El siguiente peldaño en la expansión de la internet de las cosas consiste en el cuerpo humano, con un creciente número de dispositivos que se acoplan, se implantan o se ingieren en el cuerpo para recopilar datos. Es el llamado Internet of Bodies, una tendencia que supone importantes beneficios médicos y de salud, pero también grandes retos relacionados con el manejo de esos datos.
El Foro Económico Mundial ha publicado recientemente un libro blanco donde recoge las oportunidades y riesgos de estas nuevas tecnologías, así como algunas claves para mejorar la gobernanza de los datos. Tal y como destaca el informe, la recopilación de información personal relacionada con datos biométricos y de comportamiento presenta riesgos no solo de privacidad, también de discriminación en escenarios como el acceso a empleo, seguros, finanzas o servicios de salud.
Tanto en el ámbito médico como fuera de él, se han extendido multitud de dispositivos equipados con sensores que recopilan datos relacionados con el funcionamiento de nuestro cuerpo. Algunos, además, están diseñados para modificar su comportamiento, mejorando la respuesta frente a una patología o aumentando nuestras capacidades físicas. El Internet of Bodies es un concepto amplio e incluye desde sistemas poco invasivos, como las pulseras de fitness y los relojes inteligentes, hasta chips subcutáneos, órganos artificiales o fármacos digitales.
Este tipo de dispositivos se han extendido enormemente en los últimos años, unidos a una creciente preocupación por gestionar nuestra salud de manera personalizada. Buen ejemplo de ello es que los parches médicos para monitorizar datos como la glucosa, la tensión y la temperatura generaron cerca de 7.500 millones de dólares en 2018. Además, la separación entre el ámbito médico y el no médico se difumina cada vez más: fabricantes de wearables para fitness como Apple o Fitbit están expandiendo sus productos hacia sectores sanitarios y de seguros, mientras que las compañías de productos médicos también están explorando otros campos como el industrial.
Estas tecnologías presentan grandes beneficios de salud, como son la monitorización remota de los pacientes, la promoción de hábitos más saludables y el avance en la salud preventiva. Además, el análisis de datos genéticos, biológicos y de comportamiento a nivel masivo es muy valioso para el avance científico. Aún así, tal y como destaca el libro blanco del World Economic Forum, deben tenerse en cuenta los riesgos relacionados con la interoperabilidad, la ciberseguridad y la equidad.
Frente a ello, el informe recopila una serie de estrategias y recomendaciones, enfocadas a construir un sistema de gobernanza robusto en torno al Internet of Bodies. Entre las medidas, incluye una nueva definición de lo que significa “datos de salud” y una actualización en la forma de categorizar los datos sensibles, en base a los usos que pueden tener los datos obtenidos mediante este tipo de tecnologías.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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