La compañía vasca Hupi, especializada en el desarrollo de asistentes virtuales orientados a los negocios, se constituyó oficialmente en Bidart en 2014. En un momento en el que el uso de la inteligencia artificial en el sector industrial era algo poco habitual, esta firma ya testaba y desarrollaba soluciones de ‘big data’ basadas en el análisis de la información. Tras su paso por la primera edición del programa BIND 4.0 en 2017, sus responsables decidieron crear Hupi Ibérica S.L.U., con la ayuda y el apoyo de SPRI y BIC Gipuzkoa, y con sede en Donostia. Según reconocen desde la compañía, desde esa fecha “vivimos y respiramos, a diario, actividades transfronterizas. Nos encanta venir a Hegoalde y nos consideramos una empresa local vasca”. Conversamos con Romain Roquefère y Vincent Moreno, cofundadores, directores y socios de Hupi.
¿Qué aplicaciones tienen los asistentes virtuales en las empresas?
Los asistentes virtuales brindan soporte operativo a los profesionales que deben tomar decisiones complejas y rápidas todos los días. Nuestros asistentes virtuales ofrecen recomendaciones de forma autónoma y en tiempo real. Esta es una forma de delegar y automatizar el proceso de toma de decisiones en las empresas dejando la decisión final a la mente humana. Vemos cada vez más de estos asistentes virtuales en nuestros teléfonos inteligentes, recomendando, por ejemplo, cuál es el mejor restaurante o consultando nuestra agenda. Nuestros asistentes virtuales hacen lo mismo, procesan esta complejidad para impulsar sugerencias, pero a profesionales en contextos comerciales y operativos.
¿Nos pueden describir algunos ejemplos de sus soluciones?
Actualmente, contamos con más de 40 clientes (Safran Helicopter Engines, Mondragon, Enedis, Seinsa, DBus, Garita, etc.) y más de 20 asistentes virtuales en desarrollo. Por tanto, los productos que desarrollamos están muy cerca de los mercados y de las necesidades del negocio. Por ejemplo, tenemos asistentes virtuales que proponen recomendaciones sobre qué órdenes de fabricación procesar durante cada turno durante los próximos 7 días para minimizar los pedidos pendientes sin aumentar las existencias. Tenemos otro asistente virtual que aporta recomendaciones para planificar el mantenimiento de la máquina-herramienta con el fin de reducir las paradas de línea y los defectos de las piezas. Otro ejemplo es un asistente virtual que ayudaría a un operador de transporte a agrupar varios envíos para disminuir los kilómetros realizados, sin afectar a la satisfacción del cliente.
Nuestros clientes quieren comprender sus actividades y métricas clave a través de cuadros de mando, pero no quieren estudiar decenas de cuadros de mando durante horas para decidir qué hacer, especialmente, porque este análisis se realiza después de los hechos mirando al pasado. Están buscando soluciones operativas, en el propio lugar, que brinden sugerencias, propuestas y alertas en tiempo real, basadas en la realidad actual.
¿Cuáles son las fases a abordar a la hora de desarrollar un asistente virtual?
Incluso si trabajamos de forma ágil para asegurar la fluidez, tenemos nuestra propia metodología. La primera fase, que es la más importante, es definir muy bien el caso de uso y el problema empresarial a resolver a través de un asistente virtual. Luego, solo recopilamos de los sistemas existentes los datos que necesitamos para que nuestros modelos matemáticos respondan al caso de uso. Preferimos ser pragmáticos y ver los resultados que podemos obtener con los datos existentes y fácilmente disponibles. La mayoría de las veces, estos datos son lo suficientemente buenos como para crear valor. Solo después de implementar la solución, identificamos si es útil o no incorporar más datos a través de dispositivos IoT u otros datos ambientales como imágenes de satélite. Durante la tercera fase, desarrollamos los modelos matemáticos (aprendizaje automático e investigación operativa). Nuevamente, preferimos ser muy pragmáticos y resolver los desafíos técnicos a medida que los enfrentamos en lugar de hacer estudios preliminares de factibilidad. Además, involucramos a nuestros usuarios en este proceso para asegurarnos de que implementamos algo que está diseñado con ellos y para ellos.
¿Cuáles son los principales retos a la hora de desarrollar un asistente virtual?
Hay muchos desafíos relacionados con la implementación de un asistente virtual. Los primeros que pueden venir a la mente son los relacionados con la tecnología, las ciencias y las matemáticas. Pero los más interesantes y fascinantes para nosotros son los relacionados con la transformación digital de las empresas que lo acompañan. Cómo las empresas industriales toman estos sistemas y revisan sus organizaciones, procesos e incluso la cadena de valor para beneficiarse plenamente de ellos. Creo que es parte de lo que más nos gusta de Hupi, de impulsar el cambio y abrir nuevos espacios competitivos para nuestras empresas locales.
¿A qué tipo de negocios se dirigen?
Conceptualmente, la inteligencia artificial se puede aplicar a cualquier tipo de negocio y actividad. Hupi está enfocando su desarrollo en cuatro grandes sectores: industria, energía, agua y transporte. Casi todos nuestros clientes pertenecen a alguno de estos sectores. Desde 2020 venimos investigando para entrar en los sectores de la asistencia sanitaria y social. Hay muchas formas de aprovechar la inteligencia artificial para mejorar la vida y la salud de las personas: prevenir enfermedades crónicas, brindar una mejor atención en el hogar… Esto es importante para nosotros no solo como empresa, sino como ciudadanos del País Vasco.
¿En qué idiomas desarrollan sus asistentes virtuales?
Nuestros asistentes virtuales están disponibles en francés, castellano y nos comprometemos a brindar también la opción de tenerlos en euskera. Esto es parte de los valores de Hupi y es muy importante para nosotros.
¿Cuál consideran que es la posición de Euskadi a nivel europeo en lo que se refiere a inteligencia artificial?
Sin duda, Euskadi se encuentra en una posición muy fuerte a nivel europeo, especialmente con la iniciativa BIND 4.0, que fue iniciada por el Gobierno Vasco en 2016. El enfoque se ha hecho de forma muy clara, con un compromiso nítido y medios sólidos. Asimismo, la solidez y variedad de sus sectores económicos hacen de Euskadi un entorno perfecto para la implementación de soluciones innovadoras de cualquier tipo y para cualquier sector. Por eso también decidimos centrar nuestro desarrollo en Hegoalde, en lugar de en otras ubicaciones de Francia. Y estamos encantados de haber tomado esta decisión.
¿Cuáles son los retos de futuro que tienen en Hupi?
Hupi tiene varios proyectos. El primero es el desarrollo de productos estandarizados, especialmente productos inteligentes también denominados dispositivos autónomos o ‘autonomous devices’: electrónica que incorpora inteligencia artificial. Este es un paso importante para ayudarnos a escalar nuestro negocio. El segundo es la diversificación de nuestras tecnologías hacia los sectores sanitario y socio-sanitario. Y, finalmente, Hupi está comprometida activamente en lo que consideramos una reciprocidad ambiental y social para el País Vasco. Creemos que el desarrollo económico es un medio y no un fin. Por eso, devolvemos cada año parte del valor generado al País Vasco con un enfoque centrado en la cultura vasca: euskera, Euskaraldia, pastorales, cesta punta… También hacemos algunos trabajos de voluntariado para ayudar a sectores locales, como el agrícola, que sufren de la globalización. Son pequeñas cosas… pero las estamos haciendo.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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