Las herramientas digitales son hoy en día una realidad en el mundo educativo. Resultan soluciones útiles para ampliar conocimientos, facilitar el aprendizaje y diversificar la práctica al ofrecer opciones más atractivas. Ese es el objetivo de Kluppy, una herramienta online de enseñanza de escritura digital que facilita a niños y niñas su aprendizaje mediante el juego.
La empresa nació en el Innogune-Deusto Innovación y Emprendimiento (Donostia) en 2015 como iniciativa empresarial, y se trasladó al Parque Tecnológico de Miramón en 2020, el año en que se inició la pandemia. En el caso de Kluppy, resultó un escenario donde la digitalización y las nuevas formas de aprender vivieron un desarrollo acelerado: “La pandemia y el efecto que ha tenido en la educación han hecho que surjan nuevos desarrollos dentro de nuestra actividad. La apuesta estratégica por nuevos desarrollos y plataformas hace que la re-evolución en Kluppy sea una constante”, explica el gerente de Producto, Iñaki Unanue.
La actividad de Kluppy se centra en el desarrollo de software en el ámbito de la educación, en concreto, en mecanografía. “Mediante su plataforma online para la enseñanza de escritura digital pone al alcance de los centros educativos una herramienta de formación que combina las pautas de esta disciplina con la dinámica del juego”.
La plataforma pone al alcance del alumnado diferentes retos que deberá ir superando para avanzar en su aprendizaje. De esta manera, obtiene una mejora del lenguaje, optimización de la escritura digital e interacción con sistemas informáticos.
“La idea surgió porque observamos que en los colegios se estaban integrando a gran velocidad los ordenadores, tablets, etc., pasando por alto la enseñanza de la escritura digital”, explica Unanue. “Tal y como muestran los estudios más recientes, el alumno que no recibe pautas ni realiza práctica alguna adquiere malos hábitos difíciles de corregir en etapas posteriores. De ahí surge Kluppy, la herramienta didáctica online y trilingüe que utiliza la gamificación para un mejor aprendizaje y una mayor velocidad en la escritura».
Si hay algo que diferencia a Kluppy es esa gamificación que invita a disfrutar aprendiendo: «La formación puede fallar por dos razones, el aburrimiento o la desesperación”, afirma Unanue. «Esto nos ha hecho reflexionar y mejorar hasta el punto en el que cada usuario tiene su ejercicio personalizado, adecuándose a su nivel de destreza y permitiendo evolucionar poco a poco y fomentando la motivación. Es una tarea muy repetitiva, y es importante ‘disfrazarla’ de juego”.
Y para la empresa funciona: en cuatro años 21.000 alumnos de todo el país han practicado mecanografía con Kluppy, tanto dentro como fuera de las aulas. Cuenta actualmente con más de 5.000 alumnos activos aprendiendo a mecanografiar cada día. “La pandemia ha puesto en boga la mecanografía, y el crecimiento para el curso 2022-23 es mayúsculo”, resalta Unanue. En cuanto a la plantilla, el pasado año se duplicó: pasó de 7 a 14 personas, “al reforza especialmente el área de desarrollo Software, donde la apuesta estratégica es aún mayor para el siguiente 23-24″.
La empresa trabaja en finalizar la implementación de todo el contenido en las lenguas cooficiales, algo que la convierte en la única herramienta online a nivel estatal en ofrecerlo hasta la fecha. Además, «Kluppy, más allá de una solución didáctica, gamificada y personalizada, se encuentra en pleno desarrollo y promoción de una nueva plataforma que revolucionará la gestión de los centros educativos”, cuenta Unanue. A largo plazo, su objetivo es convertirse en “proveedores de software líderes en el sector educativo para cada producto que ofrezcamos. Es por ello que los pasos que damos deben ser seguros y firmes, creando alianzas con socios de todo el territorio nacional”.
Uno de los objetivos del Grupo SPRI es la transformación digital de las empresas vascas. La impulsa a través de programas de ayuda a la digitalización como Basque Industry 4.0, BDIH Konexio, Ciberseguridad Industrial, Enpresa Digitala o Inplantalariak, entre otros.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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