Aldakin es una pyme de 220 personas que es líder en robótica de precisión, en uno de esos nichos específico de mercado que abunda en el tejido productivo de Euskadi. Ofrece soluciones globales de electricidad a la industria, un servicio que tienen pocas compañías en el sector. Con plantas en Alsasua, Vitoria, Pamplona y Andoain, ha recibido apoyo económico del Grupo SPRI a través del programa BDIH Konexio con el que el Basque Digital Innovation Hub está poniendo a disposición de las pymes la red conectada de activos y servicios de fabricación avanzada para la formación, investigación, testeo y validación.
Nace en 1987 como una empresa de servicios básicos de electricidad para la industria con solo cinco personas. “En los 90 ya éramos 30 personas y se empezaron a pedir las primeras automatizaciones y acometimos la expansión a Vitoria y Pamplona”, explican Ibai Inziarte, director de I+D, y Lidia Iglesias, directora comercial.
La empresa se adentra en 2003 en el sector de la robótica y el crecimiento ya es progresivo hasta 2020, cuando llega la pandemia del Covid “y ya estábamos 90 personas”. Ahora, la plantilla se eleva a 220 trabajadores. “El espectacular crecimiento se ha debido a que las empresas pequeñas quedaron tocadas por el covid y nos han ido solicitando nuestros servicios. Además, la industria requiere cada vez más el servicio global que ofrecemos, porque le quitas el trabajo de coordinación al cliente”.
Aldakin facilita toda la parte eléctrica y automatización de una industria, desde soluciones en cuadros e instalaciones eléctricas hasta el mantenimiento e ingeniería, “que es el departamento que más queremos potenciar”. Sus clientes son la industria en general, desde fundiciones y bienes de equipo hasta los sectores farmacéutico, automoción o papeleras. Normalmente, sus clientes son empresas de gran tamaño. “Ofrecemos soluciones desde el mantenimiento hasta la mejora, pasando por automatización y las robóticas”.
La facturación anual se eleva a 17 millones de euros y la I+D supone entre el 4 y el 5% de la facturación. “A la I+D le dedicamos entre el 8 y el 10% de horas de trabajo y desde 2016 tenemos departamento propio, con una decena de personas. Es clave en el negocio”.
La compañía está a punto de firmar acuerdo exclusivo con un grupo especializado en máquina herramienta “y tenemos un primer proyecto con ellos. Ya estamos comercializando las soluciones innovadoras que llevamos estudiando todos estos años”.
La ayuda del programa BDIH Konexio del Grupo SPRI se ha dedicado a la robótica, en concreto la colaborativa, para “indagar las mejores estrategias para colaborar con personas, como el análisis de los elementos móviles en el área de trabajo para decidir el mejor posicionamiento del robot”. Los responsables de la empresa aplauden el BDIH Konexio. “Nos gusta mucho porque la burocracia es mucho menor que en otros proyectos”.
Aldakin accedió a otros dos BDIH Konexio de ediciones anteriores, todos ellos relacionados con la precisión en robot. “El primero fue para un rebabado de piezas de fundición para la eólica offshore y el segundo fue para movimientos a lo que el robot no llega”.
Los retos de la empresa son proseguir con el desarrollo de la robótica de precisión y la colaborativa entre las máquinas y las personas. “Ahora no colaboran y se limitan a gestionar permisos”. Y, especialmente, su mayor reto es atraer personal cualificado, como ocurre con muchas empresas vascas con un perfil muy innovador. “Tenemos un gran problema para captar y mantener talento”.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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