EcoPaja Bioconstrucción Modular es una empresa especializada en aportar enfoque técnico en la estandarización de la construcción con paja. Se trata de un material que, en la construcción, cuenta con una triple función de estructura, cerramiento y super-aislamiento. Según su gerente, Jose Veiga, “ofrece muy buenas propiedades aislantes, consiguiendo valores propios para la Edificación de Consumo Casi Nulo (nZEB) y el exigente estándar alemán Passivhaus”.
¿Cuándo y dónde nace la empresa? ¿Cómo ha evolucionado su actividad desde entonces?
EcoPaja Bioconstrucción Modular nace en 2013 para aportar su enfoque técnico en la estandarización de la construcción con paja. Después de diferentes pruebas, se desarrolló y lanzó al mercado el primer prototipo de Módulos EcoPaja, con la ejecución de la primera vivienda del Estado con este tipo de construcción modular, una vivienda y pabellón agrícola de 200 metros en Zamudio, Bizkaia.
¿En qué consisten esos módulos?
Consisten en un sistema constructivo de gran formato para la construcción a base de madera maciza como elemento estructural y paja de trigo compactada como elemento aislante; con propiedades especialmente térmicas, acústicas y bioclimáticas. Inicialmente se desarrolló para su utilización como cerramiento de fachada y muro de carga, pero al estar compuesto exclusivamente por materiales naturales, es demandado por arquitectos y promotores con responsabilidad medioambiental, con el fin de diseñar y crear espacios habitables, confortables y más saludables, de gran calidad y durabilidad. Además, desde nuestros inicios hemos perfeccionado el diseño y sistema productivo, acumulando una amplia experiencia que nos permite actualmente ofrecer diferentes formatos de panelado para diferentes climatologías, usos, volúmenes constructivos y tipologías edificatorias. Se realiza el estudio específico de la difusión de vapor para cada ubicación y acabado seleccionado.
¿Cómo se producen?
Para su producción hemos desarrollado una línea de fabricación semi-industrializada que asegura un ensamblaje estructural óptimo, con una mínima variación dimensional y una compactación controlada, consiguiendo, de esta manera, un producto estandarizado y homogéneo. En su fabricación se utiliza exclusivamente paja de trigo, con una humedad inferior al 15 %, y se le somete a una compactación de 4 toneladas, consiguiendo densidades homogéneas de entre 150 y 185 kg/m3.
¿Qué beneficios tiene la paja como elemento constructivo?
Está libre de nutrientes en su tallo, lo que, unido a la compactación y una humedad controlada, forma un ambiente no propicio para la formación de hongos y bacterias, y tampoco resulta atractivo para roedores y demás insectos y parásitos. Además, gracias a su triple función de estructura, cerramiento y super-aislamiento, este sistema está orientado a la ejecución de construcciones altamente eficientes energéticamente. Ofrece muy buenas propiedades aislantes, consiguiendo valores propios para la Edificación de Consumo Casi Nulo (nZEB) y el exigente estándar alemán Passivhaus.
¿En qué consiste la actividad de la empresa en la actualidad?
Se acercan diferentes tipos de clientes. Por un lado, personas interesadas en la construcción sana, los materiales naturales, la calidad del aire interior de las construcciones, etc.; y por otro, en la misma línea, personas interesadas en la eficiencia energética que se deriva de las construcciones pasivas. Pero también se nos acercan proyectistas, tanto arquitectos/as como constructoras interesadas en ofrecer a sus clientes construcciones pasivas. Se han acercado también administraciones pequeñas, por ejemplo, comarcas para realizar pequeños bloques VPO o construcciones del núcleo urbano de servicios, aunque aproximadamente el 80 % de nuestros proyectos son viviendas unifamiliares de edificación residencial. Y es en ese ámbito donde acumulamos una amplia experiencia, aunque también hemos realizado construcciones más industriales como las destinadas a explotación agropecuaria y construcciones industriales como una almazara de aceite en la zona de Andalucía.
Los edificios son responsables de un tercio de las emisiones globales de CO2. ¿Cómo consigue Ecopaja que las casas ecológicas y espacios de trabajo que construye ahorren al menos un 90% de esas emisiones?
La característica principal de los edificios de bajo consumo es que su energía demandada debe ser igual a su energía generada. Además, es necesario que la energía producida lo sea in situ o en el entorno más cercano, y mediante energías renovables. La paja de cereal, al ser un material residual de las cosechas, si no es reutilizado se quema por toneladas de dos maneras: literalmente con fuego o metabólicamente, incorporándola al suelo; ambos métodos emiten CO2 durante su proceso.
El uso de este material renovable y de deshecho contribuye a evitar importantes emisiones de CO2 a la atmósfera, uno de los principales causantes del calentamiento global. De esta forma, en el medioambiente la huella es mínima: no hay emisión de CO2, por el contrario, hay absorción ya que el dióxido de carbono queda retenido en la paja. Además, la cantidad de energía que se necesita para producir un metro cúbico de fardo es 70 veces menor que la utilizada para producir la misma cantidad de lana mineral, el aislante por excelencia en la construcción tradicional.
Los edificios pasivos construidos con nuestro sistema de envolvente completa se proyectan condicionados principalmente a cuatro conceptos: arquitectura biopasiva, orientación de la parcela, estudio del soleamiento, regulación natural de la humedad y temperaturas de los ambientes; máxima eficiencia energética, eliminación de puentes térmicos, trabajando la hermeticidad en carpinterías poniendo especial atención en los encuentros constructivos; materiales naturales, no tóxicos, de cercanía y sostenibles, con la mínima huella ambiental en cuanto a su extracción y transformación, materiales de construcción carbono negativo; y prefabricar en taller, lo que conlleva mayor calidad del trabajo y de los trabajadores, rapidez en la construcción vivienda y una mayor exactitud en el montaje.
El Grupo SPRI es uno de los agentes que ponen en marcha la estrategia RIS 3 Euskadi para impulsar la especialización inteligente en los ámbitos de la energía, la fabricación avanzada, la biosalud y la nanociencia.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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