El proyecto de Wärtsilä Ibérica se inició hace 36 años a través de una ‘joint venture’ con un fabricante de motores marinos emplazado en Bermeo (Bizkaia). “Comenzamos siendo 30 personas, hoy somos 300”, apunta Jon Sabín, director gerente de Wärtsila Ibérica y Wärtsilä Portugal. El grupo, que también cuenta con un equipo de ingeniería y una planta de producción de componentes de propulsión en Pontevedra, además de sedes en Valencia, Las Palmas y Madrid, se ha consolidado como un referente en sector marino y en el energético.
“Somos una empresa con un enfoque claro hacia la innovación tecnológica. El compromiso del Grupo Wärtsilä ha sido siempre aportar soluciones tecnológicas que permitan a nuestros clientes mejorar el rendimiento de sus instalaciones, así como adaptarse a las nuevas reglamentaciones en materia de emisiones, que como sabéis son cada vez más estrictas”, explica Sabín.
Para ello, el Grupo Wärtsilä cuenta con un centro de I+D en Bermeo donde, en los últimos años se han centrado en la investigación de distintos combustibles para la reducción de emisiones de CO2 y otras sustancias nocivas como el azufre y óxidos de nitrógeno. “Actualmente estamos trabajando en la utilización de hidrógeno como combustible en los motores instalados en los tres bancos de pruebas de Bermeo. Estamos satisfechos con el avance del proyecto y los resultados son prometedores”, añade el responsable de la planta vizcaína.
El compromiso de la compañía con el medio ambiente y la descarbonización del sector marítimo se traslada también a su empeño por acompañar a los clientes en el proceso de adaptación por cumplir los índices de eficiencia energética que deben ser cumplidos para los buques de nueva construcción y para la flota existente. “La descarbonización en el transporte marítimo significa que debe transformarse en una forma de transporte sostenible, ecológico. La Organización Marítima Internacional ha establecido regulaciones para impulsar esta transformación con el objetivo de reducir la intensidad de carbono en un 40% para 2030 y un 70% en 2050”, explica Sabín.
En este camino, Wärtsilä Ibérica ofrece “motores que son capaces de funcionar con combustibles verdes como el etanol, amoniaco, hidrógeno, etc. También aportamos otros sistemas secundarios de captación de gases de efecto invernadero y el tratamiento posterior del carbono recogido”, enumera el director gerente de Wätsilä Ibérica.
Wärtsilä Ibérica pertenece al Corredor Vasco de la Hidrógeno, una iniciativa en la que participan 77 organizaciones y que tiene como misión la descarbonización de la industria asegurando su competitividad. En este marco, la compañía participa en el proyecto H2Ocean con la utilización de combustibles sintéticos que se fabrican usando hidrógeno renovable. “Pretendemos investigar tecnologías que permitan a las industrias del País Vasco posicionarse en un lugar de referencia en relación con la nueva generación de barcos sostenibles. Sustentado fundamentalmente en el uso del hidrógeno como vector energético”, explica Sabín.
El Grupo SPRI es uno de los agentes que ponen en marcha la estrategia RIS 3 Euskadi para impulsar la especialización inteligente en los ámbitos de la energía, la fabricación avanzada, la biosalud y la nanociencia.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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