría que ayuda y emplea sus recursos para que sus clientes sean más eficientes energéticamente, tengan el menor impacto ambiental posible y que cumplan con la normativa vigente siempre desde la perspectiva de dar un valor añadido a su empresa: ahorro energético, imagen, satisfacción de sus clientes, aumento de demanda y/o eliminación o disminución de riesgos.
¿Cuáles dirías que son las mayores dificultades a las que se enfrenta una pyme como la vuestra en su día a día?
En un primer lugar, una pyme cuenta de salida con la gran dificultad de financiarse en sus inicios, sin embargo después surgen nuevas ideas, proyectos innovadores que para una pequeña empresa es difícil debido a los recursos necesarios. La competencia es otra dificultad pero el problema no es que haya competidores, sino que hay empresas que para quedarse con el mercado y retirar a la competencia, llevan a cabo bajadas de precio por debajo del umbral, lo cual, a la vez hace que los servicios del sector se devalúen y no tengan valor o se conviertan en meros trámites para cumplir con la legislación. Una empresa como la nuestra quiere dar un servicio óptimo, cercano y con un valor añadido al cliente, sobrepasando las expectativas del cliente.
¿Y las mayores satisfacciones?
Por un lado comprobar por ti mismo los resultados de los proyectos llevados a cabo, ver cómo los recursos y el esfuerzo empleados han merecido la pena y, por otro, ver la satisfacción de los clientes y que vuelven a contactar con nosotros.
Cuando una empresa o una administración pública acude a contratar vuestros servicios, ¿cuál es la demanda más habitual?
Ahora mismo solicitan ser más eficientes energéticamente para ahorrar costes y, por otro lado, cumplir con la normativa vigente energética y ambiental. Con respecto a la normativa vigente, el Gobierno Vasco ha publicado recientemente una normativa de sostenibilidad energética que empuja a que las empresas, entidades públicas y el sector residencial busquen cómo ser más eficientes energéticamente y a la vez cuiden el medio ambiente.
¿Una pyme o una micropyme puede ahorrar en costes energéticos desde el minuto cero?
Cualquier acción de eficiencia energética ahorra costes una vez implementada, otra cosa es cuándo se amortizan esas acciones. Hay que diferenciar tres tipos de acciones. Las acciones de coste 0, que son inmediatas. En muchas ocasiones tenemos hábitos no tan buenos como creemos que hacen que consumamos más de lo necesario, o la optimización de la factura eléctrica o de gas, que permite también ahorrar costes, que no consumos, esto es importante aclarar. Por otro lado, pequeñas inversiones que proporcionan unos ahorros de costes considerables en un periodo muy corto (de hasta uno o dos meses). Y luego están las acciones que requieren de un mayor esfuerzo y la amortización se consigue en un mayor plazo pero que son totalmente rentables y el ahorro normalmente es mucho mayor que en los otros tipos de acciones anteriores.
¿Y de cuánto podríamos estar hablando?
Si nos referimos a las acciones de coste cero, depende de cada cliente. En unas podemos hablar de un ahorro de hasta un 30% y en otras, de un 10%. Depende de si la Dirección está concienciada con el medio ambiente y tiene conocimientos de eficiencia energética, pero también del porcentaje del personal que mira también por el medio ambiente, si hay personal que trabaja internamente en estas tareas o si antes se han hecho trabajos de eficiencia energética previamente, entre otros.
Podrías citarnos algunos proyectos destacados en los que habéis tomado parte en los últimos tiempos…
Hemos desarrollado, por ejemplo, proyectos como EcosUrban, una aplicación a medida para la correcta gestión de residuos ciudadana que, al mismo tiempo, ayuda a las empresas gestoras de estos residuos a su gestión. Esta aplicación está implantada con su propio nombre en provincias como Álava, Bizkaia y varios municipios del País Vasco y La Rioja, y la queremos extender por otros territorios. También ideamos en su día un proyecto de economía circular por el que fuimos premiados, Bizia, y hemos formado parte de otras propuestas como SmartenCity en el barrio de Coronación. En estos momentos estamos inmersos en otras iniciativas como Ekontzi, un proyecto para aprovechar los residuos agroalimentarios como los restos de patata o remolacha, productos locales, para hacer productos de bioplástico.
Con cierta perspectiva histórica, ¿qué os llevó tanto a ti como a tu socia, Nerea Alonso, a fundar Aztes en 2014?
Nuestras ganas de trabajar en lo que queríamos y ayudar a nuestros futuros clientes.
En una escala de 1 a 10, ¿cómo de difícil dirías que está siendo esta particular carrera?
Fundar y mantener una empresa es como una montaña rusa. Unos días estas en lo más alto y otros días tienes ganas hasta de dejarlo, por eso te diría que unas veces estás en lo más alto y otras, en el punto contrario. Pero en líneas generales estamos muy contentos, con un notable de media, diría yo, lo cual pienso que es una gran suerte y un acicate para no permanecer en esa peligrosa zona que es el confort… En nuestro caso somos de la opinión de que para crecer hay que innovar y para innovar hay que salir de esa zona de acomodamiento, lo que exige tener que superar no pocas dificultades y obstáculos.
¿Volverías a la casilla de inicio?
¡Por supuesto!, pero con unas cuantas lecciones aprendidas.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?