Biotalde es una empresa que tiene su sede en Derio (Bizkaia), y en sus más de 30 años de andadura se ha dedicado al asesoramiento y la prevención en temas de salud. La directora de esta pyme que cuenta con laboratorio propio es Nieves Zabala, microbióloga, y junto a otra socia comenzó este proyecto centrado en los microorganismos. “Los microorganismos están en todas partes, forman parte de todos los procesos industriales, ambientales, alimentarios… Y veíamos que ahí había un campo de mejora y actuación importante”, explica Zabala.
Desde sus inicios, Biotalde ha trabajado en dos sectores principalmente: la seguridad alimentaria y la salud ambiental. “Nuestro trabajo es muy del día a día. Tiene que ver con el control rutinario de seguimiento, que todos los días el proceso se haga acorde a los procedimientos y a los criterios establecidos… Por ejemplo, trabajamos en pequeños obradores o industrias alimentarias que saben muy bien hacer su producto, pero igual les falta más toda esa formación higiénico-sanitaria. Nosotros les ayudamos a implantar programas que vayan continuamente monitorizando su proceso para garantizar que hay una eliminación de aquellos microorganismos que puedan causar un problema. O bien en el producto, o bien en la salud del usuario o consumidor final”, detalla la responsable de Biotalde.
Pero últimamente la empresa vizcaína ha añadido un sector más a su oferta, lo que han denominado microbiología biosanitaria. “Nuestro enfoque no es clínico, siempre ha sido un enfoque ambiental. Por ejemplo, en un proceso de fabricación de un medicamento o un proceso biotecnológico, la no contaminación de ese entorno es vital. Nuestra labor consiste en que ese ambiente sea lo suficientemente estricto y garantista para que los usuarios o consumidores de esos productos no tengan ningún problema desde el punto de vista microbiológico. Acabamos de realizar un proyecto para validar que los equipos ultravioleta tienen una capacidad de desinfección aceptable. Cuando hay un tratamiento de desinfección también una parte de nuestro trabajo es validar que ese tratamiento es apto para el uso al que está destinado”, explica Zabala.
Las responsables de Biotalde han tenido claro desde el principio que la colaboración entre diferentes empresas y organismos les beneficiaba en su labor. “Siempre hemos buscado muchos puntos de colaboración con centros tecnológicos, con clusters, asociaciones… Y a través de ellos hemos hecho muchos proyectos. Además, hemos buscado con quién podemos realizar trabajos I+D y poder innovar. Con la SPRI hemos hecho proyectos en Kudeabide o Innovabide que tienen más que ver en cómo crecemos como empresa y como personas”.
Además, Nieves Zabala es miembro de Gaiker, lo que le facilita conocer cómo se mueve el entorno de la colaboración y la investigación. “Estar en esos foros me permite estar al día, saber qué se mueve, y me han permitido hacer muchos proyectos con ellos. Mi punto de anclaje es verdad que ha sido Gaiker pero luego estamos también en el Basque Health Cluster que con esta línea de microbiología sanitaria también te permite hacer networking y saber quiénes están aquí, hablar con ellos, preguntar dudas… Para nosotros es vital. También estamos en el clúster de alimentación Basque Food Cluster, y también en Avecai que es la asociación vasca de calidad de ambiente interior”.
Como retos de futuro de la industria y de su empresa, la directora de Biotalde apunta que “tiene que pasar por ir adaptándonos a todas las nuevas tecnologías que permitan que los diagnósticos microbiológicos en vez de 3 días sean en 3 horas. Queremos seguir creciendo en la parte biosanitaria, que es nuestra última incorporación, y seguir mejorando en seguridad alimentaria y salud ambiental, dando cada vez más. Buscamos adaptarnos a los nuevos patógenos emergentes que van viniendo, y queremos aumentar la capacidad de detección de virus, trabajo que ahora mismo no realizamos porque es muy complejo. Tenemos muchos retos”.
El Grupo SPRI es uno de los agentes que ponen en marcha la estrategia RIS 3 Euskadi para impulsar la especialización inteligente en los ámbitos de la energía, la fabricación avanzada, la biosalud y la nanociencia.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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