La empresa vasca Dibulitoon Studio lleva en marcha desde 1991 dedicada a la producción audiovisual especializada en animación. En sus comienzos colaboró con otros estudios de Estados Unidos o Reino Unido y a partir del año 2000 empezó a realizar sus propias películas de animación. Entre sus creaciones más conocidas están ‘Elcano. La primera vuelta al mundo’, ‘El viaje más largo’ o ‘Yoko’. Durante esos años, la manera de hacer animación cambió de forma sustancial gracias a las nuevas prestaciones de los ordenadores. Se pasó del dibujo manual al dibujo por ordenador.
En este tiempo, los ordenadores han ido aumentando y mejorando su capacidad de procesamiento y tratamiento de gráficos, lo que ha permitido a Dibulitoon abrir un nuevo eje de servicios para las empresas centrado en la realización de presentaciones y simulaciones 3D en las que también tiene espacio la realidad virtual. “Un ejemplo de nuestra nueva propuesta vinculada con la industria ha sido la realización de un vídeo sobre un proyecto europeo en el que el cliente tenía que mostrar todo lo que se había avanzado en ese proyecto en dos años de trabajo. Se trataba de un proyecto de batería eléctrica modular para vehículos y había que detallar cómo se colocaba dicha batería en función del vehículo en el que iba a instalarse. La mejor forma para explicarlo de manera clara es mediante una animación para que se entendiera perfectamente, porque era difícil de comprender cómo funcionaba esa batería modular ya que depende de cómo la pusieras servía para una cosa o servía para otra”, recalca Ricardo Ramón, CEO y fundador de Dibulitoon Studio.
Entre las utilidades de realizar estas animaciones en 3D o realidad virtual, una de las más habituales es para mostrarlas en ferias y eventos en los que resulta imposible llevar piezas reales debido a su tamaño o coste, como podría ser una hélice o una pala de un molino eólico. “Hay quien puede pensar que lo mejor sería sacar una fotografía de la pieza y exponerla, pero no es lo mismo que una animación 3D ya que esta última está mejor iluminada, es más clara y puedes rotar la imagen para verla desde cualquier ángulo”, detalla Ricardo Ramón. Además, estas animaciones permiten no solo ver la pieza en sí, sino observar cómo funciona. “Con la animación 3D puedes ver lo que es imposible. Imagínate que el eje en funcionamiento va muy rápido en la imagen real, no veríamos nada. Gracias a la animación podemos ralentizar la velocidad, meternos dentro, hacer una sección, etcétera”, detalla el CEO.
En lo que se refiere a proyectos con realidad aumentada o realidad virtual inmersiva, desde Dibulitoon han desarrollado interesantes iniciativas en los últimos años. Junto a Tecnalia trabajaron en un proyecto de realidad aumentada que permitía mostrar mediante animaciones a los personajes de un libro infantil. En lo que se refiere a realidad virtual, han llegado a recrear la nao La Victoria, en la que Elcano dio la vuelta al mundo, para poder realizar una visita virtual por el interior de la nave, así como recrear distintos escenarios que aparecen en la película ‘Elcano. La primera vuelta al mundo’. Este proyecto les dio la idea de utilizar esta tecnología para simular el interior de fábricas y entornos de fabricación de cara a realizar visitas virtuales, como avanza Ricardo Ramón: “A raíz de la pandemia del coronavirus se han reducido las visitas presenciales a plantas de producción y gracias a soluciones como esta es posible llevar a cabo visitas virtuales y retomar el contacto con los clientes. Podemos hacerlo recreando esa fábrica en imagen real o filmando con cámaras estereoscópicas 3D”, recuerda el fundador de Dibulitoon.
En opinión de Ramón, “la animación te cuenta algo por medio de planos. ¿Quieres saber cómo funciona una máquina? Vamos a empezar del plano general, desde fuera, vamos a ver cómo es la pieza, vamos a ir a una parte, vamos a ver cómo funciona esa parte y luego te voy a llevar a otra. Eso sería como contar una película. La realidad virtual es diferente. Estoy ahí dentro. Puede ser también dentro de la máquina o en una fábrica. Es como hacer una visita a la fábrica en la que tú estás ahí, ves todo lo que está pasando y aparecen elementos que ofrecen información. Estás viendo una máquina, una fresadora funcionando en ese taller, pero a la vez te aparece una pantalla donde te muestra la información complementaria que puede ser gráficos, datos, texto, audio, un video, etcétera”.
Otros ámbitos de utilidad de los nuevos servicios que ofrece Dibulitoon centrados en la industria son los relacionados con la formación de la plantilla, como expone Jone Landaluze, directora de Producción: “Si esta tecnología en vez de aplicarla a visitas en planta la aplicas a un proceso de fabricación, puedes formar a esas personas. Ya no digamos a los de mantenimiento, o a los del servicio de asistencia técnica en remoto a los que tú, desde la ubicación donde tengas instalado tu producto, les puedes transmitir lo que está ocurriendo ahí. También podríamos hablar de formación en seguridad laboral simplemente para saber qué entorno te vas a encontrar de cara a preparar los elementos de protección, etcétera”.
Esta nueva propuesta de servicios de Dibulitoon orientados a las empresas se sustenta en su experiencia en la producción de cinematografía animada en los últimos 30 años, así como en un gran equipo de trabajadores y colaboradores que alcanza el centenar de personas. “Nosotros estamos acostumbrados a contar historias a través de la animación y sabemos cómo hacerlo. Tenemos guionistas, animadores, ilustradores, técnicos de sonido y todo el personal que hace falta para contar historias”, subraya Jone Landaluze.
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