Ulma Forged Solutions es una empresa de Oñati que es líder mundial en fabricar bridas (los elementos de unión entre los tubos) en carbono y materiales especiales en EE UU y Oriente Medio. Exporta más del 90% de su facturación, que supera los 120 millones de euros anuales. La compañía ha recibido apoyo económico del Grupo SPRI a través del programa BDIH Konexio con el que el Basque Digital Innovation Hub está poniendo a disposición de las pymes la red conectada de activos y servicios de fabricación avanzada para la formación, investigación, testeo y validación.
La empresa surge en 1962 en Oñati, de un grupo de trabajadores de una forja que se había trasladado a Vitoria. Utilizan las instalaciones que dejan y montan una cooperativa para fabricar piezas forjadas con el nombre de Enara.
“Empezamos como taller mecánico, compramos el primer martillo de contragolpe y fabricamos bridas”, rememora Meritxell Sánchez, CEO de Ulma Forged Solutions. A principios de 2000, la compañía ya era líder mundial de fabricación de bridas en carbono en una gama reducida.
En esos años, ya vieron la amenaza a su negocio de los países de bajo coste y en 2005 acometieron un giro estratégico con productos de mayor valor añadido. “Vendíamos bridas a almacenistas, a grandes distribuidores y viramos a proyectos que implican fabricar bridas pequeñas y grandes y en todos los materiales posibles”.
La compañía invirtió más de 40 millones de euros para este cambio y se adquirió una fábrica de forja en la localidad de Lazkao “que tenía conocimiento en forja de materiales especiales”.
Ulma Forged Solutions fabrica bridas de hasta tres metros de diámetro, cuenta también con una línea de negocio de proyectos a ingenierías y una tercera pata, denominada forged components, que ofrece todo tipo de piezas forjadas en carbono, acero inoxidable o aleaciones de níquel.
Los sectores para los que trabajan van desde el oil gas y el ferrocarril hasta los bienes de equipo, aeronáutica y vehículos pesados.
La plantilla supera las 480 personas y la facturación rebasa los 120 millones de euros. Ulma Forged cuenta con dos plantas en Oñati y una Lazkao, y oficinas comerciales en EEUU, Corea y Dubai. Vende en los cinco continentes. Las exportaciones suponen más del 90% de la facturación y dedica el 4,5% del presupuesto a la I+D.
La compañía ha recibido diferentes ayudas del Grupo SPRI. “Tenemos cuatro Hazitek de la SPRI, uno con Mondragón Unibersitatea para el desarrollo de aros forjados en aluminio (material que se utiliza, entre otros sectores, en ferrocarril para aligerar pesos y mejorar la sostenibilidad); con Tecnalia uno de digitalización y otro de nuevos utillajes para forja de Titanio y aluminio, y con Ideko tenemos un prototipo para ensayos no destructivos con inteligencia artificial”.
Han recibido además una ayuda del BDIH. “Sufrimos los altibajos del mercado y hemos trabajado en un cambio en el sistema de planificación (que ahora está orientado a costes de fabricación), que trabaja con el posicionamiento estratégico y desacoplado de materiales (MP, SE y PT) al que se le añade la implementación de una inteligencia artificial para la detección de patrones. Así, aprende de los cambios de demanda y te lanza las órdenes de fabricación. Ajusta el stock y producción a demanda real del momento. Lo hemos desarrollado con Mondragon Unibersitatea”.
Los retos futuros se centran en crecer en facturación y personal. “El mayor reto es abordar la transición energética y para ello, hemos creado un sistema de vigilancia, que controla diferentes áreas de mercado y tecnologías. Necesitamos diversificar y las oportunidades las buscamos en esa transición energética”.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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