Según la OMS, se estima que a nivel global cada año 15 millones de partos son prematuros, y que éstos constituyen la primera causa de mortalidad infantil en niños menores de cinco años. Es por ello que Innitius ha desarrollado Fine Birth, un dispositivo no invasivo capaz de diagnosticar el riesgo de parto pretérmino y las posibilidades de éxito de inducción al parto. “Las técnicas que hay actualmente son muy poco precisas identificando qué paciente puede tener un parto prematuro”, dice Rubén Molina, CEO de la empresa e ingeniero civil de profesión.
Así, a través del uso de las ondas de torsión, analiza “con mucha precisión” la consistencia del tejido del cuello del útero que permite diagnosticar las falsas amenazas de parto prematuro en urgencias; pronosticar en la semana 20 de embarazo el riesgo de parto prematuro a futuro y determinar si en la inducción al parto el fármaco que provoca artificialmente las contracciones está haciendo efectivo o no. “Hay ocasiones en las que la paciente está hasta 48 horas dilatando. Lo que hace este dispositivo es decirle al especialista a las dos horas de aplicar el tratamiento si la mujer va a tener un parto vaginal o si se le tiene que hacer directamente una cesárea”, explica Molina.
Es una sonda intravaginal que se introduce hasta tocar el cérvix. La onda se propaga por el tejido y analizando cómo éste responde se puede extraer el parámetro mecánico con el que trabaja. Ese parámetro, junto con el historial clínico de la embarazada, se incorpora dentro de un algoritmo de inteligencia artificial y se obtiene el diagnóstico, que es lo que ve el ginecólogo o el obstetra.
Fundada a finales de 2017, anteriormente fue una spin-off de la Universidad de Granada y el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y en la actualidad tiene su sede en Derio (Bizkaia), donde trabajan 17 personas. Molina es uno de los fundadores junto con la doctora granadina Francisca Molina, que precisamente fue la que ya en 2009 relacionó el riesgo de parto prematuro con la consistencia del tejido del cuello del útero. “Hemos elaborado ya muchas investigaciones en relación con esto. De hecho, hace poco publicamos tres en la revista Nature, la principal revista científica a nivel global”, dice Molina.
Además, Innitius ha realizado evaluaciones clínicas utilizando el dispositivo en diez entornos clínicos del Estado como los hospitales universitarios de Basurto y Cruces (Bizkaia) o los de Sant Joan de Deu y Vall d’Hebron (Barcelona). “Hasta comercializar un producto como el nuestro, se tienen que realizar muchas investigaciones clínicas. En el primer trimestre de 2025 comenzaremos un estudio a nivel europeo que nos va a servir para que la Agencia Europea del Medicamento nos apruebe la comercialización. Lo vamos a hacer en 20 hospitales de España, Alemania y Países Bajos”, indica el CEO de Innitius.
De cara al futuro y a corto plazo, la gran ambición de Molina es que su dispositivo finalmente llegue al mercado y que las mujeres embarazadas sean diagnosticadas en los hospitales utilizando su producto. “Y de 5 a 10 años me gustaría que estuviese integrado en todos los ecógrafos de las consultas de ginecología para que fuese más accesible para todas las pacientes, y también para todos los profesionales”, concluye Molina.
El Grupo SPRI es uno de los agentes que ponen en marcha la estrategia RIS 3 Euskadi para impulsar la especialización inteligente en los ámbitos de la energía, la fabricación avanzada, la biosalud y la nanociencia.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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