Jon Azua y Emiliano López Atxurra reflexionan sobre los instrumentos que se deben aplicar en una jornada telemática organizada por Innobasque
La innovación es “absolutamente imprescindible” para salir de la crisis provocada por el Covid-19. Ha sido una de las conclusiones de la jornada telemática organizada por la Agencia Vasca de la Innovación-Innobasque, la entidad que, con esta iniciativa, ha iniciado un proceso de reflexión, abierto a la participación de sus más de 900 organizaciones socias.
La crisis causada por la pandemia, como ha indicado la directora de Innobasque, Leire Bilbao, “nos obliga a reconstruir el tejido empresarial, institucional y social de un país en el que de pronto han cambiado las prioridades de lo público y lo privado”. Los primeros invitados han sido Jon Azua, presidente del think tank Enovating Lab y vicepresidente senior del Grupo Keralty, y Emiliano López Atxurra, presidente de Petronor, Tecnalia e Ibil , ambos miembros de la junta directiva de la agencia.
Ambos han coincido con Bilbao en que la innovación “va a tener aún más importancia que antes de la pandemia”. “Es la llave para recuperarnos en el corto plazo y la clave para posicionarnos en una Europa que, aunque será nueva porque deberá afrontar muchas transformaciones surgidas de esta situación, continuará siendo nuestro espacio de referencia y competencia”, han subrayado.
“La pandemia va a ser un gran acelerador de tendencias que ya existían”, ha coincidido con ella Jon Azua. “El modelo de globalización, el papel de las administraciones públicas en la toma de decisiones críticas cuando el mercado no es capaz de dar respuestas o los mecanismos la protección de los más vulnerables, ya eran temas sobre los que se hablaba, pero ahora hace falta afrontarlos de verdad. Esta crisis nos alerta sobre la necesidad de tomar decisiones y estas decisiones tendrán que ser necesariamente innovadoras”, ha explicado.
A esas reflexiones previas que la pandemia ha convertido en urgentes, López Atxurra ha añadido “la reformulación de la cadena de valor industrial asentada en la década anterior”. “Ya estaba siendo cuestionada por sus costes laborales y medioambientales, y ahora que hemos visto que no tenemos la capacidad necesaria para producir con la intensidad debida el material sanitario imprescindible también lo será, porque ha resultado inadecuada para cumplir con un principio fundamental del tratado fundacional de la Unión Europea como es la protección de la salud”, ha matizado.
Innovación para posicionar la industria vasca en Europa
En su opinión, todas esas cuestiones dibujan un nuevo escenario mundial que sólo se puede afrontar “con nuevas recetas”. Es decir, que “la innovación es absolutamente imprescindible”. “Debemos quitarnos el bloqueo mental o la sensación de que no vamos a ser capaces, porque el que no innova muere. Quizá no en el corto plazo, pero sí en el largo”, ha sentenciado. “Es verdad que no podemos vivir de la herencia, que tenemos que construir la herencia de las generaciones futuras, pero si en Euskadi tenemos algo es capital humano y experiencia innovando en situaciones difíciles. Ya lo hemos hecho antes y eso nos permitió salir adelante con cohesión. En otras ocasiones ya tuvimos una mirada que alzó la vista, que vio qué pasaba y qué se hacía en el mundo”, ha señalado poniendo como ejemplo el cambio de modelo económico que supuso la construcción del Guggenheim. “Ahora nuestra mirada tiene que dirigirse a las regiones más competitivas de Europa, frente a cuya industria tenemos que posicionar la nuestra para que llegue a ser una referencia. Tenemos las herramientas, pero no músculo suficiente, por lo que necesitamos una gestión diferente, que haga introspección para ver qué tenemos y qué no y, a partir de ahí, buscar respuestas innovadoras”, ha insistido.
Jon Azua, vicelehendakari del Gobierno Vasco cuando se decidió la construcción del Guggenheim, ha coincidido con López Atxurra en que “hay que mirar al pasado para saber que se ha sabido responder a situaciones críticas, pero no para recuperar viejas fórmulas. Este país ha sido pobre durante gran parte de su historia y salir fuera, observar y mantener la vocación de aprendizaje permanente nos ha permitido siempre salir adelante. Ahora toca volver a buscar nuevas soluciones en modelos de gestión públicos y privados, en las relaciones entre ambos, en la creación de alianzas y redes, en la formación, en la forma en la que las innovaciones llegan a las pymes… Nos va a hacer falta coraje para tomar decisiones arriesgadas en lo individual y lo colectivo, pero también sabemos que podemos tomarlas aprovechando nuestras fortalezas, que también las tenemos y son muy importantes, como una serie de valores sociales, de organización y funcionamiento, y una capacidad industrial que es nuestra mayor fuente de innovación tecnológica y aprovechamiento de nuevas tecnologías”.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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