María Unceta-Barrenechea es farmacéutica y fundadora de laboratorios María D’uol, con sede en Vitoria-Gasteiz y casi tres décadas de trayectoria en el sector de la cosmética, con especialización desde 2015 en una línea de oncología que es referente en Europa. Con la constancia por bandera y la pasión como tarjeta de visita, esta emprendedora de manual dirige en estos momentos un equipo de once profesionales que compite de tú a tú con las grandes corporaciones internacionales, infinitamente más poderosas pero carentes del “alma” con la que esta alavesa trufa cada una de sus formulaciones.
Usted concibe la formulación farmacéutica para servir…
Para mí formular es hacer todo lo posible para cuidar la piel de las personas, especialmente las de quienes están en tratamiento oncológico. Es una pasión que trasciende a lo empresarial, pues estamos hablando de ayudar a personas a tener una calidad de vida lo mejor posible.
Una pasión que le ha llevado siempre a marcar tendencia desde que comenzó hace tres décadas en un pequeño local de Vitoria-Gasteiz…
Creo que eso ha sido porque he tenido una madre que ha sido una campeona, una líder auténtica que siempre nos ha inculcado que no pasa nada por ser el primero en algo. Así que en su día monté la empresa de cosmética cuando en Euskadi no había otra y a lo largo de estos años, cuando he creído en un gran producto o en un proyecto, pues he peleado por ello porque era y es mi gran sueño. Siempre suele decir en las charlas a las que me invitan desde centros de formación o universidades que peleen por sus sueños porque aunque sean difíciles, al final te hacen muy feliz. Que no se dejen arrastrar solo por la seguridad de una nómina o un puesto de trabajo, que está muy bien pero que al final de sus vidas no les va a llenar…
¿Siempre tuvo claro que su producto era bueno y que terminaría triunfando, pero eso cómo se sabe?
Porque yo creo en la ciencia con mayúsculas. Soy una mujer científica y si mi formulación o producto es bueno lo es porque cuenta con principios activos que vienen de la farmacopea del año 1800… De modo que cuando existen evidencias científicas y ensayos que demuestran que este tipo de principios son buenísimos para curar a las personas a partir de la mejor calidad de la materia prima y su alta concentración, pues ese producto tiene que funcionar sí o sí.
Honestidad como bandera en busca de la eficacia…
Piensa que hace treinta años no había cosmética como tal aquí en Euskadi, de modo que si no tienes el mejor producto no vas a vender, pues no dispones ni de una marca famosa ni del músculo suficiente para contratar a un tercero que fabrique tus productos… Tienes que tener el mejor producto y ese proceso conlleva mucho tiempo y esfuerzo.
En un sector dominado por las grandes corporaciones, ¿cómo una pyme como la suya es capaz de convertirse en referencia?
Probablemente debido a la eficacia del producto y la especialización en la que me he centrado en los últimos años dentro del ámbito de la oncología. Para mí eso ha sido clave. Poder conocer con detalle esa realidad e implementar todo el conocimiento del laboratorio en cada uno de sus productos me ha permitido encontrar ese nivel de especialización. Aunque la idea la comencé a desarrollar hace años, no fue hasta 2015 cuando pudimos sacar la primera línea cosmética de Europa para pacientes oncológicos. Y aunque las dudas e incertidumbres siempre pesan a la hora de tomar una decisión así, fue la pasión y la creencia en uno mismo lo que me impulsó a seguir adelante.
La soledad del empresario y la valentía otra vez…
Estaba convencida de que podía ayudar a las personas a cuidar su piel durante sus tratamientos contra el cáncer, a que no necesitaran corticoides o a que tuvieran una buena calidad de vida… Y fue entonces cuando me pregunté ¿por qué no?, y el tiempo, afortunadamente, me está dando la razón, pues el retorno emocional que recibo cada día es impagable. Me siento profundamente afortunada de formar parte cada día de un proyecto empresarial tan humano.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
Te interesa ¿verdad?